domingo, 2 de agosto de 2009

SUEÑOS ERÓTICOS...INCREIBLES


Lo recuerdo tan bien. Los sonidos, las texturas, las palabras, los besos, las caricias, cómo mi respiración y mi pulso se aceleraban, cómo mi cuerpo se entregaba y mi vergüenza se esfumaba sin poderlo evitar.

Todo empezó en una vieja casa, parecía abandonada pero había personas en su interior. He de admitir que me llamó la atención porque eran muchas mujeres, con miradas punzantes y al mismo tiempo que evadían un contacto que durara más de los fugaces momentos permitidos, por a saber que ley.

Vestían de forma excéntrica y sin quererlo, atraían mi mirada como imán. Había algunos hombres, guapos y altivos que rondaban la propiedad con pasos largos y lentos sin aparentemente padecer de las prisas del día a día cotidiano al que estaba acostumbrada.

Por un momento pensé que se trataba de una obra o evento artístico especial dónde todos vestían trajes de otras épocas, donde la cantidad era minimizada a su máxima expresión. Telas de colores claros y obviamente transparentes, que dejaba y a la vez no permitía con certeza describir lo que debajo de ella había. Cuerpos y formas, con la interrogante unida a cada prenda.

Estaba nublado, pero no había frío. No recuerdo bien por qué llegué allí. Creo que referida de una amiga o dos, para experimentar una alternativa en mi vida. Pero en esos momentos no sabía cuál era o a qué se refería.
Los recuerdos empiezan a desvanecerse lastimosamente en mi memoria, al momento de escribir en palabras lo que juraría viví en persona, pero los detalles se difuminan, aunque las sensaciones no me abandonan.

Al entrar en esta casona de madera antigua, las personas no me preguntaban por qué estaba ahí, ni qué era lo que buscaba y quería. Parecía como si fuese una más de un grupo nutrido de mujeres y hombres que charlaban y compartían entre sí. Es más, tenía la impresión de que me miraban con cierta picardía y burla en sus ojos, como cuando saben más de lo que yo debería saber.

Entonces empiezo a reconocer caras, son amistades de mi pasado y algunas de mi presente. Compañeros de la universidad, algunos del colegio y otros, colegas o amistades en la actualidad. Por supuesto me siento mejor, hay gente conocida que me saluda y parece estar muy contenta de verme ahí. Siento que regresa mi confianza y entonces me dispongo a indagar mi presencia en ese peculiar lugar.

Por cierto es de día, como dije, la luz era de ese brillante ofensivo de un cielo gris blanquecino, como si al final de la tarde fuera a llover y posiblemente con suerte, a refrescar. Dentro no había penumbra, todo era fácilmente visible.

Noté con cierta extrañeza, que por alguna razón que aún no entendía, cómo sentía atracción por varias de las chicas que se cruzaban en mi camino. No recuerdo haber bebido nada, menos fumado o similares. Pero mi cuerpo estaba tomando control de mi razón y lógica y en mi medio susto e intriga, yo tan sólo parecía observarme sin poder intervenir.

De tal forma que así, de repente, sin explicación, como la mayoría de lo que me estaba pasando en ese lugar, empecé a hacer contacto físico con mujeres que me respondía con bastante entusiasmo. Primero fueron besos, y de los gruesos. Sí recuerdo que por mi mente pasaban pensamientos de alerta sobre gérmenes y otras contaminaciones pero no me importaba a la larga, era tal la sensación de deseo y abandono que me envolvía, que sólo besaba más y a más. Entonces vinieron las caricias. Por alguna magia desconocida, mis ropas eran ligeras y holgadas, dando acceso a mi cuerpo a manos y bocas en busca de más.

La escena cambió en un abrir y cerrar de ojos. Ya estaba en una gran sala, con una alfombra gigantesca y acolchonada. Había una mujer guapísima a mi lado que describía a personas que yo bien conocía, se habían entregado y aún eran partícipes de las actividades físicas que ahí con cierta periodicidad, se realizaban. Contaba con detalles eventos de suprema intimidad, y mi asombro e incredulidad eran descomunales.

Cuando me percaté, mi actual esposa estaba también en tan singular reunión. Aparentemente habíamos llegado juntas, aunque no lo recordaba hasta ese momento. Me llenó de tranquilidad, pues la situación se estaba tornando comprometedora. Le hice un gesto al cual contestó con un asentir de su cabeza. Estábamos bien, estábamos de acuerdo, no había dudas, nos permitiríamos experimentar.

Lo que estaba ocurriendo, sabía yo en mis cabales, era totalmente imposible, de ninguna forma en esta vida humana actual, íbamos a estar tan dispuestas, voluntariosas y anuentes con mi esposa a participar en lo que a gritos y toda luz era una gran orgía. No way!.

Pero era tan real, que ¿por qué no? ¿Cuándo y cómo habíamos llegado a un arreglo, de qué cuenta nos habíamos embarcado en tan alocada aventura, no tenía ni la más mínima o remota idea, pero ahí estábamos y lo que más quería en ese momento, era dejarme llevar, que pasara de todo y con todos y no ver atrás.

De repente una mujer, no recuerdo ya si la misma o una de tantas, tomó posición entre mis piernas, de mis labios ya húmedos y me dio tal beso que literalmente sentí mi cerebro explotar. Podía escuchar la intensidad de mis gemidos, y podía sentir en cada poro la intensidad de mi deseo y pasión. Fue tan real, la sensación tan plena que me desorientó.

Pero la realidad última luchaba implacablemente por salir, y ví con total terror cómo mi esposa se levantaba con la intención de irse, alejarse de tan pecaminosa escena y lugar. La tomé de una brazo y le dije que no había nada de qué preocuparse, que era seguro, que ella también degustara del placer y atención que todos por doquier nos ofrecían. Que no me molestaba verla gozar y que habíamos acordado hacerlo sin reservas pues no habría consecuencias.

No recuerdo bien, pero aunque no la convencí totalmente, no se fue. Y luego, sentí otra boca, otra convulsión de placer y todo a mi alrededor se nubló. Posteriormente se acercó este buen amigo de la universidad, bien gay, y yo sólo le pregunté si estaba protegido a lo cual me sonrió y sus palabras llegaron del más allá asegurándome que estaba limpio y no tenía por qué temer. Lo deseaba tanto como a las chicas a mi alrededor, tomé con desesperación su densa cabellera entre mis manos y entre las piernas también me besó.

Había tantas sensaciones, tantos sentimientos confusos y encontrados, sabía que lo que estaba pasando era increíble así como improbable y no digamos cuestionable. Mi cuerpo no obedecía a la lógica que sin lograrlo trataba de imponerse, sólo sentía, sentía y quería sentir más.

Estaba tan asustada como extasiada. Me desconocía en mente y cuerpo, no era yo, pero ahí estaba yo.

Entonces, en medio de una excitación magnánima, entregada sin reservas a lo inevitable y que no sabía cómo ni cuando iba a acabar, escuché a mi esposa entre nubes, preguntarme si me sentía mejor.

Abrí lo ojos y la vi parada a la entrada de la recámara, casi no podía enfocar, pero sin duda todo vino a tomar su sitio en la realidad. Era de mañana y la noche anterior había tenido malestar estomacal, sin poder dormir hasta que sin sentirlo, el sopor y una loca imaginación me alejaron a un mundo descabellado de sueños sin pena o pudor.

De si los sueños tienen significado, o si son realidades paralelas, o si una comilona de la noche previa los causa, o si el inconsciente los descubre, o lo que sea…ya se desvanecen, ya los recuerdos son vagos, nada es consistente, nada que castigar, que lamentar o que ocultar. Sólo sueños son, y nada más.

1 comentario:

Loky dijo...

bueno quiero premiarte con un premio medio raro jejeje se llama 7 rarezas raro no bueno el chiste es que tenes que escribir 7 rarezas tuyas y luego otorgar este mismo premio a 7 blog que pues consideres que se lo merecen jejej saludos y un gran abrazo. y colocar el link de quien te mando este raro premio jeje

http://arte-poesia-en-movimiento.blogspot.com/2009/08/hoy-revisando-mi-correo-me-topo-con-un.html

Acerca de mí

Mi foto
Guatemala
Buscando respuestas, busco opciones, busco opiniones, busco saber y aprender.Simplemente, no cumplo con ninguna regla, espectativa, predicciòn o definiciòn.

CREO...QUE...


"La búsqueda de dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe. A los dioses no se les busca, se les crea..." Maximo Gorki

UNA DE TANTAS CONCLUSIONES...

"Cuando practicamos Zen, vemos que el dolor no es malo. Simplemente es dolor. Si nos pasamos la vida huyendo de momentos dolorosos, le cerramos la puerta a muchas cosas que de lo que la vida nos trae, tanto el dolor como la alegría. No podemos llorar cuando estamos tristes, ni podemos reir cuando estamos felices. Cuando evitamos el dolor y peleamos para no sentirlo, el dolor se convierte en sufrimiento.
Hay una enorme diferencia entre dolor y sufrimiento. El dolor con frecuencia no puede ser evitado, pero el sufrimiento si. Al aprender las diferencias entre ambos, muchos temores desaparecen."
Brenda Shoshanna.

"Gender, along with race, class, ethnicity, and age, is one of the most profound social status determinants in our society--
Gender is just not what I care about or even really notice in a sexual partner--I judge each person as an individual--I have categories, but gender isn´t one of them. I´m erotically attracted to intelligent people, to people with a kind of sleazy, sexy come-on, to eccentrics."
Jane Litwoman


“Nuestro temor a lo que sea que lo cause, se origina de nuestra ignorancia y se manifiesta a través de nuestras inseguridades. Reaccionamos con fobias, rechazo y ataque, según nosotros para defendernos de los fantasmas de nuestra mente...cuando estos temores son tan sólo engaños y nos volvemos sus indefensos esclavos.”


CABALASISOY

PERSONA SUPER ESPECIALES

Lecturas recomendadas

  • A Concise History of Euthanasia: Life, Death, God and Medicine by Ian Dowbiggin
  • A Forest of Kings by Friedel, Schele
  • A Short History of guatemala by Ralph Lee
  • All Women are Healers by Diane Stein
  • Bi Any other Name edited by L. Hutchins and L. Kaahumanu
  • Blood and Guts by Richard Hollingham
  • Body Work: A V.I. Warshawski Novel by Sara Paretsky
  • Brother Iron, Sister Steel: A Bodybuilder's Book by Dave Draper
  • Chronicle of the Maya Kings and Queens by Martin, Grube
  • Cure by Robin Cook
  • Dying with Confidence by Anyen Rinpoche
  • Fearless by Brenda Shoshanna ,PhD
  • Happiness is an Inside Job
  • History of Medicine by Jacalyn Duffin
  • How to be Sick by Toni Bernhard
  • Human Remains by Helen MacDonald
  • Ice Cold by Tess Gerritsen
  • If the Buddha Dated by Charlotte Kasl
  • If the Buddha Got Stuck by charlotte Kasl Ph. D.
  • In the Land of Invisible Women by Qanta A. Ahmed, MD
  • It`s Easier Than You Think by Sylvia Boorstein
  • Joe Weider's Ultimate Bodybuilding Joe Weider's Ultimate Bodybuilding by Joe Weider, Bill Reynolds
  • Kate Daniels Series by Ilona Andrews
  • Lesbian Couples by Merilee Clunis, PhD; Dorsey Green, PhD.
  • Medical Firsts by Robert E. Adler
  • Medicine Women by Elisabeth Brooke
  • Medicine Women, Curanderas and Women Doctors by Perrone, et al.
  • Mercy Thompson, Series by Patricia Briggs
  • One year to a Life of Writing by Susan M: Tiberghien
  • Pay Attention by Sylvia Boorstein
  • Pioneer Doctor by Mari Grana
  • Practicing Peace in Times of War by Pema Chodron
  • Sastun by Rosita Arvigo, et al.
  • Stiff by Mary Roach
  • That`s Funny by Sylvia Boorstein
  • The Code of Kings by Linda Schele, et al
  • The Disappearing Spoon by Sam Kean
  • The Excellent Dr. Blackwell by Julia Boyd
  • The Girl Who Played with Fire by Stieg Larsson
  • The Girl with the Dragon Tattoo by Stieg Larsson
  • The Gost Map by Steven Johnson
  • The Knive Man by Wendy Moore
  • The Middle Ages by Morris Bishop
  • The Mists of Avalon by Marion Zimmer B.
  • The Plague Tales by Ann Benson
  • The Scalpel and the Silver Bear by Alvord, Cohen
  • The Woman in the Shaman`s Body by B. Tedlock
  • Virals by Kathy Reichs
  • Western Medicine by Irvine Loundon
  • Witches, Midwives and Nurses by Ehrenreich and English
  • Woman as Healer by Jeanne Achtberg
  • Woman Who Glows in the Dark by Elena Avila, et al.
  • Women Healers by Elisabeth Brooke
  • Women Physicians and the Culture of Medicine by More et al
  • Writing Down the Bones by Natalie Goldberg
  • Zen Miracles by Brenda Shoshanna Ph. D.