Pueblo pendejo!!!!!!

Hoy estoy emputada, enfurecida, encabronada, enchinchada a más no poder. Por qué diablos mis congéneres ciudadanos son tan pero tan mulas, no logro entender. La infraestructura vial del país está más que colapsada, cada día mueren más porque se los traga la tierra, los arrastra un río crecido, les cae encima una casa socavada o un deslave masivo de tierra. Aparte por supuesto la violencia urbana común y corriente, desmedida y descontrolada de la vida diaria.

Pero no, aunque estén bien jodidos, muriendo de hambre, frío, sin techo, sin opciones u oportunidades viables, miren por quienes deciden votar para los próximos 4 años. Por quienes votaron hace 4 años es que en parte, estamos en el caos de hoy, se robaron hasta lo que no hay y nos endeudaron por cientos de años. La ciudad Capital se derrite, todo el país se está deshaciendo con tanta lluvia y no hay nada que se pueda hacer.

Me duele que haya muerto gente, me duele que tantos estén sin techo, sin ropa, sin comida, de duelo, heridos o enfermos.

Pero qué se puede hacer con un pueblo que no piensa, que no quiere mejorar. Que elige consciente y voluntariamente a su propio verdugo, cada 4 años sin excepción y así cava su propia tumba, ignorante de sus acciones y de las consecuencias de las mismas.

Es feo sentirme tan aislada, tan marginada, tan alienada en un país y con gente que no comparte mis ideales, mis sueños, mis esfuerzos, mis metas. Soy parte de una minoría que cada vez se achiquita más y más, hasta que ya nada quede, porque la mayoría lo destruyó todo, con sus elecciones y su ignorancia.

Hoy tengo un coraje y tristeza en el alma y corazón que me están quemando. Qué pueblo más pendejo, no lo entiendo y como que nunca lo podré entender.

Estas tragedias no son por una naturaleza salvaje, ni por designio de a saber qué dios, ni por mala suerte, ni por coincidencia. Toda esta desgracia es por dejar que ignorantes decidan y voten por corruptos, ladrones y criminales, aparte de ineptos e incapaces. Una mayoría de ignorantes está condenando a un país a la pobreza, hambre y muerte.
Es una mayoría que no se puede controlar, encauzar ni orientar, es casi como una maldición en masa.
Hoy estoy más que emputada, encabronada y desilusionada, pero aquí estoy.

Crisis existencial (1)

Hoy me he levantado como casi todos los lunes, haciendo resumen de lo que está programado, de lo que voy a hacer hoy y cada día de la semana. Pero hoy como a veces me pasa, siento la necesidad de tener un propósito factible y viable de vida.

Un proyecto, una ilusión, un reto, una aventura. Que no sea la de sobrevivir y no sucumbir a la violencia desenfrenada de diario.

Pienso que ya es el mes de Halloween y como buena gringa asimilada, me emociona esa celebración. Es la oportunidad de dejarse llevar por el deschonge total, la depravación, la locura, la lujuria y la parranda rebosante de comida y alcohol. Podría agregársele hierba aunque soy algo neófita en el asunto.

Entiendo que con el tiempo una se asienta, se tranquiliza y se recata, pero qué aburrido. Como que la gente de mi época fuera mucho más vieja y amargada de lo que yo esperaría. O bien, como que yo soy algo locuaz, pretendiendo tener la edad que ya no tengo y negándolo a capa y espada. Si partimos de la frase: “Al final, una se arrepiente de lo que no hizo más, de lo que sí hizo”, quiero seguir aprovechando hasta el último momento. Aparte de que se dice que la edad no la determina el cuerpo sino que la actitud.

Hay una apatía generalizada, bien fundamentada por tanta violencia, una economía precaria, salud comprometida, sociedad represiva, tiempo limitado, hábitos sedentarios y stress crónico. Salirse de lo común y cotidiano quiere tener y usar un buen par de ovarios.

Hay no, si hoy quisiera salir a vagar y compartir un buen rato, lo tendría que hacer sola. (suspiro)

A veces tengo el fuerte presentimiento que nací en la época y lugar equivocados. (otros 10 suspiros) (Crisis existencial.)

Deseo sublimizado: Estar en un avión, tomando vino, viendo el cielo nuboso abajo y el azul intenso arriba, arrullándome con el zumbido de cuatro súper turbinas, sin nadie sentado a la par que interrumpa mis pensamientos, con un cierto retuerce de tripas por la emoción de lo que vendrá, rumbo a otro lugar, donde me pueda volver a sentir viva. (Crisis extrema existencialista).

Hormonas, no hay de otra.

El desbalance hormonal en una persona, es todo un royo. Me han contado, he visto un par de casos, puede ser una tragedia o catástrofe tipo tifón o huracán.

Entiendo y no entiendo, porque cuesta creer que pueda ser tan complejo. Cómo las hormonas sexuales tienen una relación tan poderosa sobre el sistema anímico y metabólico, sobre todo en la mujer.

Cuando faltan, provocan depresión, explosiones de ansiedad, pánico, rabia y agresividad. Osteoporosis, sobrepeso.

Cuando sobran, provocan unas ganas de tener sexo, que casi enloquecen. Acné cuando hace ya mucho paso la adolescencia.

Cuando bajan pero no faltan, provocan hipersensibilidad emocional, una empatía con todo lo que está alrededor abrumadora, inspiración artística y una nostalgia muy peculiar. Cuesta mantener o no subir de peso.

Doy fe de las dos últimas en carne propia, y de la primera, como observadora.

Ser mujer es complejo, especial, complicado, interesante y sin duda emocionante.

También puede ser cansado, deprimente, aburrido, peligroso y desesperante.

Lo que sí me queda claro, es que con las hormonas de una mujer hay que tener muchísimo cuidado.

A veces no está de más.

¿Cómo es posible que el sexo y la sexualidad de las personas causen tantísimos problemas? Pasa de ser una actividad y evento normal de la vida cotidiana a una epopeya repleta de lágrimas, dolor, frustraciones e insatisfacciones.

La sociedad y la educación común y corriente, además de las creencias religiosas han venido a complicarlo todo más y más.

Todavía recuerdo y viví sin temores una vida sexual bastante interesante. Emocionalmente devastadora y destructiva, pero sexualmente, muy expresiva.

No me atrevo a decir que el sexo sea indispensable, pero a veces, no está de más.

El sexo se ha vuelto tan limitado y restringido. Y con razón, con tanta enfermedad y la práctica de la monogamia o la soltería, que cada vez es más frecuente.

Es posible, me pregunto a veces, ¿querer y no querer sexo?

Depende.

Como todo en la vida, depende qué te da, qué te hace sentir y al final qué y cómo te deja.