Es posible estar plenamente satisfecha en esta vida…no lo creo. Y dudo mucho que pueda ser algo posible de lograr, al menos en una sola vida.
Con el paso de los eones e infinidad de re nacimientos, sólo si alcanzamos la iluminación, con la cual saber dònde y cuanto tener y no tener, ser y no ser, no nos cause emoción alguna, ni positiva ni negativa en nuestra mente ya domada, ya tranquila.
Pero hasta entonces, como decía, nuestras vidas giran inevitablemente alrededor de la búsqueda del bienestar, la felicidad, la satisfacción y el confort secundarios. Casi todos en el ámbito material.
Aunque se entiende que todo en su preciso momento, nos desesperamos y queremos a costa de nuestra infelicidad, obtener lo que supuestamente nos falta; rápido, ahora, hoy, o lo que sea en esta vida.
Nos frustra y enoja, pero nos falta entender algo importante. Lo que nos pasa ahora empezó a rodar desde hace ya mucho, mucho, mucho tiempo, es un fruto ya maduro a través lo que llevamos en esta vida.
Igual, nos desesperamos. Me vino a la mente este tema por un taller o curso que se está anunciando sobre regresiones a vidas pasadas y sanar nuestra vida actual a través de descubrir nuestro pasado.
A mi me es lógico y cumple con mis medidas de sentido común. Ahora, es una actividad que imagino como todo lo demás, requiere de experiencia, criterio y destreza para poderla utilizar en pro de una causa. Como todo tema esotérico, por desconocido o ignorado para la población en general, es fácil presa de la charlatanería y abuso.
Pero acaso no nos preguntamos a veces, por qué pensamos, somos, hacemos o sentimos de una forma, sin que podamos encontrar una explicación justa. Al menos no en esta vida. No sabemos por ejemplo, por qué somos tan impacientes, o tan agresivos, o tan negativos, o tan desafortunados en los cuadriláteros del amor, la fama, la fortuna o salud.
Repasamos el pasado y no hay traumas, no hay eventos espantosos que nos hayan marcado, circunstancias agobiantes que nos hayan acorralado y obligado a mucho de lo que ahora nos preguntamos. No encontramos respuestas, nada.
Son en esos momentos de tanta duda, que algunos optan por transitar los senderos de la religión, del ateísmo, del esoterismo, de las adicciones, del fanatismo, de la búsqueda, de la lucha, de la indiferencia y de la ignorancia. Cada quien escoge tarde o temprano, porque muy en el fondo desea saber, o en su defecto, desea que le digan.
Pero si bien queremos algo, ¿qué hacemos o estamos dispuestos a hacer más allá de nuestra zona de confort para obtenerlo? ¿Buscamos soluciones al mismo tiempo que respuestas? ¿Creemos que lo que nos pasa es o no consecuencia de nosotros mismos o simplemente es un hecho al azar, mala suerte, coincidencia o maldición? Y en todo caso, ¿qué es peor? Seguir con malestar o al menos intentar algo modificar, aunque sea la forma en que vemos, escuchamos, olemos, sentimos y reaccionamos hacia nuestro entorno, nuestra realidad, nuestra situación y nuestro sentir al respecto.
Es curioso, pero hay gente que investiga, otra que se acopla, otra que se somete, otra que relega y otra que no le importa e igual se queda.
¿Cómo somos? ¿Qué no nos gusta y quisiéramos fuera diferente? ¿Qué tanto estamos dispuestos a pagar, dar, canjear, sacrificar, arriesgar, doblar, voltear, subir, bajar, comunicar y apostar? EEEEssssseeeeeeee es el detalle, que hará la diferencia.
1 comentario:
Este me gustò mucho!
Publicar un comentario