miércoles, 28 de octubre de 2009

ANTOJOS...


¿Qué es lo que hace de una experiencia sexual un éxito? Pensaba hace un rato y como estoy algo vaga hoy, se me vino a la mente, que es importante: “el antojo”.

Sí, tener el antojo, como cuando dan ganas de comer un delicioso helado recubierto de chocolate a eso de la media noche…cuando todo está cerrado, está lloviendo y no tenemos dinero en sencillo. Se podría hasta empeñar el alma en uno de esos momentos de total desesperación.

De ahí que el mentado “antojo” depare sin reservas, sentimientos de placer y de frustración a la vez. No se tiene cuando se quiere y aparece cuando no se quiere, lo que resulta no siendo lo mismo…¡¡¡ para qué…!!!

¿Por qué se dan los tan traviesos y perversos antojos? Ni idea. ¿¡Hormonas o imaginación!?

Puede ser a causa del afloramiento de nuestras bajas pasiones o como manifestaciones de los 7 pecados tan manoseados, como la lujuria, la glotonería, la pereza… pero definitivamente los peores, los que nos pueden fraccionar hasta perder la identidad y extasiar hasta perder la vergüenza, son la comida y el sexo. Lo demás es superfluo y pasajero.

Un antojo se satisface con la boca y la piel. Se saborea y se siente. Es una experiencia sur real, que explosiona las terminaciones nerviosas de nuestros órganos sensoriales más exigentes y voraces.

Cuando un antojo se presenta, no avisa, no se puede planificar o preparar. Si hay la más mínima posibilidad y facilidad de satisfacerlo, no hay poder humano que pueda detenernos, aunque a veces sobresalen nuestras virtudes en los momentos más inesperados… pero son la excepción.

A veces se nos antoja lo que no debemos y no podemos obtener, a veces lo que necesitamos, a veces lo que extrañamos. Lo prohibido, lo indebido, lo añorado, todo aquello que por una u otra razón es difícil de lograr en el momento que más queremos tenerlo o hacerlo nuestro.

Por ejemplo, ¿cuándo nos atacan esas ansias espantosas por dulces y pastas? Cuando estamos tratando de bajar de peso porque ya nos pasamos del límite aceptable superior en la escala ya sea de libras o kilos. Y nos ponemos “bien alegres”, tanto así que los que nos rodean corren peligro de ser víctimas de arrebatos descontrolados causados por los malintencionados antojos proscritos.

Se sufre, claro, de eso se trata el vivir. Pero cuando nos damos ese gusto, caemos indefensas ante el antojo de nuestra perdición, volamos entre nubes de colores y experimentamos un placer tan grande como corto y pasajero. Seguido a veces de culpa y confusión. Insisto, cómo se sufre.

Y me pregunto, ¿acaso tengo antojo de algo?



martes, 27 de octubre de 2009

ROSANA DE NUEVO EN GUATEMALA


Y al cabo de dos años, por fin vuelve la cantante ícono lésbica de estos tiempos, Rosana estará en Antigua Guatemala en un escenario por demás inspirador, bello y lo más interesante y emocionante, repleto de lesbianas.


Obviamente no sólo vamos lesbianas, van gays, van héteros, pero lo fenomenal es que es de las poquísimas veces en que las lesbianas de Guatemala se dejan ver. Sobre todo las que no frecuentan los bares de mala muerte que hay por ahí.


Me alegra mucho como fan de Rosana, como lesbiana y como chapina, poder compartir unas horas de arte, música, buen ambiente y vista con todas esas mujeres que todas sabemos existimos, estamos, pero cuesta vernos.


Tengo que ponerme un poquito al día con las letras del último álbum de Rosana, en mi caso, quedé enamorada de las viejitas pero clásicas.

Este álbum, como lo describe mi Esposa, es una mezcla de trova y protesta. Tal vez por lo segundo no me ha terminado de apasionar, pero la verdad, está muy bueno. Y no hay como cantar a la par de semejante mujer y su guitarra.


No me gusta hacer colas, pero al ver el lado amable, es para ver y escuchar a Rosana.

No me queda más que alentar a las que no han comprado su entrada, si es que todavía hay, que se apunten y no se pierdan una de las mejores presentaciones artísticas del nuevo milenio.


Y sólo imagínense perderse la reunión más grande y selecta lésbica del país. De ninguna manera, es “EL” evento social, por experiencia, sí que lo es.


En fin, que emoción, faltan 11 días, espero que el clima se mantenga seco y sea un concierto memorable para por siempre recordar.


¡BIENVENIDA ROSANA, DE NUEVO A GUATEMALA!

lunes, 19 de octubre de 2009

¿QUÉ TANTO NOS CUIDAMOS?


Cuando se habla sobre la salud y enfermedad en el contexto lésbico, generalmente el enfoque es en las enfermedades de transmisión sexual.

Además es más común hablar de ello y hasta cierto punto más interesante porque involucra al aparato genital y el uso o desuso que se le da. Hay drama, hay chisme y entretiene.

Lo que preocupa, porque tiene más que ver con calidad y cantidad de vida en un gran porcentaje de casos sin discriminar edad, ocupación, creencias, actividad sexual, educación ni ingresos económicos, es todo aquello que no se ve ni se siente, hasta que ya se está con los efectos y consecuencias.

Estos padecimientos son tan comunes que por lo mismo, se les resta importancia. Como dice el refrán: “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Si viéramos nuestras arterias por dentro, si pudiéramos nadar en nuestra sangre que circula sin descanso por todo nuestro cuerpo. Si nos sentáramos un instante en un bronquio para ver pasar el aire que entra y sale, si pudiéramos ser testigos presenciales de cómo digerimos nuestra comida, sería muy enriquecedor y al mismo tiempo aterrador.

El cuerpo es una máquina asombrosa, increíblemente resistente y aguantadora.

O sea que para que nos enfermemos así feo, debimos haber hecho destrozos, y por largo tiempo.
No es así nomás que se eleva el azúcar en la sangre, o la presión arterial o se forma el cáncer de colon, o se tapa una coronaria, o se pudren los dientes o sale el cáncer de piel o nos acaba una encefalopatía hepática por tanto alcohol.

Entre otras muchas cosas, los procesos de enfermedades debilitantes son crónicos e inexorablemente desastrosos si no se hace algo para detenerlos, modificarlos o eliminarlos.

La edad, es la edad. Viejos, si tenemos suerte, seremos todos. Ya de por sí la vejez es la manifestación en cuerpo y mente de un proceso de desgaste que lleva lo que ha durado la vida. Es inevitable, se vea o no se vea, la oxidación por lo radicales libres y sobre todo por el mismo oxígeno, de cada célula del cuerpo, es natural y el resultado final, tarde o temprano es la muerte.

Se dice que somos lo que pensamos, lo que decimos, lo que hacemos y sin lugar a dudas lo que comemos.

Hoy en día el amor entre humanos es prácticamente nulo.

Por consiguiente, la soledad en estos millones de millones de acompañantes pero no compañeros, crean un vacío que considero es complicado de entender.

Necesitamos cariñito, pero si esperamos a que nos cuiden y quieran en donde estemos: el trabajo, la casa, la calle, el cine, etc., puede que la espera sea larga, muy larga.

Entonces se busca esa sensación a través de otros medios y de ahí el término “confort food”. Y es que…¡funciona! Cambia la producción y disponibilidad de ciertas hormonas y sustancias encargadas o relacionadas con la sensación de placer, de alegría, de confort. Se siente rico, nice, cool, el tener un chocolate derritiéndose en la boca o la sensación de satisfacción que producen las papas fritas con salsa de tomate o la hamburguesa con queso derretido o la bolsa de nachos con su crujido tan especial, sin olvidar la cervecita bien fría o el trago de licor que entibia el alma dolorida.

Se olvida, se anestesia, se crea una realidad paralela de bienestar. Y al final de cuentas, la vida es corta y hay que gozarla aunque sea entre penas y problemas. Más vale un ratito bien comido y bebido que un ratote de depresión.

Pero como toda medida sustitutiva y aplicada generalmente en desmedida, tiene sus consecuencias y no son nada buenas.
Cada instante de satisfacción y placer será cobrado y con intereses por años impregnados por dolencias, padecimientos y limitaciones en nuestra vida diaria, sin olvidar los gastos, las angustias, la tristeza de nuestra parte y de los que nos rodean.

A veces pienso que muchos, si supieran con antelación lo que significa vivir, optarían por no nacer y aquellos que supieran lo que es tener diabetes optarían por nunca probar un dulce o morder un pedazo de pastel y aquellos que supieran lo que siente aquel que fue atropellado y murió a causa de un conductor ebrio, jamás probaría una gota de licor.

Pero siempre existirá la duda y le acompaña la negación, ambas tan humanas como el humano mismo.
Las lesbianas no somos seres humanos diferentes ni mucho menos. Pero dependemos más de nosotras mismas y de la pareja, de nuestro trabajo, de nuestra salud para tener un techo bajo el cual dormir, ropa que vestir y alimento que nos aliente a seguir.

No tenemos una prole que nos vaya a cuidar en la vejez (y aquellas hétero que ni con prole tienen una vejez digna).

Más como lesbianas y no por ello perfectas, hemos de pensar unos minutos en el tipo de vida que estamos forjando en relación a nuestra salud. Sabemos que el sistema de salud gubernamental es cuasi mortal y el seguro social es peor.

El aspecto estético es lo de menos y de igual forma, no es algo que según opiniones de la mayoría, sea importante en la vida sentimental de una mujer lesbiana, de tal forma que el enfoque es esencialmente funcional, poder desempeñar nuestro trabajo y tareas diarias con éxito, sin dolor, sin miedo, sin limitaciones físicas importantes.

Tan sólo un leve cambio de actitud. Los problemas ahí van a estar y el estrés es parte natural de la existencia en esta época. No van a desaparecer después de haber degustado un delicioso pedazo de pastel de chocolate o acabado una botella de ron.

Podemos equilibrar, combinar y cuidarnos más. Una vez de vez en cuando hasta bien nos cae, en ocasiones especiales, comer rico y tomar un traguito.

Para apoyo emocional podemos buscar a las amigas, la familia, las mascotas, la lectura, hasta un poquito de ejercicio, buenas películas.

No cavemos nuestra ruina con nuestros propios dientes y boca, seamos responsables y luchemos por calidad de vida. Nadie se merece la agonía de una vida que asemeja un infierno por tanto sufrimiento y dolor físico y emocional.

Nosotras somos las únicas responsables.
Y a manera de reflexión, decimos que entre parejas la infidelidad es imperdonable...pero en relación al sexo. ¡Y qué hay de la soledad tras la ausencia de una de ellas tras un infarto masivo, hemorragia cerebral o coma duiabético!...¿que no es también una variante de traición sin precedentes?

lunes, 12 de octubre de 2009

ALGUNOS MUCHOS SON MÁS QUE PENDEJOS



¿En qué me afecta, importa, cambia, quita o pone, el saber de dónde vengo…hace como cientos de años atrás?

Si mis ancestros fueron los mayas o europeos o africanos…¿qué importa?

Al menos para mí, es de las trescientas mil cosas que totalmente me valen. ¿Y por qué no me importa algo que para tantos es tan determinante en su razón de ser, identidad, vida social y cultural?
Para ciertos grupos es tan importante que hasta marca el desempeño y percepción de su entorno, poniéndole puntos, comas, paréntesis y demás obstáculos versus excusas a un proceder ciudadano responsable, proactivo, positivo y constructivo.

En esta mi sangre que corre por mis arterias y venas, van glóbulos rojos, blancos, plasma, componentes de la coagulación, pigmento llamado hemoglobina…pero eso de que llevo en la sangre raíces mayas, españolas, arias, mestizas, y demás pendejadas, por favor, basta de idioteces.

Que porque soy chaparra, pelo lacio, bocona, nariz generosa, ojos algo halados y piel con tono moreno menos claro y más oscuro, y pretenda que las ruinas de Tikal son parte de mi herencia directa por linaje de sangre indígena… eso y estar bajo efecto de hongos alucinógenos, es la misma babosada.

Yo tuve antepasados indígenas, sí, puros indios de corte y que apenas decían un par de palabras en español y descalzos, curando el mal de ojo con huevos pasados y demás curiosidades.


Tuve antepasados que fueron puros africanos, más negritos que la conciencia de este gobierno, pelo murushito y labios gruesos.


Tuve antepasados de ojos claros, piel casi albina y cabello rubio.


Tuve antepasados que por historia, fueron borrachos empedernidos, fueron gobernantes dignos, fueron putos vividores, fueron obreros, agricultores, profesionales en leyes y medicina, que fueron educados en París, que manejaron uno de los primeros automóviles privados en este país, que fueron revolucionarios, que creyeron en cualquier dios imaginable y engañados pasaron su vida, hasta hubo el caso de un violador y por cuyo acto ruin y desalmado, al cabo de unos cientos de años, aquí estoy.

De todo un poco, bueno y malo, causa de orgullo y vergüenza, rasgos en los extremos del crisol de colores de piel, mezcla sin reparo de genes que alguna vez surcaron océanos, desiertos y montañas a miles de kilómetros de donde hoy radico.

Me entretiene el escuchar estas historias, el imaginar escenarios de otros tiempos, de otros siglos, de otras costumbres, de otras circunstancias, de otras mentalidades, de otras mundos, prácticamente.

Pero que todos estos condimentos de un pasado “familiar”, determinen o me digan cómo ser, cómo pensar, cómo actuar… que dictaminen mi “valor”, definitivamente NO.

Tengo el mismo derecho a tierras, paternalismo y que me den atol con el dedo, que cualquiera de los que hoy atrancaron sin tomar en cuenta las consecuencias, el tráfico y el desempeño diario necesario de tanto guatemalteco. Que porque usan ropa indígena, que porque cagan en letrinas por costumbre más que por decisión propia, escupen en el piso y cometen actos agresivos contra su misma gente, se consideren y etiqueten de relegados y abusados, son todavía más pendejadas.

Hoy vi a un jovencito de 23 años, perder sin la más mínima esperanza su ojo tras una pedrada cuando trató de proseguir su camino al trabajo por puño y mano de estos malnacidos manifestantes que se “manifiestan” impunemente en su necedad e ignorancia. Por la chingada, que no es chiste sacar un ojo sano y hecho pedazos por un pedazo de ripio. ¡Qué les pasa, ya ni a animales llegan! No poder siquiera intentar reparar, suturar, porque el ojo ya está estallado, ciego.

Si jodidos estamos todos, severendos tontos, por escoger a la lacra de gobierno que hoy tenemos…de qué se quejan, por qué chillan y a otros lastiman, mejor sería que aprendan y no repitan…mínimo, el mismo error cual si maldición de generación a generación.

Que indios, que ladinos, que garífunas, que oprimidos, que marginalizados, al momento de dar la cara, o se es cabal o se es una farsa, una mentira y si sólo se vela por el interés frente a la nariz, con mentalidad corta y recortada, que no sabe cuál es el derecho y el revés, ¡a la punta, que se dejen de babosadas!

Día de la Raza, ¡patrañas! Día de delincuencia, de desorden, de demostrar las taras heredadas y por puro gusto, hacer contra la vida y el país, una ofensa a los derechos humanos, a la libertad y al respeto mutuo., un alarde de imbecilidad en masa manifestada.


Quiere ganas y agallas por y en momentos como éste, estar orgullosa de ser guatemalteca. ¡Es un puro dolor de ovarios! ¡Qué idiosincrasia más desgraciada, la chapina!


miércoles, 7 de octubre de 2009

POLÍTICO O LADRÓN...ES LO MISMO...¿¿¿O NO???


DIFERENCIA ENTRE POLITICO Y LADRON...¿¿¿???

En Brasil, Millor Fernandes (humorista, dramaturgo y escritor) lanzó un desafío público con la siguiente pregunta:

¿Cuál es la diferencia entre Político y Ladrón?

Le llamó la atención la respuesta de un lector:


-"Estimado Millor, después de una larga búsqueda llegué a esta conclusión:
La diferencia entre el ladrón y un político es que yo elijo a uno, y el otro me elige a mi.
¿Estoy en lo cierto?"

Esta fue la réplica de Millor:


- "Apreciado señor, usted es un genio ... Es el único que logró encontrar una diferencia".


Yo en lo personal, no logro ni poniéndome de cabeza, encontrar una sola diferencia sustancial entre un "político" y un "ladrón", y menos en Guatemala.


¿Podría ser que el primero es un ignorante y el segundo un alma en pena? Noooo.

¿Político burro aprovechado y descarado y ladrónzuelo un come mierda? Nooo.

¿El primero un desalmado y bueno para nada y el segundo un muerto de hambre? Nooo.

¿Que el político sea un ladrón y el ladrón esté con miras a ser un político? ¿Tal ves?


¿Habrá realmente una diferencia? Definitivamente un tema de reflexión.

Acerca de mí

Mi foto
Guatemala
Buscando respuestas, busco opciones, busco opiniones, busco saber y aprender.Simplemente, no cumplo con ninguna regla, espectativa, predicciòn o definiciòn.

CREO...QUE...


"La búsqueda de dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe. A los dioses no se les busca, se les crea..." Maximo Gorki

UNA DE TANTAS CONCLUSIONES...

"Cuando practicamos Zen, vemos que el dolor no es malo. Simplemente es dolor. Si nos pasamos la vida huyendo de momentos dolorosos, le cerramos la puerta a muchas cosas que de lo que la vida nos trae, tanto el dolor como la alegría. No podemos llorar cuando estamos tristes, ni podemos reir cuando estamos felices. Cuando evitamos el dolor y peleamos para no sentirlo, el dolor se convierte en sufrimiento.
Hay una enorme diferencia entre dolor y sufrimiento. El dolor con frecuencia no puede ser evitado, pero el sufrimiento si. Al aprender las diferencias entre ambos, muchos temores desaparecen."
Brenda Shoshanna.

"Gender, along with race, class, ethnicity, and age, is one of the most profound social status determinants in our society--
Gender is just not what I care about or even really notice in a sexual partner--I judge each person as an individual--I have categories, but gender isn´t one of them. I´m erotically attracted to intelligent people, to people with a kind of sleazy, sexy come-on, to eccentrics."
Jane Litwoman


“Nuestro temor a lo que sea que lo cause, se origina de nuestra ignorancia y se manifiesta a través de nuestras inseguridades. Reaccionamos con fobias, rechazo y ataque, según nosotros para defendernos de los fantasmas de nuestra mente...cuando estos temores son tan sólo engaños y nos volvemos sus indefensos esclavos.”


CABALASISOY

PERSONA SUPER ESPECIALES

Lecturas recomendadas

  • A Concise History of Euthanasia: Life, Death, God and Medicine by Ian Dowbiggin
  • A Forest of Kings by Friedel, Schele
  • A Short History of guatemala by Ralph Lee
  • All Women are Healers by Diane Stein
  • Bi Any other Name edited by L. Hutchins and L. Kaahumanu
  • Blood and Guts by Richard Hollingham
  • Body Work: A V.I. Warshawski Novel by Sara Paretsky
  • Brother Iron, Sister Steel: A Bodybuilder's Book by Dave Draper
  • Chronicle of the Maya Kings and Queens by Martin, Grube
  • Cure by Robin Cook
  • Dying with Confidence by Anyen Rinpoche
  • Fearless by Brenda Shoshanna ,PhD
  • Happiness is an Inside Job
  • History of Medicine by Jacalyn Duffin
  • How to be Sick by Toni Bernhard
  • Human Remains by Helen MacDonald
  • Ice Cold by Tess Gerritsen
  • If the Buddha Dated by Charlotte Kasl
  • If the Buddha Got Stuck by charlotte Kasl Ph. D.
  • In the Land of Invisible Women by Qanta A. Ahmed, MD
  • It`s Easier Than You Think by Sylvia Boorstein
  • Joe Weider's Ultimate Bodybuilding Joe Weider's Ultimate Bodybuilding by Joe Weider, Bill Reynolds
  • Kate Daniels Series by Ilona Andrews
  • Lesbian Couples by Merilee Clunis, PhD; Dorsey Green, PhD.
  • Medical Firsts by Robert E. Adler
  • Medicine Women by Elisabeth Brooke
  • Medicine Women, Curanderas and Women Doctors by Perrone, et al.
  • Mercy Thompson, Series by Patricia Briggs
  • One year to a Life of Writing by Susan M: Tiberghien
  • Pay Attention by Sylvia Boorstein
  • Pioneer Doctor by Mari Grana
  • Practicing Peace in Times of War by Pema Chodron
  • Sastun by Rosita Arvigo, et al.
  • Stiff by Mary Roach
  • That`s Funny by Sylvia Boorstein
  • The Code of Kings by Linda Schele, et al
  • The Disappearing Spoon by Sam Kean
  • The Excellent Dr. Blackwell by Julia Boyd
  • The Girl Who Played with Fire by Stieg Larsson
  • The Girl with the Dragon Tattoo by Stieg Larsson
  • The Gost Map by Steven Johnson
  • The Knive Man by Wendy Moore
  • The Middle Ages by Morris Bishop
  • The Mists of Avalon by Marion Zimmer B.
  • The Plague Tales by Ann Benson
  • The Scalpel and the Silver Bear by Alvord, Cohen
  • The Woman in the Shaman`s Body by B. Tedlock
  • Virals by Kathy Reichs
  • Western Medicine by Irvine Loundon
  • Witches, Midwives and Nurses by Ehrenreich and English
  • Woman as Healer by Jeanne Achtberg
  • Woman Who Glows in the Dark by Elena Avila, et al.
  • Women Healers by Elisabeth Brooke
  • Women Physicians and the Culture of Medicine by More et al
  • Writing Down the Bones by Natalie Goldberg
  • Zen Miracles by Brenda Shoshanna Ph. D.