viernes, 28 de agosto de 2009

LESBIANAS POR DOQUIER


Es algo que ya se sabía, estamos en todos lados, ¡por supuesto! Así ha sido, así es y así será…siempre.

Cómo algo tan obvio puede ser ignorado o más bien negado. Aunque no es científico o estadísticamente significativo, los datos que existen están caducos o manipulados, más sin embargo, es de saber común, que la prevalencia y la incidencia del lesbianismo es un reflejo tan sólo del a heterosexualidad, y otras variantes normales de la sexualidad humana. O sea entonces, que así como aumenta la población mundial, dentro de ella aumentan el número de lesbianas, gays, bisexuales, tras género, etc.

El miércoles por la tarde, estaba en un café de la Zona 10 cuando se sentaron frente a mí una pareja de chicas…OBVIO que eran lesbianas. Y que se estaban enamorando. ¿Por qué lo supuse y lo afirmo? OK, tips para identificar a lesbianas a mi alrededor.

· Lesbo radar.
· Más cómo me miran que yo a ellas.
· Cómo se tratan entre sí, no son sólo amigas pues.
· La cercanía física, el contacto físico repetitivo y mantenido.
· Un dejo de sensualidad que me imagino sólo una lesbiana puede identificar en otra mujer, preferentemente lesbiana.
· Una pose aunada a una actitud con cierto matiz de desafío, pues se está en guardia ante el mundo exterior.
· Una soltura y naturalidad para compartir con otra mujer que simplemente atrae como imán.
· La mirada, una mirada penetrante, interrogante, a veces un tanto asustada, otras un tanto seductora, una mirada que habla un idioma compartido.
· La forma de mover la manos, ni yo lo he logrado entender, pero casi que es la firma de una lesbiana.

Esta parejita que vi, entonces, me llamó la atención, pero no lo demostré, ¡claro!
Una debe ser discreta sin dejar de tomar toda la película y sus más mínimos detalles. Tendrían como unos 24 o 27 años. Ambas eran delgaditas, finitas, vestían casual deportivo, con pelo largo y rizado una, la otra un poco más corto y liso. La verdad, ambas estaban guapas. Se sentaron juntas y al instante ya una acariciaba la mejilla de la otra. En un par de ocasiones controlaron por donde estaba sentada y se fueron antes que yo. Sin cruzar palabra, no era necesario.
Ayer en el pasillo que conduce a mi área de trabajo, vi al menos dos mujeres que igualmente tenían casi que un cartel con la palabra “LESBIANA” en sus frentes. Ambas de peso completo, botas de construcción, gorras y pelo medio largo sin cuidar. Ropa holgada.
He observado que las mujeres mayorcitas no mantienen la mirada y manifiestan un cierto disconfort o incomodidad al darse cuenta que se ha descubierto su lesbianismo aunque sea por otra lesbiana, mientras que las chicas jóvenes mantienen la mirada y hasta hacen alarde de su status, como retando o simplemente siendo tal cual son.
Estamos en todos lados, pero a veces pasa que no vemos lo obvio o andamos en nuestros pensamientos y preocupaciones a tal grado que ignoramos a casi todo el resto de la humanidad. Observemos mejor, pongamos atención y podremos ser parte del descubrimiento que siempre ha estado ahí, todas esas lesbianas que de una u otra forma se cruzan en nuestro camino y actividades diarias, por doquier.


Comparto una publicación interesante al respecto y para mantenernos actualizadas.



Por favor, difundan y pongan este comunicado en vuestro sito web

El 28 de julio la ILGA aprovecho' de la ocasión de la presencia de muchos activistas a Outgames para lanzar su nueva publicación sobre

MOVIMIENTOS LÉSBICOS: RUPTURAS Y ALIANZAS

Las lesbianas siempre han estado presentes en varios movimientos de la sociedad civil, al lado de organizaciones de hombres gai, en los grupos feministas, también en la esfera artística y en la lucha de independencia de sus respectivos países. En décadas recientes, las lesbianas han estado presentes en la lucha por los derechos de igualdad de las mujeres de color, de las mujeres aborígenes, y más ampliamente, en los movimientos feministas.

La presente publicación, en inglés, es una recolección de experiencias de individuos de todo el mundo que han estado involucradas en los movimientos lésbicos, en organizaciones de la sociedad civil y por los derechos humanos. Se ha agradecido a aquellas lesbianas* de muchas partes del mundo que han guiado el camino y a quienes participan activamente en la lucha por el bienestar y reconocimiento de los derechos de todas las lesbianas.

Algunos de los ejemplos positivos demuestran que “la historia puede cambiarse” y que algunos grupos lésbicos han logrado canalizar sus preocupaciones colocándolas al lado de las de los movimientos principales. Algunas han luchado en contra del apartheid al tiempo que denuncian el racismo; otras trabajan por la construcción de la paz en sus latitudes; algunas más se están uniendo a diferentes grupos discriminados y vulnerables. Las lesbianas han demostrado más solidaridad que otros grupos y este hecho debe ser reconocido.
Las lesbianas aplican una forma de pensar revolucionaria que puede beneficiar a todos los actores de nuestra sociedad que luchan por igualdad de derechos y justicia.

Compartir experiencias y conocimientos es una vía para desarrollar habilidades; estar conscientes de esos logros es el primer paso hacia el empoderamiento y el orgullo. El informe es de corte positivo y tiene el objetivo de fortalecer el futuro del movimiento lésbico, en lugar de aferrarse al enfoque de víctimas.

Esta publicación también dejará muchas preguntas abiertas, por ejemplo: ¿Qué es feminismo?, ¿Están las preocupaciones de las lesbianas más relacionadas con las cuestiones de mujeres o con las de los homosexuales? A lo largo del documento podrás encontrar algunas respuestas que tal vez serán contradichas páginas más adelante. Esto probablemente es indicador de la diversidad y complejidad de los movimientos de lesbianas.

Ojalá que este trabajo despierte tu curiosidad por aprender más y que estos movimientos diferentes, aunque cercanos, logren inspirarte. También puede ser usado como herramienta de capacitación para el empoderamiento de jóvenes, lesbianas feministas dentro del movimiento LGBT y para despertar conciencia dentro de las organizaciones principales sobre la importancia de hablar de los derechos de las lesbianas.

Por favor, no dudes en difundir esta publicación, subirla a tu página web y, sobre todo, usarla como inspiración y fuente de empoderamiento en todas tus acciones.

“Las lesbianas están en todas partes” y podemos enorgullecernos de ello.

La publicación está disponible en versión pdf, y para ser leída en línea en el sitio web de ILGA. Es posible ordenar copias impresas, cubriendo los costos de envío. Favor de solicitar copias o enviar sugerencias y comentarios al correo: women@ilga.org.

Patricia Curzi
Coordinadora del Proyecto de Mujeres
ILGA

El término “lesbiana” se refiere a cualquier persona que se identifique como lesbiana, bisexual, butch, femme, andrógina, trans, queer o que no desee identificarse bajo ninguna etiqueta.

Puedes pedir copias pagando los gastos de envio. Para hacer tu ordinación o para comentarios, escriba a women@ilga.org.

Lea la publicacion en linea
http://www.ilga.org/news_results.asp?LanguageID=2&FileID=1273&FileCategory=21&ZoneID=21

viernes, 7 de agosto de 2009

ADICTAS A...


¿Acaso no has pensado que nos parecemos un poco?

Nos cogen, nos prueban, nos inhalan y nos aspiran.... y se hacen adictas a nosotras sin darse cuenta, y nosotros como tabaco que somos no somos nada si no estamos entre sus manos y entre sus labios.
Con el tiempo te das cuenta de que el tabaco no es bueno, y piensas en dejarlo, pero no sabes cómo, no encuentras el momento, pruebas incluso fumar menos... pierdes la moral cuando te das cuenta de que son las 3 de la madrugada y estas en la gasolinera medio vestida medio en pijama comprando tabaco... entonces reconoces que no tienes voluntad.... y eso te enoja... hasta que un día lo dejas así, de golpe porque asumes que es dañino y por orgullo, porque no admites que eso te pueda…

Entonces fumas ausencias, fumas mentalmente aunque ahora seas una ex-fumadora .
Te juras que no volverás a fumar (enamorarte).... y al cabo de un año vuelves a encender un cigarrillo.

Con el amor pasa lo mismo.


http://lokura.blogia.com/2005/noviembre.php

miércoles, 5 de agosto de 2009

LAS 7 RAREZAS, PASANDO LA CHIBOLITA


Loky dijo...
bueno quiero premiarte con un premio medio raro jejeje se llama 7 rarezas raro no bueno el chiste es que tenes que escribir 7 rarezas tuyas y luego otorgar este mismo premio a 7 blog que pues consideres que se lo merecen jejej saludos y un gran abrazo. y colocar el link de quien te mando este raro premio jeje
¡Vaya, vaya, la papaya…y lo que sigue…!

Me imagino que ahora vienen las gracias por considerarme rara o raro a mi blog…lésbico, lesbiana yo…lo cual antes era más original pero ahora ser lesbiana es “chick”, “cool” y nada de raro. Pero imagino que no es por eso lo de rara…sino porque indudablemente, soy “RARA” lo de lesbiana sólo es un valor agregado.

Qué es raro… algo poco usual, algo fuera de lo común, algo extraño, algo interesante, algo que deambula entre lo real y lo imaginario, algo que se sale del costal y del closet, algo que como en Plaza Sésamo…”una de estas cosas, no es como las otras, es diferente a todas las demás…”
Bueno, ya entonces para caminar un poco, 7 cosas raras…de mí. Fácil podría poner unas 500, pero sólo 7, eso es lo que lo hace difícil, tener que escoger lo raro de entre lo raro. OK, ahí voy, pero no vale burlarse.

· No puedo dormir sin calcetas.
· Uso Kleenex o servilletas para abrir las puertas de baños públicos.
· No me gusta que tomen de mi vaso.
· Me encanta la porno gay (chico con chico).
· Odio las inyecciones.
· Uso el queso como si fuera pan.
· Siendo fumadora, detesto el olor a cigarro que no sea el mío.
· Y…sólo se puede 7… así que finito.

A quienes les paso la antorcha…¿estamos hablando de raro, verdad? Pero del raro bonito, amable, chilero, etc.


Y eso sería todo por ahora, mientras se me ocurre y escribo otra rareza… o cualquier cosa que sea rara.

¡Querés ser mi amiga lesbiana?


Era una tarde noche entre semana, fuimos mis esposa y yo a comprar un pastelito de última hora para nuestra tía por su cumpleaños. Decidimos ir a la panadería San Martín de Majadas y afortunadamente encontramos buen parqueo.
Tras escoger un pastelito bien coqueto de chocolate, nos paramos en fila para pagar en una de las cajas. Al lado, estaban dos mujeres de más o menos entre 45 y 50 años y una mayor de cómo 70, calculando.
No hubo necesidad de diccionario, ni de letrero, ni de luces artificiales para darnos cuenta de que eran dos lesbianas con una familiar de edad, refaccionando tranquilamente. Yo sentí una gran emoción, una gran curiosidad, un magnetismo podría decir.

Pues entonces, aquí viene la situación a discutir. Ni mi esposa ni yo nos animamos a verlas o ponernos enfrente, menos a hablarles. Y aunque la lógica podría decir: “¿De qué cuenta le van a preguntar a una en público y siendo una completa extraña, si se es lesbiana? ¡Por favor!, ¿está acaso loca o qué diablos se cree? ¿Y de qué cuentas asumió que era lesbiana?, ¡que barbaridad! Porque hay mujeres hétero que parecen más lesbiana que yo elevada al cuadrado o hay lesbianas que parecen súper lesbianas y lo niegan hasta la muerte, si no es que no nos intentan destruir en ese m ismo momento.

Pero la verdad, en mi caso, me dieron unas ganas terribles de acercarme, hablarles, no sé…pedirles un teléfono y ver si podríamos juntarnos en otra ocasión para entablar una conversación y ver si pasaba a una amistad. Fue como estar a dos pasos de persona que entiendes, les tienes cariño, les admiras, te identificas, necesitas hacer contacto, se da una cuenta de lo solas que estamos, en general. De lo mucho que nos necesitamos para alimentarnos emocional y socialmente.

Se miraban como una pareja ya estable, maduras, educadas, que aman a los familiares ancianitos, en fin, presentables, daban ganas de conocerles. Pero no hice nada, sólo les volteé a ver una última vez con una gran sonrisa, por si acaso, después de pagar y como no me vieron, nos fuimos. Nunca las volví a ver. Y eso que Guatemala no es una ciudad tan grande, pero pueden pasar a veces años antes de volver a ver a un familiar, imagino que décadas antes de volver a ver a una lesbiana.

He caminado por centros comerciales y veo a varias lesbianas…¿por qué lo sé…que son lesbianas? Pues porque se les nota a leguas, porque es obvio y porque intercambiamos esa mirada tan peculiar de “Ni se te ocurra, soy lesbiana, pero ni te acerques”. OK, yo no muy que la hago, mejor pongo mi mirada de “¡somos familia!” y que mi esposa tanto cuestiona porque le agrega una connotación de picardía o flirteo…lo cual, es y no es, pero no es el punto…¿o si?
De esto se desglosa la diferencia en “lenguaje corporal” con nuestros familiares Gays. Los hombres son unos artistas en esto y además el beneficio es que socializan más y mejor, no son cavernícolas inseguros y encerrados como muchas, muchas, muchas lesbianas. Y no es que sean mojigatas, sino que la mayoría anda dis que en el closet o no saben qué hacer, frente a otra mujer que como ellas es lesbiana.

Entonces, si las conocemos, las saludamos y somos amables o nos hacemos las locas si nos caen mal. Si no las conocemos pueden pasar varias cosas. Una es que les volteemos la cara porque nos vieron feo. Otra es que sonriamos o hasta nos pasemos de galantes y no apartemos la mirada, lo cual no siempre sale bien. Y otra es que aparentemos que no vimos a nadie ni nada, para evitar problemas con la pareja.
Entonces, no conocemos gente nueva, o sea, LESBIANAS, en lugares públicos. No hablamos ni entablamos contacto con lesbianas en el cine, el teatro, el supermercado, la boutique de ropa, el restaurante italiano de moda, el parque de Antigua, ni siquiera en los bares de mala muerte que hay por ahí. Pero si nisiquiera en la marcha de orgullo y dignidad LGBT pudimos cruzar palabras entre varias lasbianas que participamos por no “conocernos”.

No nos hablamos y menos nos miramos hasta que por causas a veces inexplicables nos presentan o coincidimos con alguna amistad en común que desconocíamos, y ya entablamos comunicación. Tan extraño y tan infantil.
¿Por qué las lesbianas somos tan ariscas? ¿Tan desconfiadas? Y ¿por qué en las relaciones se hace más difícil el socializar? ¿Habrá un patrón escondido? ¿Habrá una causa subyacente de importancia monumental?

Mi teoría entre otras es que evitamos y mantenemos distancia por miedo… desconfianza…inseguridad…:
- Y que, “se tiene la tonta idea que mujer lesbiana que se acerca a mujer lesbiana es porque quiere irse a la cama”. Cuando al final, perdemos oportunidades de conocer y hacer grandes amistades.
- Y que, “al estar ya en una relación, no se necesita y no es aconsejable socializar, porque pueden meterse y arruinar la relación”.
- Y que, “si me ven con lesbianas, no hay pierde que se sabrá que soy una de ellas y no me puedo arriesgar”.

Y al final, tener amigas lesbianas es genial, sobre todo como las mías y espero, como las que espero tener en el futuro. ¡Porque una amistad vale la pena siempre!

domingo, 2 de agosto de 2009

SUEÑOS ERÓTICOS...INCREIBLES


Lo recuerdo tan bien. Los sonidos, las texturas, las palabras, los besos, las caricias, cómo mi respiración y mi pulso se aceleraban, cómo mi cuerpo se entregaba y mi vergüenza se esfumaba sin poderlo evitar.

Todo empezó en una vieja casa, parecía abandonada pero había personas en su interior. He de admitir que me llamó la atención porque eran muchas mujeres, con miradas punzantes y al mismo tiempo que evadían un contacto que durara más de los fugaces momentos permitidos, por a saber que ley.

Vestían de forma excéntrica y sin quererlo, atraían mi mirada como imán. Había algunos hombres, guapos y altivos que rondaban la propiedad con pasos largos y lentos sin aparentemente padecer de las prisas del día a día cotidiano al que estaba acostumbrada.

Por un momento pensé que se trataba de una obra o evento artístico especial dónde todos vestían trajes de otras épocas, donde la cantidad era minimizada a su máxima expresión. Telas de colores claros y obviamente transparentes, que dejaba y a la vez no permitía con certeza describir lo que debajo de ella había. Cuerpos y formas, con la interrogante unida a cada prenda.

Estaba nublado, pero no había frío. No recuerdo bien por qué llegué allí. Creo que referida de una amiga o dos, para experimentar una alternativa en mi vida. Pero en esos momentos no sabía cuál era o a qué se refería.
Los recuerdos empiezan a desvanecerse lastimosamente en mi memoria, al momento de escribir en palabras lo que juraría viví en persona, pero los detalles se difuminan, aunque las sensaciones no me abandonan.

Al entrar en esta casona de madera antigua, las personas no me preguntaban por qué estaba ahí, ni qué era lo que buscaba y quería. Parecía como si fuese una más de un grupo nutrido de mujeres y hombres que charlaban y compartían entre sí. Es más, tenía la impresión de que me miraban con cierta picardía y burla en sus ojos, como cuando saben más de lo que yo debería saber.

Entonces empiezo a reconocer caras, son amistades de mi pasado y algunas de mi presente. Compañeros de la universidad, algunos del colegio y otros, colegas o amistades en la actualidad. Por supuesto me siento mejor, hay gente conocida que me saluda y parece estar muy contenta de verme ahí. Siento que regresa mi confianza y entonces me dispongo a indagar mi presencia en ese peculiar lugar.

Por cierto es de día, como dije, la luz era de ese brillante ofensivo de un cielo gris blanquecino, como si al final de la tarde fuera a llover y posiblemente con suerte, a refrescar. Dentro no había penumbra, todo era fácilmente visible.

Noté con cierta extrañeza, que por alguna razón que aún no entendía, cómo sentía atracción por varias de las chicas que se cruzaban en mi camino. No recuerdo haber bebido nada, menos fumado o similares. Pero mi cuerpo estaba tomando control de mi razón y lógica y en mi medio susto e intriga, yo tan sólo parecía observarme sin poder intervenir.

De tal forma que así, de repente, sin explicación, como la mayoría de lo que me estaba pasando en ese lugar, empecé a hacer contacto físico con mujeres que me respondía con bastante entusiasmo. Primero fueron besos, y de los gruesos. Sí recuerdo que por mi mente pasaban pensamientos de alerta sobre gérmenes y otras contaminaciones pero no me importaba a la larga, era tal la sensación de deseo y abandono que me envolvía, que sólo besaba más y a más. Entonces vinieron las caricias. Por alguna magia desconocida, mis ropas eran ligeras y holgadas, dando acceso a mi cuerpo a manos y bocas en busca de más.

La escena cambió en un abrir y cerrar de ojos. Ya estaba en una gran sala, con una alfombra gigantesca y acolchonada. Había una mujer guapísima a mi lado que describía a personas que yo bien conocía, se habían entregado y aún eran partícipes de las actividades físicas que ahí con cierta periodicidad, se realizaban. Contaba con detalles eventos de suprema intimidad, y mi asombro e incredulidad eran descomunales.

Cuando me percaté, mi actual esposa estaba también en tan singular reunión. Aparentemente habíamos llegado juntas, aunque no lo recordaba hasta ese momento. Me llenó de tranquilidad, pues la situación se estaba tornando comprometedora. Le hice un gesto al cual contestó con un asentir de su cabeza. Estábamos bien, estábamos de acuerdo, no había dudas, nos permitiríamos experimentar.

Lo que estaba ocurriendo, sabía yo en mis cabales, era totalmente imposible, de ninguna forma en esta vida humana actual, íbamos a estar tan dispuestas, voluntariosas y anuentes con mi esposa a participar en lo que a gritos y toda luz era una gran orgía. No way!.

Pero era tan real, que ¿por qué no? ¿Cuándo y cómo habíamos llegado a un arreglo, de qué cuenta nos habíamos embarcado en tan alocada aventura, no tenía ni la más mínima o remota idea, pero ahí estábamos y lo que más quería en ese momento, era dejarme llevar, que pasara de todo y con todos y no ver atrás.

De repente una mujer, no recuerdo ya si la misma o una de tantas, tomó posición entre mis piernas, de mis labios ya húmedos y me dio tal beso que literalmente sentí mi cerebro explotar. Podía escuchar la intensidad de mis gemidos, y podía sentir en cada poro la intensidad de mi deseo y pasión. Fue tan real, la sensación tan plena que me desorientó.

Pero la realidad última luchaba implacablemente por salir, y ví con total terror cómo mi esposa se levantaba con la intención de irse, alejarse de tan pecaminosa escena y lugar. La tomé de una brazo y le dije que no había nada de qué preocuparse, que era seguro, que ella también degustara del placer y atención que todos por doquier nos ofrecían. Que no me molestaba verla gozar y que habíamos acordado hacerlo sin reservas pues no habría consecuencias.

No recuerdo bien, pero aunque no la convencí totalmente, no se fue. Y luego, sentí otra boca, otra convulsión de placer y todo a mi alrededor se nubló. Posteriormente se acercó este buen amigo de la universidad, bien gay, y yo sólo le pregunté si estaba protegido a lo cual me sonrió y sus palabras llegaron del más allá asegurándome que estaba limpio y no tenía por qué temer. Lo deseaba tanto como a las chicas a mi alrededor, tomé con desesperación su densa cabellera entre mis manos y entre las piernas también me besó.

Había tantas sensaciones, tantos sentimientos confusos y encontrados, sabía que lo que estaba pasando era increíble así como improbable y no digamos cuestionable. Mi cuerpo no obedecía a la lógica que sin lograrlo trataba de imponerse, sólo sentía, sentía y quería sentir más.

Estaba tan asustada como extasiada. Me desconocía en mente y cuerpo, no era yo, pero ahí estaba yo.

Entonces, en medio de una excitación magnánima, entregada sin reservas a lo inevitable y que no sabía cómo ni cuando iba a acabar, escuché a mi esposa entre nubes, preguntarme si me sentía mejor.

Abrí lo ojos y la vi parada a la entrada de la recámara, casi no podía enfocar, pero sin duda todo vino a tomar su sitio en la realidad. Era de mañana y la noche anterior había tenido malestar estomacal, sin poder dormir hasta que sin sentirlo, el sopor y una loca imaginación me alejaron a un mundo descabellado de sueños sin pena o pudor.

De si los sueños tienen significado, o si son realidades paralelas, o si una comilona de la noche previa los causa, o si el inconsciente los descubre, o lo que sea…ya se desvanecen, ya los recuerdos son vagos, nada es consistente, nada que castigar, que lamentar o que ocultar. Sólo sueños son, y nada más.

Acerca de mí

Mi foto
Guatemala
Buscando respuestas, busco opciones, busco opiniones, busco saber y aprender.Simplemente, no cumplo con ninguna regla, espectativa, predicciòn o definiciòn.

CREO...QUE...


"La búsqueda de dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe. A los dioses no se les busca, se les crea..." Maximo Gorki

UNA DE TANTAS CONCLUSIONES...

"Cuando practicamos Zen, vemos que el dolor no es malo. Simplemente es dolor. Si nos pasamos la vida huyendo de momentos dolorosos, le cerramos la puerta a muchas cosas que de lo que la vida nos trae, tanto el dolor como la alegría. No podemos llorar cuando estamos tristes, ni podemos reir cuando estamos felices. Cuando evitamos el dolor y peleamos para no sentirlo, el dolor se convierte en sufrimiento.
Hay una enorme diferencia entre dolor y sufrimiento. El dolor con frecuencia no puede ser evitado, pero el sufrimiento si. Al aprender las diferencias entre ambos, muchos temores desaparecen."
Brenda Shoshanna.

"Gender, along with race, class, ethnicity, and age, is one of the most profound social status determinants in our society--
Gender is just not what I care about or even really notice in a sexual partner--I judge each person as an individual--I have categories, but gender isn´t one of them. I´m erotically attracted to intelligent people, to people with a kind of sleazy, sexy come-on, to eccentrics."
Jane Litwoman


“Nuestro temor a lo que sea que lo cause, se origina de nuestra ignorancia y se manifiesta a través de nuestras inseguridades. Reaccionamos con fobias, rechazo y ataque, según nosotros para defendernos de los fantasmas de nuestra mente...cuando estos temores son tan sólo engaños y nos volvemos sus indefensos esclavos.”


CABALASISOY

PERSONA SUPER ESPECIALES

Lecturas recomendadas

  • A Concise History of Euthanasia: Life, Death, God and Medicine by Ian Dowbiggin
  • A Forest of Kings by Friedel, Schele
  • A Short History of guatemala by Ralph Lee
  • All Women are Healers by Diane Stein
  • Bi Any other Name edited by L. Hutchins and L. Kaahumanu
  • Blood and Guts by Richard Hollingham
  • Body Work: A V.I. Warshawski Novel by Sara Paretsky
  • Brother Iron, Sister Steel: A Bodybuilder's Book by Dave Draper
  • Chronicle of the Maya Kings and Queens by Martin, Grube
  • Cure by Robin Cook
  • Dying with Confidence by Anyen Rinpoche
  • Fearless by Brenda Shoshanna ,PhD
  • Happiness is an Inside Job
  • History of Medicine by Jacalyn Duffin
  • How to be Sick by Toni Bernhard
  • Human Remains by Helen MacDonald
  • Ice Cold by Tess Gerritsen
  • If the Buddha Dated by Charlotte Kasl
  • If the Buddha Got Stuck by charlotte Kasl Ph. D.
  • In the Land of Invisible Women by Qanta A. Ahmed, MD
  • It`s Easier Than You Think by Sylvia Boorstein
  • Joe Weider's Ultimate Bodybuilding Joe Weider's Ultimate Bodybuilding by Joe Weider, Bill Reynolds
  • Kate Daniels Series by Ilona Andrews
  • Lesbian Couples by Merilee Clunis, PhD; Dorsey Green, PhD.
  • Medical Firsts by Robert E. Adler
  • Medicine Women by Elisabeth Brooke
  • Medicine Women, Curanderas and Women Doctors by Perrone, et al.
  • Mercy Thompson, Series by Patricia Briggs
  • One year to a Life of Writing by Susan M: Tiberghien
  • Pay Attention by Sylvia Boorstein
  • Pioneer Doctor by Mari Grana
  • Practicing Peace in Times of War by Pema Chodron
  • Sastun by Rosita Arvigo, et al.
  • Stiff by Mary Roach
  • That`s Funny by Sylvia Boorstein
  • The Code of Kings by Linda Schele, et al
  • The Disappearing Spoon by Sam Kean
  • The Excellent Dr. Blackwell by Julia Boyd
  • The Girl Who Played with Fire by Stieg Larsson
  • The Girl with the Dragon Tattoo by Stieg Larsson
  • The Gost Map by Steven Johnson
  • The Knive Man by Wendy Moore
  • The Middle Ages by Morris Bishop
  • The Mists of Avalon by Marion Zimmer B.
  • The Plague Tales by Ann Benson
  • The Scalpel and the Silver Bear by Alvord, Cohen
  • The Woman in the Shaman`s Body by B. Tedlock
  • Virals by Kathy Reichs
  • Western Medicine by Irvine Loundon
  • Witches, Midwives and Nurses by Ehrenreich and English
  • Woman as Healer by Jeanne Achtberg
  • Woman Who Glows in the Dark by Elena Avila, et al.
  • Women Healers by Elisabeth Brooke
  • Women Physicians and the Culture of Medicine by More et al
  • Writing Down the Bones by Natalie Goldberg
  • Zen Miracles by Brenda Shoshanna Ph. D.