martes, 24 de marzo de 2009

ESTA VIDA LEZZZ CAPITULO 2




Cualquiera diría que su vida era por épocas muy desordenada…

… un ejemplo se presentaba precisamente en estos momentos. Su vida ahora, de nuevo desordenada, se combinaba malévolamente con un terrible dolor de cabeza.

Si, si, la deshidratación no le ayudaba en nada. La luz del sol, rayos intensos que atravesaban la ventana como dardos dorados que rociaban la cama de luz y calor in crescendo tampoco ayudaban. Cómo había olvidado, entre otras cosas, cerrar las cortinas…un misterio más.

Su brazo derecho estaba entumecido bajo el peso de un cuerpo desnudo de mujer…”eso”… tampoco le alentaba. Tener la boca seca como lija número 2 y el entrepierna aún palpitante pero dolorido, no eran para sentirse mejor.
¡Wow!, qué noche. Qué madrugada y ahora, qué pesadilla de despertar.

“Midnight train to Georgia” tuvo la culpa de todo. Esa melodía aunada a esa copa de más fue lo que le hizo dejar la prudencia por la osadía y no reparar en nada más…que no fuera en los instintos básicos de supervivencia a nivel horizontal…

Amy, Mary, Lucy…¿cuál era el nombre de la chica a su lado, que dormía tan tranquila sin aparentemente sufrir los estragos de las copas, el baile y el sexo? Tenía que ser la edad, a los veintes todo se aguanta…mucho mejor,... en los siguientes minutos de agonía, los recuerdos inundaron su memoria como una cascada descontrolada de sensaciones, sonidos, sabores.

Pasaron muchas noches de cortejo, de interminables conversaciones, de ruborizarse y sonreír tímidamente. Ambas lo sentían, pero no se animaban. La química era innegable y lo confirmaron finalmente una noche luego de intensa exploración y experimentación en sus cuerpos hasta entonces desconocidos entre sí, pero ansiosos de ser descubiertos y expuestos al amor.

Habrían prolongado tan satisfactoria experiencia cuando el timbre de la puerta empezó a sonar como si estuviese poseído por Poltergeist, la Siguanaba, el Sombrerón y toda la comitiva de entes con el propósito de sabotearles su primera vez juntas.
A medio vestir Grace estaba a punto de abrir la puerta cuando Corina, la chica que acababa de compartir su cama, que muy nerviosa había visto por la ventana le gritó: “¡No te acerques ni abras la puerta, es mi pareja!”…si el corazón, la mente o todo el cuerpo se le paralizó ante esta súbita y muy interesante noticia, no lo supo Grace con certeza, pero de lo que sí estaba enterada, es de su participación en una más que obvia manifestación de infidelidad y ella era coprotagonista destacada en primera fila. No era una opción el diálogo reconciliador como:…“Oye, perdona pero nunca te mencionó…ni en los momentos de mayor pasión”…o…”lo lamento, no sabía que tenía pareja…y fueras “¡Tú!”…” Porque lo peor del caso, al ver Grace de quien se trataba, se confirmó que en efecto conocía a la novia de esta chica…y muy bien, pues como sólo las vueltas del destino pueden enredarse, había sido su primera pareja, también.

El recuerdo le hizo salir un poco más del estupor en que se encontraba, sufriendo semejante malestar aún tendida en la cama. Hasta pensó que había escuchado que llamaban a la puerta y se sobresaltó. “¿Sería ésta, otra chica comprometida y ella en medio de la guerra, sin coartada, sin trinchera, sin ropa y sin fuerzas de defenderse aunque fuese para salvar su vida? No otra vez…” pensó. Pero el silencio se mantuvo, el peligro no pasó de ser parte de su imaginación rauda en un encuentro casual fuera del país. Los huéspedes más afortunados que ella, chapoteaban en la piscina a unos metros de la habitación. No estaba sola si era atacada, de todos modos esta vez no pensaba abrir ninguna puerta.

La noche anterior había llegado al bar en cuestión, que rebosaba de lesbianas, gays, algunos travestis, las obligadas drag queens y curiosos turistas. Apenas tuvo tiempo de ordenar un cóctel y buscar un buen lugar frente al escenario cuando el concierto empezó. El grupo invitado superó cualquier expectativa de los presentes, la actuación fue fenomenal.

El público fue arrastrado a la pista de baile después de la segunda melodía y entonces el frenesí se apoderó de todos. El ambiente estaba súper cargado de hormonas. Podía ser también por causa del viento salado del mar no muy lejano, o el calor tropical, o los colores de arco iris por doquier, o la infinidad de lesbianas tan guapas, o simplemente, una noche de fiesta gay con unas copas de más…en el momento y lugar precisos.

Mejor hubiera tomado sólo vino o en el peor de los casos, cerveza Miller Light, pero esos cocteles, le estaban partiendo el estómago. Cómo decir que no a las invitaciones de tantas chicas acaloradas, risueñas y dispuestas a hacerla sentir bien, muy bien… ¡difícil!, y sin pagar un solo centavo.

Lo que estaba más claro que el agua, fue que ese sufrimiento era el resultado de haber llegado con el fin de una revancha, con las ganas de dejar de sentir dolor y abandono por una mujer que no la merecía, que no la amaba… con las más puras intenciones de embriagarse con un ambiente lésbico que la hiciera olvidar y recuperar un poco de su autoestima.

Qué calor hacía, empezó a sudar. Con relativo cuidado pero salpicado con un poco de desesperación logró remover su brazo por debajo de su desconocida amante y logró incorporarse en la cama. “No podía vomitar… sería muy mal visto”, pero la náusea no le dejaba casi respirar, “¡detestaba vomitar, maldición!”

Volvió del baño con una palidez de resaca pura, pensando sólo en la imperiosa necesidad de un café tan cargado como el dolor de cabeza que no la dejaba en paz, pero no sin antes asegurarse que no había una pareja abandonada asechando por el pasillo o por una ventana…todo afuera yacía ahora en perfecta calma.
“Dile que no pasó nada, que no es lo que parece”, le dijo Corina tras la aparición de su otra mitad. Si pues, cabal, como si todo se lo hubiera imaginado, como si no se les notara a leguas que acababan de tener algo más profundo y húmedo que una simple conversación. ¿Acaso era esta mujer tonta o le estaba viendo a Grace la cara y todo lo demás de más tonta? Y, ¿por qué tenía Astrid que aparecer en una forma tan precisa como inoportuna después de tantos años de haber terminado como pareja e inclusive de haber enterrado la amistad? ¿Habría gato escondido e intenciones que desconocía? ¿Qué no había más lesbianas en Guatemala, que no fueran exes de exes de exes?

Esto era no sólo ridículo, sino que potencialmente peligroso y vergonzoso. A esas horas de la noche y con el vecindario en butaca preferencial presenciando un episodio inédito de drama lésbico a todo grito y color, su reputación había caído estrepitosamente.

Ahora no sólo sería la doctora lesbiana, sino que adúltera y escandalosa. Tenía que salir de inmediato para comprar una máscara o cambiar de identidad en la Municipalidad más cerca.


Caminó lentamente a la cocineta, donde preparó café, qué curioso, viajó a otro país para tomar café de Guatemala, específicamente de Cobán. Menos mal, pues el de Antigua es muy ácido y le habría sentado mal…y ni hablar del café de Fraijanes.

Por lo visto, Astrid no pensaba dar un paso atrás, o le abrían o tiraba literalmente la puerta. Como buena hija de finqueros cafetaleros, su temperamento era de armas tomar. Así de celosa había sido con Grace en su tiempo, no había cambiado nada.

Lo tristemente curioso es que ahora era ella la que estaba del lado traicionado y por lo visto, no estaba acostumbrada. “A todo cerdito le llega su hora”, pensó Grace, y la vida se estaba encargando de devolverle a Astrid una pequeña muestra de lo que hizo pasar a otras chicas, incluyendo a Grace., mucho, mucho tiempo atrás. “¿Qué diablos les pasaba a las lesbianas, no tenían suficiente con una relación?

”¿Qué le pasaba al aire acondicionado?”, el calor era insoportable. Cuando Grace revisó el panel de control notó que estaba desconectado, al lado del cable yacía una de sus botas y el sostén de…como se llame. Por lo visto, habían tenido algo de prisa.

De pronto oyó una voz, “Hi Gorgeous! Can I have a cup of coffee too?”
“Sure”, y como si fuera en cámara lenta le llevó la taza a la cama.
Ambas tomaron unos sorbos de café observándose disimuladamente. Que bochorno, ni sabía su nombre, ni de qué platicar, ni si quería platicar o meterse en el refrigerador para lograr sobrevivir unas horas más.

Su desconocida amante tenía un cabello largo, rubio, sedoso, que cubría parcialmente su pecho y abdomen. Tenía un busto pequeño y firme, un piercing en el ombligo y unas piernas largas y fuertes. Todavía las podía sentir alrededor de su cintura. Miró hacia otro lado, "¿qué le iba a decir, si fue tan sólo una noche de diversión?"

La rubia le cuestionó: “¿Ya vamos tarde para la primer plática, no te parece?"
Grace arqueó una ceja, inclinó la cabeza, tragó saliva imaginaria y le dijo: “Mira, siento que el cerebro se me va a salir por los oídos, no te mentiré diciendo que recuerdo cada detalle…aunque fue genial, claro, pero…no suelo ser tan impulsiva, yo no sé…”

“Tranquila chica, ¿no recuerdas que soy enfermera de pacientes terminales de SIDA y que también vine al congreso anual? Te lo conté cuando bailábamos anoche, mucho antes de venir...aquí…”

Cierto, pero sus neuronas se negaban a trabajar, mucho menos a recordar conversaciones…durante un flirteo que creyó no llegaría a más.
“¡Lindo lugar éste!” concluyo la rubia con una chispa en los ojos, “ Yo vivo en Daytona, pero podría querer volver”.

1 comentario:

Judy dijo...

WOW!!!! Me gusta. Can’t wait to read the rest….

Acerca de mí

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Guatemala
Buscando respuestas, busco opciones, busco opiniones, busco saber y aprender.Simplemente, no cumplo con ninguna regla, espectativa, predicciòn o definiciòn.

CREO...QUE...


"La búsqueda de dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe. A los dioses no se les busca, se les crea..." Maximo Gorki

UNA DE TANTAS CONCLUSIONES...

"Cuando practicamos Zen, vemos que el dolor no es malo. Simplemente es dolor. Si nos pasamos la vida huyendo de momentos dolorosos, le cerramos la puerta a muchas cosas que de lo que la vida nos trae, tanto el dolor como la alegría. No podemos llorar cuando estamos tristes, ni podemos reir cuando estamos felices. Cuando evitamos el dolor y peleamos para no sentirlo, el dolor se convierte en sufrimiento.
Hay una enorme diferencia entre dolor y sufrimiento. El dolor con frecuencia no puede ser evitado, pero el sufrimiento si. Al aprender las diferencias entre ambos, muchos temores desaparecen."
Brenda Shoshanna.

"Gender, along with race, class, ethnicity, and age, is one of the most profound social status determinants in our society--
Gender is just not what I care about or even really notice in a sexual partner--I judge each person as an individual--I have categories, but gender isn´t one of them. I´m erotically attracted to intelligent people, to people with a kind of sleazy, sexy come-on, to eccentrics."
Jane Litwoman


“Nuestro temor a lo que sea que lo cause, se origina de nuestra ignorancia y se manifiesta a través de nuestras inseguridades. Reaccionamos con fobias, rechazo y ataque, según nosotros para defendernos de los fantasmas de nuestra mente...cuando estos temores son tan sólo engaños y nos volvemos sus indefensos esclavos.”


CABALASISOY

PERSONA SUPER ESPECIALES

Lecturas recomendadas

  • A Concise History of Euthanasia: Life, Death, God and Medicine by Ian Dowbiggin
  • A Forest of Kings by Friedel, Schele
  • A Short History of guatemala by Ralph Lee
  • All Women are Healers by Diane Stein
  • Bi Any other Name edited by L. Hutchins and L. Kaahumanu
  • Blood and Guts by Richard Hollingham
  • Body Work: A V.I. Warshawski Novel by Sara Paretsky
  • Brother Iron, Sister Steel: A Bodybuilder's Book by Dave Draper
  • Chronicle of the Maya Kings and Queens by Martin, Grube
  • Cure by Robin Cook
  • Dying with Confidence by Anyen Rinpoche
  • Fearless by Brenda Shoshanna ,PhD
  • Happiness is an Inside Job
  • History of Medicine by Jacalyn Duffin
  • How to be Sick by Toni Bernhard
  • Human Remains by Helen MacDonald
  • Ice Cold by Tess Gerritsen
  • If the Buddha Dated by Charlotte Kasl
  • If the Buddha Got Stuck by charlotte Kasl Ph. D.
  • In the Land of Invisible Women by Qanta A. Ahmed, MD
  • It`s Easier Than You Think by Sylvia Boorstein
  • Joe Weider's Ultimate Bodybuilding Joe Weider's Ultimate Bodybuilding by Joe Weider, Bill Reynolds
  • Kate Daniels Series by Ilona Andrews
  • Lesbian Couples by Merilee Clunis, PhD; Dorsey Green, PhD.
  • Medical Firsts by Robert E. Adler
  • Medicine Women by Elisabeth Brooke
  • Medicine Women, Curanderas and Women Doctors by Perrone, et al.
  • Mercy Thompson, Series by Patricia Briggs
  • One year to a Life of Writing by Susan M: Tiberghien
  • Pay Attention by Sylvia Boorstein
  • Pioneer Doctor by Mari Grana
  • Practicing Peace in Times of War by Pema Chodron
  • Sastun by Rosita Arvigo, et al.
  • Stiff by Mary Roach
  • That`s Funny by Sylvia Boorstein
  • The Code of Kings by Linda Schele, et al
  • The Disappearing Spoon by Sam Kean
  • The Excellent Dr. Blackwell by Julia Boyd
  • The Girl Who Played with Fire by Stieg Larsson
  • The Girl with the Dragon Tattoo by Stieg Larsson
  • The Gost Map by Steven Johnson
  • The Knive Man by Wendy Moore
  • The Middle Ages by Morris Bishop
  • The Mists of Avalon by Marion Zimmer B.
  • The Plague Tales by Ann Benson
  • The Scalpel and the Silver Bear by Alvord, Cohen
  • The Woman in the Shaman`s Body by B. Tedlock
  • Virals by Kathy Reichs
  • Western Medicine by Irvine Loundon
  • Witches, Midwives and Nurses by Ehrenreich and English
  • Woman as Healer by Jeanne Achtberg
  • Woman Who Glows in the Dark by Elena Avila, et al.
  • Women Healers by Elisabeth Brooke
  • Women Physicians and the Culture of Medicine by More et al
  • Writing Down the Bones by Natalie Goldberg
  • Zen Miracles by Brenda Shoshanna Ph. D.