domingo, 22 de marzo de 2009

ESTA VIDA LEZZZ CAPITULO 1




Abrió la puerta de la alcoba, entraba el sol de una tarde radiante y calurosa.

Lo primero que vio fue la cama, meticulosamente preparada para el amor. Cuál amor se preguntaba, en su lugar tenía un amargo sabor a traición, a soledad y a tristeza.

Cerró la puerta tras ella, dejó la valija de rueditas cerca de la ventana y se dejó caer, sin mucha gracia sobre el cobertor color naranja pálido. Qué suaves son las camas de hotel. Debería comprar una para el apartamento y quedarse ahí tendida mientras el tiempo pasa y así no pensar más.

La reservación había sido para dos. Así también el anticipo y el costo por noche, desayuno incluido, en una B&B gay muy bien recomendada por Gay Fodor´s y Pink Pages. No sólo le habían dejado plantada, sino que endeudada.

A pesar de su ánimo sombrío, no podía ignorar que se encontraba de viaje, medio de vacaciones y atendiendo un congreso, "el congreso" que esperó tanto para lograr asistir.

En fín, "cuando una puerta se cierra, mil ventanas se abren", pensó. Era su oportunidad para dar a conocer el trabajo de todo un año, con descubrimientos y sugerencias que beneficiaría a muchos pacientes de la comunidad GLBT no sólo en Guatemala, sino que probablemente en América Latina.

Debía cambiarse y buscar un taxi, sólo quedaba esa tarde para inscribirse, recoger papelería, programas y gafete pues las pláticas iniciaban al día siguiente. Era el congreso anual de la Asociación Médica GLBT. Donde médicos de todo el continente se reunían para tratar y compartir avances médicos sobre temas directamente relacionados con la comunidad gay, lesbiana, trans y bisexual.

“Tiene que haber alguien soltera, sola, amigable, amable…” pensaba, alguien que como ella, pudiera aprovechar la compañía y tal vez una aventura no estaría de más.

Hacía meses se habían sentado para planear el viaje, luego de recibir la invitación como exponente, la emoción le embargó. El trabajo era importante, pero también el descansar y compartir como pareja…al menos eso creía que eran.
Esta vez la sede era Miami, donde la vida nocturna gay tiene fama de ofrecer más de lo que la imaginación alcanza. Además coincidirá con la noche de Halloween, fenomenal exhibición de trajes y semi desnudos, por toda Lincoln Road.

Sería la luna de miel que tanto había deseado y para la cual no habían logrado hacer el tiempo necesario. Entonces, un par de meses antes del viaje lo notó...
“No voy a pensar más en ello, basta Grace, no te tortures así, déjalo estar”, se repitió una vez más, de las mil en sólo ese día.

Estaba cansada, más por madrugar, que por el viaje y las pastillas…"tenía que madurar", pensó. El insomnio la había perseguido a lo largo de las últimas semanas y necesitaba taaantooo dormir, pero sin soñar, nada, ni con ella. Finalmente tras empacar la noche antes del viaje, sucumbió a los ansiolíticos que tanto temía, pero así también añoraba.

En el aeropuerto, la espera, el papeleo, la revisión de cada pieza de equipaje, el desorden, las preguntas de cajón, el bullicio, la falta de descanso, la habían terminado de agotar. Una experiencia que de no ser por la tenue ilusión de cambiar de ambiente, habría tratado a toda costa de evitar.
Dormiría durante todo el vuelo, por tres horas y no pensaría en nada… pero la tenía dentro de cada célula de su cuerpo, la llevaba sin tenerla, sin poder tocarla, sin verla...

Se quitó la chaqueta negra de cuero, (nota mental: no usar cuero cuano hace tantísimo calor y luego pesa tanto al cargar) , el pantalón y los botines, la blusa de manga corta color rosa…si le vieran los del trabajo reirían por su aspecto ahora tan…¿femenino? Al diablo con lo que piense el mundo, la sociedad, cualquiera, no le había importado antes y menos hoy. Su humor se había transformado de taciturno a explosivo. Definitivamente no estaba en su mejor día.
En ropa interior fue a encender el aire acondicionado y lo colocó al máximo. Se quedó frente a la caja que emitía una ráfaga de viento gélido hasta que se le erizó la piel, mejor enfriar los ánimos...

Eran ya muy tarde cuando le llamó e informó que no dormiría en casa, tenía mucho trabajo y lo terminaría en la casa de sus padres. No era raro, su trabajo estaba a casi dos horas en carro del apartamento y sus padres a menos de tres cuadras.

Pero esta vez algo incomodaba a Grace, un sexto sentido le hacía ver una lucecita roja de peligro muy dentro de su pensamiento y por qué no, de su corazón.

No era su costumbre, pero necesitaba escuchar a Mandy, para tranquilizarse o para comprobar…”buenas noches Don Marcos, si, estoy bien, algo cansada y aún preparando la presentación…si , los resultados son prometedores…no, necesitamos más fondos…claro que le mantendré al tanto…¿podría hablar con Mandy? … Entiendo..., claro sin duda, un... mal entendido, gracias y buenas noches”.

Le ardía el pecho al recordar ese momento, Mandy no había pasado a casa de sus padres, es más, les había platicado de un viaje a Panajachel, de última hora, con una colega del trabajo y que Grace por sus ocupaciones no les había podido acompañar. Volvió a la realidad cuando le atacó un acceso de tos, estaba helada.

Optó en vez de un baño de burbujas, disfrutar de una ducha larga y bien caliente. Tomó la extensión de la regadera masajeadora y dejó que el agua ejerciera presión sobre todo su cuerpo, en especial entre sus piernas, el agua a chorro le hacía sentir excitada, la forma como juguetona pero firmemente el chorro de agua golpeaba esas áreas tan sensibles, tan ansiosas de liberar todo ese deseo y frustración de las últimas semanas.

No sintió el paso del tiempo, entre la estimulación del agua y de sus propias manos, tuvo varios orgasmos que la dejaron relajada, agotada, pensativa....

Sintió un cuerpo frío pero ardiente bajo las sábanas. Estaba aún oscuro y tenía un lejano olor a vino en la boca. Pero también olía a otra mujer. La acarició como sólo ella sabía, con la certeza de que en sus brazos se derretiría y así fue.
No hicieron el amor, pero el sexo fue agresivo, entre sollozos y gemidos alcanzó un climax lleno de doloroso placer.
Dolor de amar tanto y ser igualmente engañada.
Por la mañana le dijo que no la acompañaría a Miami, que tenía un viaje de negocios imprevisto. Grace no le respondió, sólo dio media vuelta en la cama y llorando se durmió...

Al abrir los ojos, notó que tenía frío y la iluminación del baño era tenue. Se había recostado en la bañera y ...“¡Rayos! Me perdí la inscripción”.
Medio adormilada, torpemente colocó una toalla blanca, grande y muy suave alrededor de su cuerpo y se dirigió a ver su reloj de pulsera.
Las seis treinta de la tarde, increíble que haya permanecido languideciendo y recordando por casi ¡3 horas!
Sopesó en cortos minutos sus opciones, el tomarse esa tarde libre o correr como loca y posiblemente llegar al hotel sede del evento cuando ya no hubiera nada ni nadie.
Definitivamente mañana se inscribiría, aunque perdería una charla, pero no había nada que hacer. Su presentación estaba fija para el lunes por la tarde, eso era suficiente. Lanzó una mirada tranquilizadora a su laptop que contenía toda su investigación.

Secó distraídamente su cabello, se puso una T-shirt XL de dormir y salió al balcón a fumar un cigarrillo. El viento era ligeramente caliente, el área de la piscina estaba desierta. Parecía que el lugar completo estaba desierto.
Las últimas preparaciones de su trabajo, lo más mínimos detalles, las gráficas, las fotos, los presupuestos, todo había cuadrado hasta en el más insignificante punto y todo ello había hecho de esas últimas dos semanas un bálsamo para su magullado ego y sus ya más que pisoteados sentimientos. Se repetía sin cesar que no debía mezclar su carrera, a sus pacientes con sus problemones emocionales y afectivos de pareja.
Se había preparado tanto para llegar a su pico pofesional y sabía tan poco de cómo cuidar su corazón. No reía para luego no romper en un llanto descontrolado que le hiciera pensar en medidas extremas... mejor concentrarse en trabajar, en ignorar su dolorosa realidad.
Era el colmo de su bajísima autoestima, que tolerara su presencia en el apartamento. Quería gritarle que lo sabía, que quería explicaciones, que no permitiría que le pusiera un dedo encima nunca más. Pero cada noche le recordaba lo incapaz que era de darse su lugar. Era una droga sexual, estaba a su merced y no sabía cómo escapar.
Había escogido por el internet esa B&B gay, las mejores recomendaciones y puntajes, lejos del bullicio del área comercial de Miami Beach, pero a unos minutos caminando a la playa gay de South Beach o al área de fiesta y shopping. En realidad le agradaba aquel lugar. Tenía la elegancia y discreción de los ambientes gay lésbicos, los detalles, la privacidad, la atención, el respeto, las personas que los frecuentaban. "Pero... aquí no había nadie. Qué extraño", pensó.

Entonces escuchó pasos y apreció unos de los dueños. “Hi there! ¿Y qué haces por aquí tan solita, acaso no piensas aprovechar la noche del viernes en Gay Miami?”

También había olvidado qué día era, viernes. Definitivamente necesitaba este viaje, o tal vez terapia o ambas, las neuronas de la memoria no le funcionaban más.

Ben era copropietario del B&B, acababa de mudarse a Miami desde Chicago, tras romper con su pareja de 11 años, cuestiones de otros pantalones, comentó. Y como si ella no lo supiera, parecía que todas las parejas GLBT estaban desmoronándose, el mundo lésbico estaba sucumbiendo a la infidelidad y traición...al menos ya eran dos los afectados. ¡Qué desastre! El socio de Ben se llamaba Jan y no tenía pareja, pero eran mejores amigos y el negocio era su principal relación.

Al verla sola, Ben no preguntó por la supuesta acompañante, era demasiado gay para ser indiscreto. Cuando acababa de llegar le mostró los alrededores y le convidó a una muy bien preparada michelada, obviamente Grace estaba sóla y no se veía feliz.
Pero por lo mismo, ofreció información que indicaba su entendimiento del estado anímico de Grace. “Hoy hay un concierto en vivo en Mamacita Lez Café, llegan las Indigo Girls, el cover es alto, pero por si te interesa….tengo una entrada”, terminó diciendo con una sonrisa pícara debajo del bigote castaño claro.

No lo podía creer. Suerte, destino o qué. Le hacía tanta falta la escena lésbica-gay fuera de Guatemala, se sentía desanimada, aburrida, decepcionada. Necesitaba regresar a un ambiente que la hiciera sentir viva, plena, como lesbiana y como mujer. Buenos bares, increíbles disco, bellas mujeres, libertad, libertinaje, ahora daba igual.

Toda la modorra y toda la apatía desaparecieron al aceptar tan magna invitación. “Este Ben es un ángel disfrazado. Mi primer noche será memorable”, pensó. Dio un fuerte abrazo de oso típico de una lesbiana emocionada y Ben gimió tras tremenda apretujada.

Mientras se vestía, Ben fue por la entrada. “Qué ponerme”, pensaba, “la escena lésbica por estos rumbos y sobre todo en esta área de la ciudad es muy exclusiva. Las chicas van por el triunfo, por la conquista segura, por las apariencias y por los resultados”.

Tenía que usar todos sus recursos, entre ellos su cuerpo, su pose, su ropa, su fragancia. Escogió un par de jeans negros que se pegaban a su piel como mandados a hacer, una camisa vaquera blanca, unas botas negras bien lustradas, el pelo corto recién lavado con una pizca de brillo, su fragancia favorita O de Lancome. Un top blanco para disimular un poco sus pezones oscuros y erectos, y nada debajo del pantalón.
Aquí en el extranjero su estilo era el de "soft butch" y se esmeraba por cumplirlo a cabalidad. Era parte de la cultura lésbica, parte del ritual y buena parte de su éxito al cortejar.

Las Indigo Girls, increíble, fenomenal. Verlas de nuevo tras tantos años. La última vez fue por pura casualidad en Hard Rock Café de Orlando, poco después de conocerlas en un concierto al aire libre en Atlanta. Veía con ojos incrédulos la invitación color morado que sostenía en la mano. Hoy volvería a cantar sus baladas, a recordar buenos locos tiempos, a bailar.
Este grupo es parte de la historia lésbica en el ámbito de la farándula y el arte. Forjaron su camino hacia el éxito con cada nota, con cada acorde de guitarra, con cada una de sus voces. Su magnetismo y presencia hacen enloquecer a sus fans, lesbianas en su mayoría, que tienen un gran gusto por la música folk, rock y country.

La emoción la envolvió al entrar en el bar unas horas más tarde, sentía burbujeo en la boca del estómago, y nervios de principiante. Vamos, que de primeriza no tenía nada, no en balde las experiencias buena y malas, la habían hecho mujer de mundo...aunque ahora, le hayan roto su corazón.

Cómo coquetear y atraer chicas, había sido su deporte preferido hacía ya algunos años, era momento de repasar y retomar habilidades en desuso. A pesar de tener ya 35 años, la vida había sido dulce con ella y se dejaba ver claramente a lo largo de sus curvas, su complexión atlética y su carácter travieso. Aún quedaban vestigios de una chica jovial, parrandera, inquieta...aunque algo mermados, tenía de dónde sacar fuerzas de flaqueza.

Sus relaciones pasadas le habían dejado más bien que mal sin excepción hasta que inició la ahora ya fallecida relación con Mandy. “Por todos los cielos, ¡olvídala ya!”, se reprendió. “Cometiste un terrible error al enamorarte de ella, desde el principio, fue un grave error” se dijo lentamente sin terminar de asimilarlo y menos de aceptarlo.

1 comentario:

Delirio de Luna Llena dijo...

Qué buen inicio!!!... describes muy bien la sensación de un recien rompimiento y el sabor a traición, para cuándo la segunda parte?

Acerca de mí

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Guatemala
Buscando respuestas, busco opciones, busco opiniones, busco saber y aprender.Simplemente, no cumplo con ninguna regla, espectativa, predicciòn o definiciòn.

CREO...QUE...


"La búsqueda de dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe. A los dioses no se les busca, se les crea..." Maximo Gorki

UNA DE TANTAS CONCLUSIONES...

"Cuando practicamos Zen, vemos que el dolor no es malo. Simplemente es dolor. Si nos pasamos la vida huyendo de momentos dolorosos, le cerramos la puerta a muchas cosas que de lo que la vida nos trae, tanto el dolor como la alegría. No podemos llorar cuando estamos tristes, ni podemos reir cuando estamos felices. Cuando evitamos el dolor y peleamos para no sentirlo, el dolor se convierte en sufrimiento.
Hay una enorme diferencia entre dolor y sufrimiento. El dolor con frecuencia no puede ser evitado, pero el sufrimiento si. Al aprender las diferencias entre ambos, muchos temores desaparecen."
Brenda Shoshanna.

"Gender, along with race, class, ethnicity, and age, is one of the most profound social status determinants in our society--
Gender is just not what I care about or even really notice in a sexual partner--I judge each person as an individual--I have categories, but gender isn´t one of them. I´m erotically attracted to intelligent people, to people with a kind of sleazy, sexy come-on, to eccentrics."
Jane Litwoman


“Nuestro temor a lo que sea que lo cause, se origina de nuestra ignorancia y se manifiesta a través de nuestras inseguridades. Reaccionamos con fobias, rechazo y ataque, según nosotros para defendernos de los fantasmas de nuestra mente...cuando estos temores son tan sólo engaños y nos volvemos sus indefensos esclavos.”


CABALASISOY

PERSONA SUPER ESPECIALES

Lecturas recomendadas

  • A Concise History of Euthanasia: Life, Death, God and Medicine by Ian Dowbiggin
  • A Forest of Kings by Friedel, Schele
  • A Short History of guatemala by Ralph Lee
  • All Women are Healers by Diane Stein
  • Bi Any other Name edited by L. Hutchins and L. Kaahumanu
  • Blood and Guts by Richard Hollingham
  • Body Work: A V.I. Warshawski Novel by Sara Paretsky
  • Brother Iron, Sister Steel: A Bodybuilder's Book by Dave Draper
  • Chronicle of the Maya Kings and Queens by Martin, Grube
  • Cure by Robin Cook
  • Dying with Confidence by Anyen Rinpoche
  • Fearless by Brenda Shoshanna ,PhD
  • Happiness is an Inside Job
  • History of Medicine by Jacalyn Duffin
  • How to be Sick by Toni Bernhard
  • Human Remains by Helen MacDonald
  • Ice Cold by Tess Gerritsen
  • If the Buddha Dated by Charlotte Kasl
  • If the Buddha Got Stuck by charlotte Kasl Ph. D.
  • In the Land of Invisible Women by Qanta A. Ahmed, MD
  • It`s Easier Than You Think by Sylvia Boorstein
  • Joe Weider's Ultimate Bodybuilding Joe Weider's Ultimate Bodybuilding by Joe Weider, Bill Reynolds
  • Kate Daniels Series by Ilona Andrews
  • Lesbian Couples by Merilee Clunis, PhD; Dorsey Green, PhD.
  • Medical Firsts by Robert E. Adler
  • Medicine Women by Elisabeth Brooke
  • Medicine Women, Curanderas and Women Doctors by Perrone, et al.
  • Mercy Thompson, Series by Patricia Briggs
  • One year to a Life of Writing by Susan M: Tiberghien
  • Pay Attention by Sylvia Boorstein
  • Pioneer Doctor by Mari Grana
  • Practicing Peace in Times of War by Pema Chodron
  • Sastun by Rosita Arvigo, et al.
  • Stiff by Mary Roach
  • That`s Funny by Sylvia Boorstein
  • The Code of Kings by Linda Schele, et al
  • The Disappearing Spoon by Sam Kean
  • The Excellent Dr. Blackwell by Julia Boyd
  • The Girl Who Played with Fire by Stieg Larsson
  • The Girl with the Dragon Tattoo by Stieg Larsson
  • The Gost Map by Steven Johnson
  • The Knive Man by Wendy Moore
  • The Middle Ages by Morris Bishop
  • The Mists of Avalon by Marion Zimmer B.
  • The Plague Tales by Ann Benson
  • The Scalpel and the Silver Bear by Alvord, Cohen
  • The Woman in the Shaman`s Body by B. Tedlock
  • Virals by Kathy Reichs
  • Western Medicine by Irvine Loundon
  • Witches, Midwives and Nurses by Ehrenreich and English
  • Woman as Healer by Jeanne Achtberg
  • Woman Who Glows in the Dark by Elena Avila, et al.
  • Women Healers by Elisabeth Brooke
  • Women Physicians and the Culture of Medicine by More et al
  • Writing Down the Bones by Natalie Goldberg
  • Zen Miracles by Brenda Shoshanna Ph. D.