
Todo cambio duele, por eso el miedo al cambio.
Todo cambia, nada está fijo, todo fluye, todo está en movimiento.
El cambio es lo único estable, es lo único que no cambia.
Un paradigma, es ese conjunto de creencias, costumbres y hábitos que se hacen sin pensar porque se consideran los correctos, los acertados, los beneficiosos y hasta los no cuestionables o intocables.
Romper un paradigma entonces es cuestionarse y actuar en base a ello, cambiando las concepciones caducas o erróneas, forjando una nueva proposición y aplicándola. Puede ser riesgoso, una aventura sin mapa y brújula, pero con un beneficio que supera en creces al costo.
Bien entonces, ejemplos de paradigmas, podrían ser que la homosexualidad es anormal. Ya la evidencia científica, espiritual, social y hasta política ha echado a tierra este falso concepto y ahora, la homosexualidad es tan normal como la heterosexualidad o la bisexualidad, o simplemente la sexualidad.
Nacemos con un sexo, porque tenemos genitales internos y externos con ciertas características, pero decidimos nuestro género o rol sexual. No hay más tela que cortar, no entiendo el relajo que han creado los filósofos, historiadores, religiosos, activistas, en fin, tantos y empeñarse en verle cinco patas al gato.
El paradigma que dio a lugar el surgimiento del feminismo, es que la mujer por su condición sexual, ha ocupado un lugar relegado, discriminado y oprimido a lo largo de la historia (conste que la “historia” que se conoce, no es la historia que realmente se dio. Muchos manuscritos y datos fueron destruidos en varias ocasiones, sobre civilizaciones que no concordaban con las ideas religiosas o políticas de grupos intolerantes en el poder) y a causa del sistema de patriarcado.
Recuerdo cómo desde la primera vez que escuché la leyenda de Eva y Adán, siendo una niña, sin saber de sexo, me pareció lo más tonto que había escuchado y sin miramientos se lo dije a quien pude, era algo cabezona y no me intimidaba fácilmente, pero se acostumbraron a mis opiniones por…creo, mi convicción de cuestionar.
He leído a feministas famosas, como la obligada Simone de Beauvoir, y como ejemplo, me gustaría saber cuántas feministas han leído, entendido y analizado este texto. No es una lectura fácil ni clara. Abarca mucho y amerita concentrarse, releer, regresar, buscar, cotejar, en fin, toda una empresa. Quien lo haya encontrado fácil y proponga entender todo el mensaje, me atrevería a dudar que lo haya leído.
Se acostumbra hablar sin bases, por ocurrencias o interpretaciones personales. Se apantalla, se impresiona, se convence, pero no se educa y no se cambian actitudes. Hay tantos tipos de feminismo que marea, y todos con sus idiosincrasias, argumentos, teorías. Algunas cosas las unen como lo es la idea de ser diferentes, tener que luchar por su causa, ocupar y desalojar posiciones sociales y políticas según convenga, auto marginalizarse por conveniencia, obsesionarse y promover un cambio que no cambia, porque ya cambió y son ellas las que no aceptan cambiar.
Entonces, analizando, desde el siglo 17, varias mujeres y algunos hombres, han venido fraguando la teoría que revocaría el paradigma de la superioridad masculina o del hombre (XY/macho). Considero que este paradigma hace ya mucho que se rompió. Pero me intriga por qué hay personas interesadas en hacerlo prevalecer, sin nunca llegar a una solución.
Específicamente, qué hace una feminista guatemalteca para informar que hace ya mucho, el hombre no es más ni menos que la mujer. Qué hace una feminista guatemalteca para “empoderar” (palabra preferida por ellas), con acciones y no sólo palabras y papel a la mujer guatemalteca.
Cómo pretenden cambiar una mentalidad de víctima, si mantienen las bases para que se victimisen en vez de que se liberen de sus ideas y conceptos destructivos.
No digo que sea fácil abrirse camino en esta vida, pero de una depende.
Cuando una necesidad desaparece, los salvadores ya no sirven. Es aquí donde sospecho, pero no afirmo, hay agenda oculta. No estoy ni en contra ni a favor de líneas de pensamiento como el feminismo entre otros, pero no considero apropiado que se cuente sólo un lado de la historia, que se mantenga la ignorancia por conveniencia, que se manipule a una generación de lesbianas jóvenes, que nacieron bajo otro sol, que tienen todo y más para vivir una vida digna y próspera, si tan siquiera vieran hacia adentro de ellas y creyeran en su propio poder. En ser parte de la solución y cambio, no parte del problema y quedar inmóviles intelectual, emocional y físicamente.
Vivo en un país, donde nuestras raíces culturales han estado hacinadas de actitudes inseguras, sumisas, pasivas o impulsivas y destructivas, con una historia errática, colorida y desordenada, sangrienta y energética, humorística y triste.
He visto, con mis propios ojos, cómo una mujer es maltratada y humillada, por otras mujeres y por hombres. He visto con mis propios ojos a mujeres en la miseria con 5 hijos harapientos a sus pies, pidiendo limosna en la calles y de ajuste, embarazadas. He visto mujeres que en los cultos se somatan el pecho y claman por un dios macho e intolerante. He visto lesbianas que se embarazan porque “no tienen opción”. Las he visto, pero no las entiendo, no las compadezco y me cuestiono sobre las razones por las cuales sufren así.
Por ser este el país de las eternas excusas, las han de haber y en cantidades abrumadoras. No es que no me importe, es que las considero inservibles. No me ayuda saber de excusas, lo que busco son soluciones. Cada mujer es la única responsable de la forma como vive su vida. Lo que importa es saber o escuchar o ver qué hacen para cambiar su situación, pero de verdad, no en papeles y en manifiestos. Me refiero a su mente, a la actitud hacia su realidad.
He leído a mujeres que hartas de su situación, se manifestaron e “hicieron” algo al respecto. Mandaron a volar al compañero o abusador, dejaron de adoptar esa mentalidad de maternidad obligatoria o no se es mujer completa, trabajaron hasta quedar sin aliento a pesar de lograr callos en manos y pies, usaron su inventiva e inteligencia para avanzar en el mercado, la política, creando un futuro mejor, ganar más plata, saber más, entender mejor, quejarse menos.
Dejaron a otro lado ideas o creencias irreales hacia ellas y discriminatorias.
En pocas palabras, limpiaron su casa, sacaron la basura de una vez por todas y se permitieron ver a su alrededor con una perspectiva clara, enfocada, objetiva, positiva, pro activa. EL CAMBIO PRIMERO SE DIO DENTRO DE ELLAS, luego lograron cambiar su alrededor. A estas mujeres, que no sólo dijeron y escribieron pero demostraron con el ejemplo el cambio en sus vidas, a esas mujeres podría yo llamarlas feministas y como ellas, me consideraría feminista. Pero le cambiaría el nombre ya tan ensuciado, a otro o a ninguno, sólo les y me diría, LAS LIBREPENSANDORAS.
Cómo pueden ser creíbles feministas lesbianas que viven violencia doméstica con su pareja, que están enclosetadas como lesbianas pero se exhiben orgullosamente como feministas, entre otras contradicciones.
Entonces el paradigma que la mujer sufre, porque es víctima, porque necesita ser salvada, porque no puede defenderse, porque es madre, porque se debe a los hijos, porque su esposo es un borracho, porque no tiene ni un centavo para comer, porque no sabe leer o escribir, porque su religión la esclaviza, porque su familia la juzga, porque es muy joven o muy vieja, porque está sola en este mundo, porque los hombres son unos desgraciados, porque la sociedad divide a la gente en clases sociales, porque el gobierno no se preocupa de los pobres, porque no hay oportunidades de trabajo, porque y sólo posiblemente porque…no creen en un cambio interno propio, se subestiman, y no quieren dejar de victimizarse.
La libertad es la vida misma y sin ella, no importa si somos hombres o mujeres, si tenemos dos ovarios o próstata. Si somos masculinas o femeninas. Si somos ricos o pobres, si somos mulatos o blancos. Las cadenas, las restricciones, las barreras más infranqueables las llevamos dentro de nosotras, no necesitamos a otros para salvarnos. Con nuestra actitudes ,ideas, acciones, responsabilidad y compromiso con el bienestar de esta humanidad, es más que suficiente.
MUJERES, LESBIANAS, USEMOS EL CEREBRO Y NO EL HIGADO, PENSEMOS ANTES DE ACTUAR Y NO SEAMOS EGOISTAS, RESENTIDAS, NO HAY PEOR ENEMIGO QUE UNA MISMA. Y SOBRE TODO, LEAMOS, ESTUDIEMOS, CUESTIONEMOS TODO LO QUE VEMOS Y ESCUCHAMOS, NO SEAMOS COMO GANADO.
Quiero entender, no pelear, quiero convivir y no excluir. Quiero ayudar y no estorbar. Quiero un cambio, quiero saber más. Quiero cuestionar, no juzgar. Porque creo que la violencia no es camino, que la voluntad nos hace caminar aunque estemos cansadas, que el ejemplo y la práctica es la base de cualquier teoría, que el sentido común es parte de nuestra sobre vivencia. Creo en la ley de causa y efecto, así como que irremediablemente, dependemos las unas de los otras, de los otros y de todo lo que nos rodea.