CAMBIO PARA CAMBIAR

Todo empieza por uno mismo. Todo es una continuación de lo que uno mismo en algún momento y lugar empezó.

El cambio inicia dentro, luego si progresa, pasará a ser parte del exterior.

Un cambio, el cambio, es la expresión más clara y simple de nuestra existencia.

Desear un cambio es iluso si no lo soñamos y creamos dentro de nosotros primero.

El cambio, cambiar es inevitable, pero también puede ser tremendamente difícil.

Queremos cambios en nuestras familias, en nuestros hogares, en nuestro vecindario, en nuestro país, en nuestro planeta, pero no cambiamos nosotros para empezar.

Cambiemos para ser lo que queremos que cambie y entonces, cambiará. De seguro y con certeza, nuestro interior cambiará y de uno en uno, lo que no nos gusta, lo que no queremos, tendrá una mejor oportunidad de cambiar.

Mi querida Guatemala, mi adorado planeta Tierra, urge un cambio. ¿Pero, acaso basta con quejarme, señalar y criticar? ¿O más bien deprimirme y dejarme llevar? ¿O en último caso rendirme y vestirme de indiferencia o impotencia?

¿Qué quisiera que cambiara?

¿Cómo estoy dispuesta a cambiar?

¿Cómo sería mí alrededor entonces?

¿Cómo sería yo entonces?

Me voy a pensar.

COSAS QUE HE VIVIDO Y MUCHOS NO.

Es inevitable, ya pasó otro año y ahora me voy estrenando los primeros 45 años de mi vida, así como si nada, en un parpadear, ya viví más del 50% de lo que calculo, tendré para existir en este planeta.

Y sentada con una copa de vino tinto en la mano, mi cigarrito mentolado en la otra y mis quesitos y aceitunas sobre la mesa, hago memoria que esta vida ha tenido sus momentos históricos, que probablemente no muchos hayan tenido ni tendrán.

Con respecto al planeta y los eventos sociales más relevantes, he vivido y presenciado:

1. Un terremoto que dejó un saldo de más de 30 000 muertos.

2. Un eclipse solar completo.

3. Cuatro eclipses lunares completos.

4. Tres lluvias de meteoritos.

5. El paso de dos cometas, uno de ellos visible a simple vista.

6. Un huracán (Mitch).

7. Dos tormentas tropicales devastadoras.

8. Tres tormentas de arena volcánica tras erupciones de volcanes.

9. El nacimiento del volcán Santiaguito.

10. Incontables temblores.

11. Tres golpes de estado.

12. La guerra interna.

13. El fin de esta guerra interna.

14. La peste del cólera.

15. Vi con mis propios ojos al ave nacional el quetzal volando en libertad dos veces (extinta).

16. Una explosión con emisión rayos gama documentada.

17. Atendí decenas de partos y recibí decenas de recién nacidos.

18. Me operaron dos veces.

Calculo que algo me ha quedado pendiente, pero ya con esto tengo para lo que me resta de vida. Muy emocionante, sin duda alguna.

HOY QUISIERA ...DESPERTAR

Tanta gente, ¿y para qué?

Hoy me vuelco sobre algo que me llene, que me entretenga, que me interese. Ya basta de posponer un tiempo prestado y hasta casi ya agotado.

Debo despertar y desempolvar esa pasión, ya hace algún tiempo dormida, de regalarme un qué hacer que me alimente cuerpo y alma, noche y dìa.

Algo que no sea mi profesión, algo que no sea mi trabajo, algo que no sea remunerado para ser realizado. Algo que al contrario, me llene en esos espacios y lugares vacíos y abandonados por un corre corre irracional y al final de cuentas solitario.

No puedo pedir que me sigan, tampoco que me apoyen, sólo que aquellos que quieran, compartan conmigo estas mis pasiones y si fuera más allá de lo que se le puede exigir a la vida, que me compartan las de ellos.

Quiero interactuar con gente de carne y hueso, de verdad, aparte de la ciber espacial. Las distancias, el tiempo, las prisas, los problemas, el cansancio, impide una interacción personal. Lo que se ha perdido a cambio de la tecnología y modernismo, es para reflexionar.

Se reúnen los grupos, las personas para comer y ver TV. Si se platica, es lo justo y sin profundizar. Me entra entonces la duda de cómo se puede decir o pensar que se conoce a alguien, si no hablas de aquello importante para los que sean. Si no sabes que piensa, qué cree, qué le gusta, que no le gusta y por qué. Cuál es su historia, larga o corta, sus experiencias tristes y alegres, sus amores y desengaños, sus penas y sus pasiones.

¿Será entonces real que conocemos a los que creemos conocer?

No puedo esperar más a que alguien se interese por mis intereses. Es una espera fútil y desgastante, porque está a años luz de mi realidad.

Hacer lo que me gusta, y si en el camino alguien se me arrima, poder compartir y lo nuevo bueno, aprovechar.

El mundo y su gente giran en sus propias órbitas en total aislamiento de los demás. Protegiendo su territorio como guerreros armados hasta los dientes, protegiendo sus sentimientos, sus pensamientos y sus defectos. Es una lástima, pero así es. Vida corrida y sin freno para que a la vuelta encontremos un rotulito chiquito que diga: “Esto señoras y señores, se terminó”.