
Todo lo que empieza al final de cuentas acaba, porque es la ley de la vida y de todo lo en ella contenida. Revisando los blogs lésbicos últimamente es notorio que no se actualizan, no hay participación y tampoco interés, ni estímulo.

Como que el tema del lesbianismo ya está pasando de moda, ya se volvió redundante y aburrido, se estancó, perdió su venìpacà sex-appeal.
Además con respecto a los blogs, se supone son medios de expresión individual, personal y que manejan una connotación de libertad. Ya cuando lo que se escribe te es restregado en la cara, te causa problemas o simplemente nos agobia por las mal interpretaciones, se acaba la chispa, se apaga la flama, se pierde el rumbo y mejor se cierra un capítulo más en la vida cotidiana.

Si de expresarse se trata, hay mil y una formas más que también pueden ahorrarme clavos y molestias.
Fue bonito mientras duró, en general puedo decir que me gustó y ahora es momento para moverme y cambiar de perspectiva y ambiente.
Y finalmente, pues he de ser honesta y aceptar que ya mi identificación con el lesbianismo ha casi desaparecido. Necesito espacio para expresarme y ser sin limitaciones o etiquetas, donde lo que quiera y haga no deba ajustarse a un grupo, persona o población determinada. Ya no necesito caerle bien a nadie, porque cómo les caiga me tiene sin cuidado y deseo descansar.
OK, me despido y gracias por leerme, pero esto, al fin y finalmente se acabó. La gota que derramó el vaso ya cayó y con eso me sobra y basta para decir adiós….

Bueno pues, tal ves y no me vaya completamente, o sea puede que aparezca por ahí, con otro nombre, con otro look, de incognito para que no me arruinen la existencia, sólo porque me conozco y me gusta escribir y compartir, pero sin rostro, sin nombre, sin etiqueta y sin complicaciones. Por ahí, por allá, por algún rincón de la web, por ahí precisamente, he de reaparecer.
