Mi cuco no es precisamente contra las religiones, pero si contra la homofobia. Y ambas están relacionadas, quiera o no.
La homofobia es una de las manifestaciones más crueles, bajas, despiadadas e incoherentes del ser humano. Está en casos ligada al asesinato, violencia, incapacidad de pensar coherentemente y cometer actos destructivos y totalmente irracionales.
La homofobia arranca de la persona su capacidad de amor, compasión, intelecto y entendimiento, raciocinio y capacidad de convivencia. Priva a un ser humano de virtudes para convertirlo en un ser deshumanizado, despersonalizado, despiadado.
La homofobia es una de tantas fobias que han atacado inclementemente al raciocinio e inteligencia de cualquier ser humano susceptible, manipulable y esclavizado por sus miedos ante lo poco o mal conocido. Se adquiere en cualquier momento de la vida, la edad temprana es la más susceptible, así como la asociación a otras personas enfermas con homofobia en la familia y en la comunidad y mensajes de líderes espirituales infectados y sumamente enfermos.
¿Qué puede causar la homofobia? Hay muchas teorías y entre ellas está la que relaciona directamente a la religión en general, creencias varias y la no aceptación a diferentes formas de amor entre personas.
Pero hay quienes creen y practican diferentes religiones y son homosexuales o no son homofóbicos. Posiblemente son la excepción a la regla, pero esto es todavía más interesante y sorprendente, ya que a pesar de manejar creencias relacionadas con seres o poderes sobrenaturales y adaptar sus vidas a reglas, mandamientos y dogmas, aplican y practican cualidades humanas como la tolerancia, el amor, la inteligencia y la capacidad de convivir en paz y respeto.
Con ello podría concluir en que no hay una razón real que justifique la homofobia, sino que hay causas creadas y manipuladas, así como receptáculos idóneos donde los mensajes de odio, germinan y luego forman seres capaces de matar por no tener la capacidad de entender.
El ser humano nace con una mente limpia y un intelecto de proporciones inmensas. Pero también nace extremadamente indefenso a la contaminación mental y distorsión de la realidad que le son contagiadas como plaga por una sociedad enferma y tan insegura que no soporta el reto de usar su intelecto y tomar sus propias decisiones, así como hacerse responsable de las mismas. Su fragilidad les convierte en agresores ciegos, agobiados por el pánico, el terror de tener que pensar, analizar y descubrir otras verdades.
Mi opinión es que las religiones sin excepción conllevan obvia o sutilmente un componente homofóbico en sus escritos, definiciones, costumbres o ritos. Hay religiones que sobresalen por su dedicación a atacar todo lo diferente incluyendo a los homosexuales, entre los primeros 3 lugares están los católicos, los evangélicos y los musulmanes, no muy lejos los judíos. Muchos homosexuales creyentes, resultan ser homofóbicos de primera como consecuencia de su desesperación. Muy frecuente, muy obvio, muy triste, muy cierto.
Un practicante religioso asiduo y dedicado está más infectado y enfermo con homofobia que una persona común y corriente que se considera de alguna religión pero casi ni la practica, o sea, su exposición al odio es menor y eso les resguarda de sufrir los peores síntomas como agresiones, violencia, irraciocinio, etc.
Es muy curioso y existe toda una quimera de posibles contribuyentes, por ello tan complicado y confuso. Lamentablemente, no hay una cura conocida por su efectividad y eso le hace una patología crónica y causante de mucho sufrimiento para el enfermo y para sus congéneres. Muy desgastante para la sociedad y con pérdidas que ninguna moneda podrá jamás pagar.
No hay proyectos de investigación que busquen una solución o cura a esta anomalía de la percepción y sentimiento humano, pues muchos de los científicos, inversionistas y políticos, son ya víctimas de la terrible peste de la homofobia y no quieren cura o niegan su enfermedad, además son asiduos practicantes religiosos, en el peor de los casos, fanáticos empedernidos, también conocidos como fundamentalistas.
El fanatismo es como la dependencia química destructiva de alcohol y drogas, destruye lenta pero seguramente al individuo, que cada día se inyecta mentalmente más ideas de intolerancia, odio, irraciocinio, incongruencia, anestesia emocional y otros terribles signos y síntomas. Mueren en vida y no permiten que se les ayude. Muy triste.
En conclusión, profesar una creencia religiosa, puede ser peligroso para contraer esta enfermedad. Otras causas, pienso podrían incluir lesiones cerebrales, traumas emocionales como falta o muy baja autoestima, variantes de la psicosis colectiva, tipos específicos de esquizofrenia, alteraciones metabólicas o electrolíticas específicas que impidan la integración de conocimiento con la lógica y la realidad, mutaciones genéticas que alteren la percepción del entorno, defectos cromosómicos que dañen el sentido común, sociopatías severo.
En fin, las causas pueden ser muchas y ameritan un abordaje integral para ayudar a tanto enfermo por homofobia.
Pero no hay que darse por vencidos y dejar a estos pobres enfermos morir en su locura. De ahí la necesidad de ser compasivos, comprensivos y no caer en el vórtice de confusiones y alucinaciones que forma la realidad de sus vidas. Muy en el fondo de su subconsciente, hay una esperanza de un intelecto que puede resurgir con la educación, paciencia y ejemplo necesarios. No es ni será fácil, pero es posible. Con mi proceder, he logrado rehabilitar a familiares, amigos, colegas, gente con quien he podido compartir mi vida. Se puede hacer la diferencia, se puede ayudar, vale la pena.
¿Por que? Ayudar y tenerles consideración a las personas homofóbicas cuando ellas ni se tientan el alma en cuanto a hacer daño, atacar, lastimar, denigrar, humillar, criticar, condenar entre otras cositas, a los homosexuales.
No hay que confundir la bondad con tontera. No se trata de dejar que pasen las injusticias, pero sí se trata de educar con el ejemplo, no reaccionar a la incoherencia de sus actos y cargarnos de paciencia y compasión pues son personas que sufren tanto, están tan equivocadas, confundidas y vacías en su interior, que sin saberlo, hasta respirar les ha de doler.
A gente en tal agonía e ignorancia, no se le puede odiar, no se le puede lastimar más, porque ya nada les queda en su corazón. Su entendimiento está tan turbio con ideas religiosas como un lodazal tras una gran tormenta, de tal manera que sus pensamientos, sus palabras y sus actos son erráticos, torpes y hasta destructivos. Es necesario dejarlos reposar en vez de hacerlos ebullir con una respuesta o reacción o análisis que no entenderán.
A un drogadicto no se le abordará con explicaciones científicas sobre los efectos químicos de la sustancia que lo está matando, no entenderá. A un fanático no se le ayudará discutiendo sobre lógica, razón, amor, porque no entenderá.
Están bajo la influencia, son inalcanzables, inaccesibles, irracionales, muy enfermos y muy peligrosos, sobre todo cuando se exponen a altas dosis de dogma, largas horas de misas, letanías, prédicas y sobredosis de lavados cerebrales.
No sé cómo ayudarles, más que respetando sus ideas siempre y cuando no se metan en mi vida, ni lastimen a los demás por no cumplir con leyes inventadas que sólo a ellos les atañe y por voluntad propia, les rige y afecta.
Finalmente quiero compartir las palabras de una persona que lo supo poner mejor que yo:
“Siempre he creído que los que se pelean con Dios por alguna decepción, algún día volverán a él, aunque sea en otra religión. En cambio quienes dejamos la religión pacíficamente, por medio de la razón, no tenemos punto de retorno porque ya encontramos el paraíso.
En mi caso es una biblioteca donde no existen pecados originales ni culpas eternas, tan solo actos con consecuencias y responsabilidades. Donde la meta no es un mundo libre de problemas y felicidad permanente, sino tan solo un mundo real y tangible, ni bueno ni malo y una mente lúcida y racional para adaptar el mundo a nuestras necesidades.
Pero coincido con el pasaje Juan 8:32, y en esto no andaba tan errado.
“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
Juan Carlos Bujanda Benitez
¡SALUD!
1 comentario:
Hola, pues bien que se puede agregar después de tal despliegue de conocimientos y de enfoques con relación al tema...Solo déjame comentar, que según una comparación sobre la teoría de la personalidad entre Adler,Freud,Jung; Estos tres seres pensantes, un tanto locos por momentos a mi parecer; todos nacemos bisexuales y es hasta que nuestros padres nos colocan las botitas de color "rosa para las niñas" y "azul para los niños" que se define lo que tendríamos que ser. Ahora bien en cuanto a religión o iglesia lo que puedo es repetir parte de una canción: "si fuese cardenal censuraría el sermón si se repite, conseguiría una novia, para no andar jugando al escondite" con esto demuestro que la iglesia es mucho mas lesbiana, homosexual, que cualquiera de nosotros y hasta pedófilos. Lo que sucede es que ellos llevan un habito que aparentemente les da derecho a reprobar todo cuanto a ellos se le de la gana...
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