El problema...
¿Por qué estamos como estamos? ¿Por qué pasa lo que pasa? ¿Por qué la situación empeora y no mejora?
El problema, un problema, el problema que sea, puede ser enfocado y por ende analizado de diferentes formas. De lo que resulte, vendrán las diferentes soluciones o al menos, propuestas de algunas.
Un problema per se, no es malo, pues implica una solución que generalmente persigue una mejoría y cierto bienestar ya sea individual o colectivo.
Cuál es entonces el problema por poner un ejemplo, de la sociedad guatemalteca.
En este caso, yo diría primero que son muchos los problemas y afortunadamente permiten a muchas propuestas de posibles soluciones.
El problema de un problema, no es el problema en sí, sino las decisiones que se toman para abordarlo, tratarlo y evitarlo en el futuro.
La inquietud vino de una plática con unas muy queridas amigas, donde compartíamos anécdotas y teorías del por qué de la situación actual.
Entre otras cosas, se centró en un grupo particularmente afectado que es la juventud y curiosamente, la juventud que ya es, o está por ser el motor económico de este país.
Los jóvenes que están estudiando en diferentes centros y a diferentes niveles, como lo puede ser en idiomas, áreas técnicas, licenciaturas y hasta maestrías.
Se denota una prevalencia de analfabetismo. No del que ni las vocales saben, sino de aquel que implica no saber leer de corrido, no tener ni lo mínimo de gramática, leer y no tener idea de lo que se lee, mucho menos una opinión, un análisis o en su defecto algún tipo de criterio.
Se denota una prevalencia de analfabetismo. No del que ni las vocales saben, sino de aquel que implica no saber leer de corrido, no tener ni lo mínimo de gramática, leer y no tener idea de lo que se lee, mucho menos una opinión, un análisis o en su defecto algún tipo de criterio.
Esto se manifiesta de forma descarada. No les da pena tartamudear en clase, leer mal y de ajuste, que les parezca chistoso.
Y es que la implicación es mucho más profunda. Al no saber leer ni escribir correctamente, no se informan, no entienden, no les importa y las decisiones que se tomen en base a ese analfabetismo social y personal, suelen sin excepción ser nefastas y altamente costosas a varias décadas por venir.
Es también cierto que a veces también el sentido común supera en creces a la lectura y a la escritura, sobre todo si estas últimas comprenden pura basura.
Y es que la implicación es mucho más profunda. Al no saber leer ni escribir correctamente, no se informan, no entienden, no les importa y las decisiones que se tomen en base a ese analfabetismo social y personal, suelen sin excepción ser nefastas y altamente costosas a varias décadas por venir.
Es también cierto que a veces también el sentido común supera en creces a la lectura y a la escritura, sobre todo si estas últimas comprenden pura basura.
De ahí que personas “analfabetas” pero con el sentido común y capacidad de observación objetiva, puedan decidir mejor. Esto no pasa con muchos jóvenes y medio jóvenes y de ahí que en parte, sean los pilares de una situación tan penosa como la que llena nuestra actual realidad.
Y me enfoco en los jóvenes, porque en ellos aún hay esperanza, los viejos, los ya lisiados por mañas, no amerita mencionar o dar valioso tiempo.
El escuchar palabas vanas, el no leer nuestros derechos y obligaciones, el no cuestionar, analizar y mejorar nuestro entorno, nos condena a una mediocridad que carcome y enferma a los guatemaltecos y a la larga, al mundo. El cambio no depende de lo que tengamos en la bolsa, sino de la actitud para usarlo correctamente.
Hay veces en que pienso, no es falta de medios los que impiden estudiar y optar a mejores oportunidades, no es la injusticia social que limita a los “pobres”, no es el destino y ni la suerte…a veces creo la respuesta es triste y simple.
Se es necio e ignorante o imbécil. Pero para que la cosa funcione, es condición de quien da y de quien recibe.
Necio o ignorante: del latín: non scio, significa “no sé”. El necio es aquel que carece de conocimiento, pero que aún así decide y actúa como si lo supiera. Quizás por ello es tan dañino, pues actúa creyendo que sabe, cuando en realidad no sabe.
Imbécil: esta palabra se origina de la frase “sine baculis” que significa “sin bastón”, haciendo referencia a aquella persona que cojea en términos intelectuales, aquel que carece de la capacidad de pensar y conocer.
Y para ejemplificar lo de dar y recibir en nuestra realidad chapina:
"Yo no sabía"- dijo el político y así explicó que el fraude cometido no era de su incumbencia. Sin embargo aún así actuó y tomó decisiones que afectaron a otros. El reconocer que algo no se sabe no es ignorancia, sino el actuar bajo la suposición de que se sabe. Aunque hay algunos políticos nuestros que prefieren pasar por ignorantes que por deshonestos, lo cual habla muy bien de su nivel de hipocresía.
El escuchar palabas vanas, el no leer nuestros derechos y obligaciones, el no cuestionar, analizar y mejorar nuestro entorno, nos condena a una mediocridad que carcome y enferma a los guatemaltecos y a la larga, al mundo. El cambio no depende de lo que tengamos en la bolsa, sino de la actitud para usarlo correctamente.
Hay veces en que pienso, no es falta de medios los que impiden estudiar y optar a mejores oportunidades, no es la injusticia social que limita a los “pobres”, no es el destino y ni la suerte…a veces creo la respuesta es triste y simple.
Se es necio e ignorante o imbécil. Pero para que la cosa funcione, es condición de quien da y de quien recibe.
Necio o ignorante: del latín: non scio, significa “no sé”. El necio es aquel que carece de conocimiento, pero que aún así decide y actúa como si lo supiera. Quizás por ello es tan dañino, pues actúa creyendo que sabe, cuando en realidad no sabe.
Imbécil: esta palabra se origina de la frase “sine baculis” que significa “sin bastón”, haciendo referencia a aquella persona que cojea en términos intelectuales, aquel que carece de la capacidad de pensar y conocer.
Y para ejemplificar lo de dar y recibir en nuestra realidad chapina:
"Yo no sabía"- dijo el político y así explicó que el fraude cometido no era de su incumbencia. Sin embargo aún así actuó y tomó decisiones que afectaron a otros. El reconocer que algo no se sabe no es ignorancia, sino el actuar bajo la suposición de que se sabe. Aunque hay algunos políticos nuestros que prefieren pasar por ignorantes que por deshonestos, lo cual habla muy bien de su nivel de hipocresía.
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