Como bien se escucha de vez en cuando, las crisis son oportunidades para mejorar. No lo debato, sólo quiero agregar, que también sirven para darse cuenta de lo afortunada y bendecida que se es.
Cada día sin excepción, muere alguien víctima de la violencia en la Ciudad de Guatemala, ya no digamos en el resto del país o el mundo.
Cada día alguien pierde su trabajo o cae indefenso ante una enfermedad seria y crónica.
Cada día hay por lo menos un divorcio o una separación, alguien queda sola o traicionada.
Y por ello, tanta pena, dolor y tristeza no puede pasar desapercibida ni desperdiciada, sobre todo porque sigo viva, mi familia y la familia de mi Esposa están bien, no estamos enfermas, tenemos nuestros trabajos, estamos juntas y nos amamos y por eso, somos muy afortunadas.
Entendemos y sabemos que esas seguridades son temporales así como la vida misma, por lo que le sacamos lo mejor que podemos, practicando la no violencia, teniendo más paciencia con todo y todos a nuestro alrededor.
Mantenemos contacto y nos preocupamos por nuestras familias y amigos, no sabemos cuando ya no los volveremos a ver, a escuchar a poder abrazar y besar, por eso, ahora.
El trabajo, a pesar de sus ratos que nos sacan de nuestras casillas, lo cuidamos, apreciamos y respetamos ya que nos permite hacer no sólo por nosotras, sino por los demás.
La relación, aunque con el tiempo se tiende a lo cotidiano y habitual, es importante revalorizar, renovar, reinventar, revivir y mantener el amor, el deseo, la amistad, la imaginación y cuidarnos entre nosotras lo más y mejor posible.
Soy la mujer más afortunada y millonaria en sentimientos al poder compartir mi vida con una mujer tan maravillosa, única y bella como mi Esposa, no sé cómo lo logré, pero…lo logré y no quiero desperdiciar tiempo y vida valiosos con semejante regalo de la vida.
Cada día sin excepción, muere alguien víctima de la violencia en la Ciudad de Guatemala, ya no digamos en el resto del país o el mundo.
Cada día alguien pierde su trabajo o cae indefenso ante una enfermedad seria y crónica.
Cada día hay por lo menos un divorcio o una separación, alguien queda sola o traicionada.
Y por ello, tanta pena, dolor y tristeza no puede pasar desapercibida ni desperdiciada, sobre todo porque sigo viva, mi familia y la familia de mi Esposa están bien, no estamos enfermas, tenemos nuestros trabajos, estamos juntas y nos amamos y por eso, somos muy afortunadas.
Entendemos y sabemos que esas seguridades son temporales así como la vida misma, por lo que le sacamos lo mejor que podemos, practicando la no violencia, teniendo más paciencia con todo y todos a nuestro alrededor.
Mantenemos contacto y nos preocupamos por nuestras familias y amigos, no sabemos cuando ya no los volveremos a ver, a escuchar a poder abrazar y besar, por eso, ahora.
El trabajo, a pesar de sus ratos que nos sacan de nuestras casillas, lo cuidamos, apreciamos y respetamos ya que nos permite hacer no sólo por nosotras, sino por los demás.
La relación, aunque con el tiempo se tiende a lo cotidiano y habitual, es importante revalorizar, renovar, reinventar, revivir y mantener el amor, el deseo, la amistad, la imaginación y cuidarnos entre nosotras lo más y mejor posible.
Soy la mujer más afortunada y millonaria en sentimientos al poder compartir mi vida con una mujer tan maravillosa, única y bella como mi Esposa, no sé cómo lo logré, pero…lo logré y no quiero desperdiciar tiempo y vida valiosos con semejante regalo de la vida.
El mundo puede ser una pesadilla, puede ser un agujero negro sin luz al final, un planeta sin amor, compasión y conciencia en la mayoría, pero también es una oportunidad, un medio, nuestro hogar y como no podemos irnos así como así a otro mundo estelar, pues que más que mejor que aprender a convivir y no a pelear.
No se trata de cambiar a los demás, porque eso es imposible. Lo creo, lo sostengo y lo puedo comprobar. Pero definitivamente sí podemos cambiarnos a nosotras mismas, cada una en lo personal, cada una a su propio paso, en su propio gusto, en su propio esfuerzo y en su propio amor. Eso es hacer la diferencia, eso es lograr un verdadero cambio, no sólo de actitud, sino de corazón.
Ayudar no es un signo de debilidad o que denigre. Ayudar es un simple acto que puede darle a la humanidad esos segundos de más antes de terminar aniquilándose. Que nada sea gratis, no significa que no se agradezca, desde estar vivos hasta el aire que se respira…por un instante más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario