Por aquí y por allá he recopilado información sobre nutrición y programas de entrenamiento.
Cómo cuesta, porque la mayoría de información es para hombres, la poca que hay para mujeres es con la idea que las mujeres no quieren crecer, o sea volverse musculosas y el detalle que faltaba, como tengo una osteo artrosis grado 4 post traumática en la rodilla derecha, debo dejar a un lado todo ejercicio con pesas para piernas y tratar de compensarlo lo mejor posible con elíptica y por tiempos cortos por el dolor.
Entonces me encuentro con que mis rutinas se basan en lo descrito para chicos fuertes, pero con el cuidado de escoger bien el peso, pues como no tengo con quien entrenar, el peso en mancuerna o barra o hasta cable que escojo, debo poderlo controlar.
Los suplementos son tantos y con tan pocas personas a quien consultar aquí en Guatemala, porque los hombres no cuentan sus experiencias y menos a una lesbiana que quiere tomarse el gimnasio en serio. Aparte que las marcas y presentaciones que hay en GNC no son las mismas en muchas ocasiones, que mencionan en los sitios web. Otro detalle, es el precio, es toda una inversión, pero para mí vale la pena, mientras pueda.
Finalmente, las rutinas con pesas para personas con discapacidades de piernas, como que no existen y cuesta mantener un programa de cardio que mantenga o ayude a disminuir de peso.
Entonces, la cosa ha sido de ensayo y error. Con las metas claras, empiezo a construir una estrategia que me permita lograr mis objetivos lo mejor posible, aunque a veces me lleve más tiempo.
Mis metas son: aumentar mi masa muscular, disminuir mi porcentaje de grasa corporal y lograr equilibrar mi dieta. El objetivo final: contrarrestar el estrés diario y prepararme para la vejez con una pierna poco funcional.
Hago pesas por 40 a 45 minutos domingo o lunes, miércoles y viernes, con 10 minutos de elíptica como calentamiento y unos 15 minutos después de la rutina.
Divido mis sesiones en espalda y abdominales, brazos y abdominales, pecho y hombros y abdominales.
Los días restantes hago si bien me va, 30 minutos de cardio en elíptica y abdominales. Descanso 1 día a la semana.
Mis suplementos son: DHEA, vitamina C, Fish Body Oils, Glocosamina y condroitín, Creatina Plus, Soy Protein 95 y L-Glutamina.
Mis suplementos son: DHEA, vitamina C, Fish Body Oils, Glocosamina y condroitín, Creatina Plus, Soy Protein 95 y L-Glutamina.
He tenido buenas sesiones, donde al otro día duele poquito y rico, pero hace poco, al tratar de subirle peso a la barra para pecho en banca, me lastimé el hombro derecho y me dejó fuera de circulación por 3 días. Los codos me han molestado últimamente, pero usando muñequeras para mantener buena postura y agarre, me ha beneficiado.
A veces me da temor de aumentar los pesos que uso, por no tener un cuidador o spotter, que asegure mi seguridad si no llegara a terminar un levantamiento y no pudiera controlar el peso. Así que ante la falta de apoyo, me las arreglo caminando más lento, pero seguro.
Como no puedo hacer mucho cardio o variedad del mismo, me cuesta mantener mi peso pues si quiero subir músculo debo ingerir más, a pesar de no ser grasas ni carbohidratos, no mantengo un balance negativo de calorías para lograr bajar y definir. De tal forma que el físico culturismo no es una verdadera opción para mí.
Ahora he tratado de comer en pequeñas cantidades unas 5 veces al día, pero cuesta por los horarios de trabajo y porque en mi caso, si como algo sólido a menos de 2 horas de hacer ejercicio, me altera mi digestión y manifiesto mucha acidez estomacal así como reflujo. En parte es por la presión positiva o maniobra de Valsalva que se ejerce en este tipo de deporte.
Me ha costado digerir la creatina, aparte de que su sabor es algo feo. La tomaba 1 hora antes de iniciar mi entrenamiento, ahora lo hago al llegar al gimnacio, 10 minutos antes de empezar mi calentameinto y me ha ido mucho mejor. La proteína de soya la he tolerado mejor, pero no paso de 50 gramos al día.
Hace unos 20 días pedí asesoría a un entrenador en el gimnasio y con mucha diplomacia me dijo que lo que necesitaba era tonificar mi cuerpo. Que el volumen muscular en una mujer no era estético y me dio una rutina como de 20 repeticiones por ejercicios con un peso ridículo, lo hice por curiosidad y por tontera como 3 días y al final terminé con un dolor e incapacidad de flexionar los brazos que me asusté, creí haber lesionado irremediablemente mis bíceps.
Afortunadamente el reposo y los anti inflamatorios hicieron un buen trabajo y aprendí una gran lección.
La lección fue que no quiero ser delgadita y “tonificar” mi cuerpo, que las repeticiones altas en número son masacre, que el gusto de hacer pesas es ver el resultado siendo más fuerte y ponchadita, que el sentir el peso de una mancuerna o barra y esforzarme en levantar ese peso a costa de sudor y concentración es lo que me provoca ese sentimiento de satisfacción al final de cada entrenamiento. Terminar la última repetición con un gruñido y la cara un poco roja, es estimulante.
Otra cosa que reconfirmé es que en Guatemala, no hay una cultura de pesas para las mujeres, que las mujeres en su mayoría se dejan llevar por estereotipos y el qué dirán y no explotan sus cuerpos y aprovechan de su genética para formarse físicamente y esto por temor a perder su femineidad. Me imagino entonces que todo tiene un costo y cada quien hace lo que más le gusta y lo que más quiere, si así lo decide.
Si hubiera alguien que quisiera compartir tips al respecto del entrenamiento con pesas, de nutrición y de suplementos, así como de ejercicios y discapacidades físicas, porfa, compártanmelo.
Creo haberme lesionado los hombros cuando me agarró la obsesión de entrenar para potencia en pecho. Ahí sí que me sacaron el jugo. Mi entrenadora era una chica fabulosa. Campeona nacional de potencia en sus tres variedades: sentadilla, pecho y peso muerto, en su categoría por peso y también en la general.
Afortunadamente el reposo y los anti inflamatorios hicieron un buen trabajo y aprendí una gran lección.
La lección fue que no quiero ser delgadita y “tonificar” mi cuerpo, que las repeticiones altas en número son masacre, que el gusto de hacer pesas es ver el resultado siendo más fuerte y ponchadita, que el sentir el peso de una mancuerna o barra y esforzarme en levantar ese peso a costa de sudor y concentración es lo que me provoca ese sentimiento de satisfacción al final de cada entrenamiento. Terminar la última repetición con un gruñido y la cara un poco roja, es estimulante.
Otra cosa que reconfirmé es que en Guatemala, no hay una cultura de pesas para las mujeres, que las mujeres en su mayoría se dejan llevar por estereotipos y el qué dirán y no explotan sus cuerpos y aprovechan de su genética para formarse físicamente y esto por temor a perder su femineidad. Me imagino entonces que todo tiene un costo y cada quien hace lo que más le gusta y lo que más quiere, si así lo decide.
Si hubiera alguien que quisiera compartir tips al respecto del entrenamiento con pesas, de nutrición y de suplementos, así como de ejercicios y discapacidades físicas, porfa, compártanmelo.
Creo haberme lesionado los hombros cuando me agarró la obsesión de entrenar para potencia en pecho. Ahí sí que me sacaron el jugo. Mi entrenadora era una chica fabulosa. Campeona nacional de potencia en sus tres variedades: sentadilla, pecho y peso muerto, en su categoría por peso y también en la general.
Entrenábamos en la Federación Nacional de Potencia, los jueves, 2 horas increíbles. El equipo era básico, rudimentario y rústico, pero cómo pesaba. Desafortunadamente mi entrenadora se fue del país a triunfar en los EEUU y yo no seguí.
En potencia en banca o de pecho, lo que cuenta es la fuerza, así que si se pasa una de libritas pero tiene aguante, le va bien. Aparte que es un deporte que no amerita de dos piernas sanas para realizarse.
No creo volver a potencia, pero me enamoré de las pesas. Por cierto, al menos me retiré con una medalla y una gran experiencia. Aunque en el mero fondo, es de las pocas actividades físicas deportivas que puedo hacer sin que me agobie el dolor de pierna.
Pues aunque es un deporte algo solitario, me gusta, me entretiene, me ayuda en muchas formas, me estimula y espero seguir practicándolo por mucho tiempo. Los hombres que entrenan a mi lado, ya entendieron que soy una cliente más del gimnacio y que me gusta levantar bastante y que si bien soy mujer y ya de las 4 décadas, más les vale respetar y compartir espacio.
La vida cambia a veces en formas tan radicales que una ni en sueños se lo hubiera imaginado.
En potencia en banca o de pecho, lo que cuenta es la fuerza, así que si se pasa una de libritas pero tiene aguante, le va bien. Aparte que es un deporte que no amerita de dos piernas sanas para realizarse.
No creo volver a potencia, pero me enamoré de las pesas. Por cierto, al menos me retiré con una medalla y una gran experiencia. Aunque en el mero fondo, es de las pocas actividades físicas deportivas que puedo hacer sin que me agobie el dolor de pierna.
Pues aunque es un deporte algo solitario, me gusta, me entretiene, me ayuda en muchas formas, me estimula y espero seguir practicándolo por mucho tiempo. Los hombres que entrenan a mi lado, ya entendieron que soy una cliente más del gimnacio y que me gusta levantar bastante y que si bien soy mujer y ya de las 4 décadas, más les vale respetar y compartir espacio.
La vida cambia a veces en formas tan radicales que una ni en sueños se lo hubiera imaginado.
De correr todas las mañanas 10 km mientras estudiaba mi carrera, de haber jugado en la primera división de softbol, de haber entrenado con la selección nacional de volley ball, de haber recorrido cientos de kilómetros en bicicleta y haberme subido a volcanes, ruinas, templos en medio de la selva…tras un fortuito juego de softbol en el que me partieron la rodilla en mil pedazos…a no poder hacer más de 30 minutos de elíptica, no poder caminar más de 5 cuadras sin bastón y tomar analgésico y antiinflamatorios como tomo agua pura, pues sí que se puede tomar como un cambio monumental en mi vida.
Soy tan feliz de poder hacer lo que hago, soy feliz de recordar lo que pude hacer, y trato de no pensar mucho en lo que no podré hacer, ya cuando venga lo que venga, me imagino que me las arreglaré.
Para todas aquellas que no tienen lesiones corporales, que pueden ejercitarse sin limitaciones, aprovechen, como yo aproveché hasta donde pude. Lo que importa no es la cantidad, sino que la calidad de vida. Entonces chicas, a hacer deporte, vale la pena, de verdad.
Para todas aquellas que no tienen lesiones corporales, que pueden ejercitarse sin limitaciones, aprovechen, como yo aproveché hasta donde pude. Lo que importa no es la cantidad, sino que la calidad de vida. Entonces chicas, a hacer deporte, vale la pena, de verdad.
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