No abrió la puerta. Sólo confirmó que el cerrojo estuviera pasado, apagó la luz y regresó al cuarto principal. Afuera, Astrid pataleaba de pura indignación. Con ella afuera ni podía salir a fumar un cigarrillo de emergencia. Entonces sonó el teléfono. Ni por la mente le pasó a Grace…”Eres una #$%&%#$”!! ¡¡¿¿Desde cuándo te estás %$%$##$”!”## MI MUJER??!! Es tu venganza, ¿verdad?, lo planeaste todo, que no me voy de aquí sin Corina….” Grace le colgó. Se dio lentamente la vuelta y le envió una mirada tipo misil a la que ahora no tenía salvación. La habían utilizado, de acuerdo, pero fin del show. “Vístete y desaparece de mi vista, fuera de mi casa, ¡ya!”
En tiempo récord Corina estaba mal parada y mal vestida para salir a confrontar su destino y su merecido. Grace abrió la puerta de servicio para evitar que la psicótica de afuera se metiera en su terreno y le armara más relajo adentro. En la oscuridad de la noche y la incertidumbre del caso, Corina salió a la calle y desapareció. Eso hacía ya casi 6 años y no la había vuelto a ver.
La cola para inscribirse se convirtió en una espera de nunca terminar. Ahora no sólo le dolía la cabeza sino que las piernas y en realidad, todo el cuerpo. Al menos en esos largos minutos volvió a ver a colegas y amistades que hacía años no saludaba.
En tiempo récord Corina estaba mal parada y mal vestida para salir a confrontar su destino y su merecido. Grace abrió la puerta de servicio para evitar que la psicótica de afuera se metiera en su terreno y le armara más relajo adentro. En la oscuridad de la noche y la incertidumbre del caso, Corina salió a la calle y desapareció. Eso hacía ya casi 6 años y no la había vuelto a ver.
La cola para inscribirse se convirtió en una espera de nunca terminar. Ahora no sólo le dolía la cabeza sino que las piernas y en realidad, todo el cuerpo. Al menos en esos largos minutos volvió a ver a colegas y amistades que hacía años no saludaba.
“¡Hola Grace! ¿Qué cuenta la chica desaparecida del país de la eterna primavera? ¿Muy ocupada acaso? ¿Vienes sola esta vez?
Muchas preguntas y no estaba de humor, pero Mariel era una colega y amiga especial, habían compartido parte de su entrenamiento en Houston y se mantenían un contacto.
“Mariel, que gusto. Si…, al fin aparecí…pues sí, estoy sola. Y… no preguntes…cambiando de tema, ¿cómo está Sharon? ¿Y la bebé? Debe tener cuantos…3 años mínimo”.
Mariel y Ruth habían logrado concebir a una linda bebita por medio de inseminación artificial. Eran el prototipo de un par de madres orgullosas y hasta donde Grace sabía, muy interesadas en volverlo a intentar.
Mariel, orgullosa como sólo ella agregó: “Y su fiesta de cumpleaños es el martes, así que te esperamos para compartir mucha pizza y pastel, OK?”
Sólo la palabra pastel más la imagen de pizza, le causó un retorcijón de tripas y acidez en la boca a Grace. No pudo controlar su reacción visceral. Su amiga le observó atentamente y preguntó: “¿Te encuentras bien?”
“Anoche fui al concierto de Las Índigo Girls, te podrás imaginar que no tomé sólo agua pura…y además, me desvelé, mucho…”
“Ohhh…que te sirva de lección entonces y más te vale portarte bien para tu charla del lunes, con esa cara sólo nos harás llorar.” Y se alejó sonriendo ante el patético aspecto de su amiga.
Las pláticas que atendió fueron muy productivas, logró hacer varios contactos para donaciones de medicamentos y material educativo para pacientes y familiares, lo que le mantuvo entretenida y ayudó a que el malestar general se fuera desvaneciendo poco a poco, para ser muy sutilmente reemplazado por…se sentía ligeramente culpable…¡no!, de ninguna manera…, sólo …algo parecido.
Pero estaba sola, soltera, no tenía a nadie a quien rendir cuentas, ¿o sí? Maldición, la goma moral más la goma del licor del día después…ya estaba algo madurita para dejarse llevar por eso o más bien, para caer en eso…la negación, la soledad.
La rubia no le había montado ninguna escena, es más, parece que quería mantenerse en contacto después y a pesar… o mejor dicho, según ella, ¡por todo! Pero le deprimía no recordar detalles, tener la mente como nebulosa, no poder relacionar emociones con acciones, sentirse autómata o lo peor, indiferente.
Las reuniones del grupo médico lésbico por la noche, son las más esperadas y las actividades sociales a veces son tantas que no da tiempo atenderlas todas. Esa noche hubo karaoke en el pent-house disco del hotel sede, pero Grace estaba agotada, así que se excusó y regreso al B&B para recuperar fuerzas.
Ahora no le extrañaba que estuviera desierto, pues un sábado por la noche era más sagrado que un viernes para la vida nocturna gay.
La piscina se mostraba refrescantemente tentadora. La briza hacía ondular su superficie rítmicamente, como si respirara. Las luces de diferentes colores se reflejaban y daban imágenes centellantes que aparecían y desaparecían en silencio total. Se quitó los zapatos y caminó por la orilla. Luego tomó una Coca Cola Light en lata del mini bar para huéspedes y bebió lentamente su contenido dulce y frío, “como el amor”, pensó.
De pronto colocó la lata sobre el piso y sin pensarlo siquiera se lanzó al agua. Una locura, pero qué refrescante locura. Su ropa le impedía moverse con soltura, por lo que al cabo de unos minutos se observaba por la orilla unos pantalones, unos panties y top así como una camisola en total desarreglo.
Sentía el agua tocando todo su cuerpo, por momentos la briza le causaba escalofríos y se sumergía hasta tocar el fondo para resurgir en busca de aire a los pocos minutos. Nadó de punta a punta por el tiempo que sus piernas, brazos y pulmones se lo permitieron. Ahora su cansancio era real y justificado, salió del agua, recolectó sus pertenencias, termino su soda y volvió a su recámara.
Miró a su alrededor y sintió cómo la alfombra absorbía el agua que resbalaba de su cuerpo. Con el calor que había se evaporaría y no dejaría rastro ni huella, pensó. Tras buscar a tientas una playera, salió a fumar al balcón, no quería dormir aunque estaba agotada. Temía volver a soñarle, volver a escuchar su voz y sentir ese agudo dolor en donde alguna vez estuvo lo que ahora ni por asomo se podía llamar corazón…pero la volvió a recordar.
Estaba en el balcón, fumando precisamente un cigarrillo, la tarde se teñía de una naranja pastel que difuminaba la silueta del volcán de Agua. El día se había esfumado entre un pestañear. La vida era buena, no podía pedir más. Había pensado ir una hora al sauna, pero todavía estaba acalorada, tomó un sorbo de agua, inhaló de su cigarrillo una vez más. “I feel good…tarara…so good, sooo good….tarara… “ .
Sintió movimiento a sus espaldas pero Mandy seguía inconsciente tras semejante maratón de amor. La había prácticamente secuestrado bajo falsas pretensiones a La Antigua. La habitación que reservó en Casa Azul era su preferida, con entrada por una escalinata empinada, aislada, sin el bullicio de la calle ni de los comensales de la Escudilla al filo de la noche o del tráfico vehicular por la mañana. Con una vista a los volcanes y un cielo azul profundo que le dejaba sin palabras recordó que apenas llevaban un par de semanas juntas…y todo estaba mejor de lo que imaginó. Pidió a recepción que le adornaran el cuarto con 4 docenas de rosas rojas, velas y una botella de vino gran reserva en el refrigerador, el asombro de Mandy, así como su posterior fogosidad le remuneró más que cualquier cosa.
No creyó que llegaran a tanto en tan poco tiempo. Por un fugaz momento, parecía que Mandy todavía no dejaría su antigua relación. Su mirada, su comportamiento, le confundían e inquietaban.
La ex de Mandy era una mujer de temer y no en balde, se la conocía por su carácter tempestuoso y medidas de hecho, a lo largo y ancho del ambiente lésbico en Guate. “Es muy emotiva”, decían algunas, pero Grace la consideraba una loca.
Volvió a ver a Mandy tendida boca abajo sobre la cama con sábanas desordenadas, su respiración lenta y rítmica, su bello cuerpo desnudo y sintió el deseo por ella una vez más. Desde el día anterior, no se habían cansado de sentirse una y otra y otra vez. Pidieron la cena y el desayuno al cuarto, no querían desperdiciar ni un momento de esta arrasadora y deliciosa pasión. Nunca era suficiente, querían más y más.
Tiró la colilla al basurero más cercano, con un suspiro profundo se incorporó y entró a su alcoba, donde tras cerrar la puerta se tendió en la cama tal cual iba, “¿Qué le atraía tanto de esta singular mujer? Su personalidad, su mirada, su trasero firme y redondito, su busto en perfecta posición, alineación y consistencia, era tanto y no lograba poner el dedo en el punto exacto…la materializó en su mente, como si estuviera ahí en carne y hueso…entonces lo supo, lo que la atraía como un imán sin poderlo evitar era su maravillosa sonrisa, la más tierna, seductora y maliciosa sonrisa que jamás haya visto en ninguna mujer…Mandy le sonreía mientras Grace se sumía en un sopor profundo y quedaba dormida…por fin.
Sintió movimiento a sus espaldas pero Mandy seguía inconsciente tras semejante maratón de amor. La había prácticamente secuestrado bajo falsas pretensiones a La Antigua. La habitación que reservó en Casa Azul era su preferida, con entrada por una escalinata empinada, aislada, sin el bullicio de la calle ni de los comensales de la Escudilla al filo de la noche o del tráfico vehicular por la mañana. Con una vista a los volcanes y un cielo azul profundo que le dejaba sin palabras recordó que apenas llevaban un par de semanas juntas…y todo estaba mejor de lo que imaginó. Pidió a recepción que le adornaran el cuarto con 4 docenas de rosas rojas, velas y una botella de vino gran reserva en el refrigerador, el asombro de Mandy, así como su posterior fogosidad le remuneró más que cualquier cosa.
No creyó que llegaran a tanto en tan poco tiempo. Por un fugaz momento, parecía que Mandy todavía no dejaría su antigua relación. Su mirada, su comportamiento, le confundían e inquietaban.
La ex de Mandy era una mujer de temer y no en balde, se la conocía por su carácter tempestuoso y medidas de hecho, a lo largo y ancho del ambiente lésbico en Guate. “Es muy emotiva”, decían algunas, pero Grace la consideraba una loca.
Volvió a ver a Mandy tendida boca abajo sobre la cama con sábanas desordenadas, su respiración lenta y rítmica, su bello cuerpo desnudo y sintió el deseo por ella una vez más. Desde el día anterior, no se habían cansado de sentirse una y otra y otra vez. Pidieron la cena y el desayuno al cuarto, no querían desperdiciar ni un momento de esta arrasadora y deliciosa pasión. Nunca era suficiente, querían más y más.
Tiró la colilla al basurero más cercano, con un suspiro profundo se incorporó y entró a su alcoba, donde tras cerrar la puerta se tendió en la cama tal cual iba, “¿Qué le atraía tanto de esta singular mujer? Su personalidad, su mirada, su trasero firme y redondito, su busto en perfecta posición, alineación y consistencia, era tanto y no lograba poner el dedo en el punto exacto…la materializó en su mente, como si estuviera ahí en carne y hueso…entonces lo supo, lo que la atraía como un imán sin poderlo evitar era su maravillosa sonrisa, la más tierna, seductora y maliciosa sonrisa que jamás haya visto en ninguna mujer…Mandy le sonreía mientras Grace se sumía en un sopor profundo y quedaba dormida…por fin.
4 comentarios:
Hola considero tu blog muy bueno asi que me tome la molestia de otorgarle un pequeño premio espero te guste saludos y cuidate
http://arte-poesia-en-movimiento.blogspot.com/2009/04/premios-que-me-dieron-y-dare.html
Miles de gracias....GRACIAS!!!!!!
Bueno, ahora si...deseo más detalles, hay situaciones que si amerintan tener un poco más de descripción... los 3 capítulos estan muy buenos, aunque dejas algunas lagunas, muchos puntos supensivos, mmm talvez letra italica cuando estes dentro del pensamiento o recuerdos de Grace ... en fin detallitos.
en cuanto a contenido, espero con ansia el capítulo 4, la historia engancha y quiero leer más...
nuevamente Felicitaciones, me gusta
Gracias, no te imaginas la emoción de recibir retroalimentación y los tips están re buenos.Mi Esposa y Coeditora ha sido mi único punto de crítica y referencia, tu aporte nos hará más acusiosas y espero mejorar. De nuevo gracias.
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