Teniendo en cuenta que los problemas, por
pequeños que sean, se nos pueden salir de
las manos si no los confrontamos eficazmente,
es útil tener en mente los siguientes diez
consejos de qué actitudes no asumir para
solucionarlos:
1. No ser consciente de que las cosas casi nunca
resultan tal y como fueron planeadas.
Tal perfeccionismo conduce sin duda alguna hacia
la frustración perpetua.
2. Sentirse mal y decidir que es lógico tener que
preocuparse y angustiarse.
Esto no ayuda a resolver una situación, mientras
sí contribuye a ampliar la percepción de responsabilidad,
así como el nivel de estrés.
3. Creer que no triunfar es lo mismo que fracasar
rotundamente.
Por medio de tal mentalidad se agotará toda
motivación.
4. Reaccionar con irritación y rabia.
Así no se logrará otra cosa que ahuyentar las posibles
soluciones y alejar el apoyo de los seres queridos
y los compañeros de trabajo.
5. No asumir responsabilidad y buscar culpables.
Con tal actitud no solamente se impide aprender de
los errores, sino que se cultiva un destructivo
sentimiento de víctima.
6. No disculparse por errores cometidos o actitudes
adoptadas.
Eventualmente, tal comportamiento causará aislamiento
y la pérdida del respeto de otros hacia una.
7. Esperar a que el problema se resuelva por sí solo.
Uno de los métodos más eficaces para lograr que una
bola de nieve se convierta en una avalancha.
8. Aferrarse a una sola manera de solucionar las cosas.
De este modo se creará una falsa sensación de control
que puede desvanecerse en cualquier momento. En otras
palabras, una buena táctica tanto para complicarse,
como para exasperar a los demás.
9. Confrontar los errores con arrogancia y displicencia.
Rechazar enérgicamente opiniones que no quieren ser
oídas sirve para perder valiosos puntos de vista, al
igual que para disminuir las posibilidades de resolver
un problema y de aprender de los errores.
10. Sobreestimar lo hecho por una y subestimar lo hecho
por las demás.
Una estrategia que sólo sirve para lavarse las
manos a corto plazo. Puede que sea posible convencer
al entorno, por unas pocas veces, de la importancia
de la labor propia, y de la ineptitud del resto. No
obstante, los más probable es que con el tiempo se
pierda toda credibilidad.
Chicas, ¿cuántas veces nos hemos amargado la vida
o hemos maltratado a quienes queremos por problemas
que al poco tiempo ni recordamos?
Disfruta tu vida, ya que está plena de soluciones y
oportunidades.
pequeños que sean, se nos pueden salir de
las manos si no los confrontamos eficazmente,
es útil tener en mente los siguientes diez
consejos de qué actitudes no asumir para
solucionarlos:
1. No ser consciente de que las cosas casi nunca
resultan tal y como fueron planeadas.
Tal perfeccionismo conduce sin duda alguna hacia
la frustración perpetua.
2. Sentirse mal y decidir que es lógico tener que
preocuparse y angustiarse.
Esto no ayuda a resolver una situación, mientras
sí contribuye a ampliar la percepción de responsabilidad,
así como el nivel de estrés.
3. Creer que no triunfar es lo mismo que fracasar
rotundamente.
Por medio de tal mentalidad se agotará toda
motivación.
4. Reaccionar con irritación y rabia.
Así no se logrará otra cosa que ahuyentar las posibles
soluciones y alejar el apoyo de los seres queridos
y los compañeros de trabajo.
5. No asumir responsabilidad y buscar culpables.
Con tal actitud no solamente se impide aprender de
los errores, sino que se cultiva un destructivo
sentimiento de víctima.
6. No disculparse por errores cometidos o actitudes
adoptadas.
Eventualmente, tal comportamiento causará aislamiento
y la pérdida del respeto de otros hacia una.
7. Esperar a que el problema se resuelva por sí solo.
Uno de los métodos más eficaces para lograr que una
bola de nieve se convierta en una avalancha.
8. Aferrarse a una sola manera de solucionar las cosas.
De este modo se creará una falsa sensación de control
que puede desvanecerse en cualquier momento. En otras
palabras, una buena táctica tanto para complicarse,
como para exasperar a los demás.
9. Confrontar los errores con arrogancia y displicencia.
Rechazar enérgicamente opiniones que no quieren ser
oídas sirve para perder valiosos puntos de vista, al
igual que para disminuir las posibilidades de resolver
un problema y de aprender de los errores.
10. Sobreestimar lo hecho por una y subestimar lo hecho
por las demás.
Una estrategia que sólo sirve para lavarse las
manos a corto plazo. Puede que sea posible convencer
al entorno, por unas pocas veces, de la importancia
de la labor propia, y de la ineptitud del resto. No
obstante, los más probable es que con el tiempo se
pierda toda credibilidad.
Chicas, ¿cuántas veces nos hemos amargado la vida
o hemos maltratado a quienes queremos por problemas
que al poco tiempo ni recordamos?
Disfruta tu vida, ya que está plena de soluciones y
oportunidades.
1 comentario:
Me encantó tu entrada... es tan OPTIMISTA y me recordó algo importante que comparto:
Es ya un tópico describir a los optimistas como pesimistas mal informados, o como ingenuos que no captan todos los aspectos de la realidad, o como ilusos que antes o después se rendirán a la evidencia de que la vida es un cúmulo de problemas tan frecuentes como de difícil solución. Pero ser optimista no equivale a ser frívolo o inconsciente. Optimista es quien percibe lo bueno de cada circunstancia y quien a partir de esa percepción es capaz de optimizar las posibilidades que cada situación plantea. Una de las verdades más profundas de la psicología humana la refleja el viejo proverbio de que "nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira". Una misma situación percibida por dos personas puede adquirir una dimensión muy diferente. No se puede afirmar categóricamente "esto es así", es más adecuado el planteamiento "yo esto lo percibo así", porque la forma en que hemos aprendido a interpretar la realidad va a condicionar nuestro estado de ánimo y éste el enfoque que daremos a nuestra vida.
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