Todo empieza por uno mismo. Todo es una continuación de lo que uno mismo en algún momento y lugar empezó.
El cambio inicia dentro, luego si progresa, pasará a ser parte del exterior.
Un cambio, el cambio, es la expresión más clara y simple de nuestra existencia.
Desear un cambio es iluso si no lo soñamos y creamos dentro de nosotros primero.
El cambio, cambiar es inevitable, pero también puede ser tremendamente difícil.
Queremos cambios en nuestras familias, en nuestros hogares, en nuestro vecindario, en nuestro país, en nuestro planeta, pero no cambiamos nosotros para empezar.
Cambiemos para ser lo que queremos que cambie y entonces, cambiará. De seguro y con certeza, nuestro interior cambiará y de uno en uno, lo que no nos gusta, lo que no queremos, tendrá una mejor oportunidad de cambiar.
Mi querida Guatemala, mi adorado planeta Tierra, urge un cambio. ¿Pero, acaso basta con quejarme, señalar y criticar? ¿O más bien deprimirme y dejarme llevar? ¿O en último caso rendirme y vestirme de indiferencia o impotencia?
¿Qué quisiera que cambiara?
¿Cómo estoy dispuesta a cambiar?
¿Cómo sería mí alrededor entonces?
¿Cómo sería yo entonces?
Me voy a pensar.