La sensibilidad genital femenina es dada por extensas redes nerviosas que cubren e informan de cada punto en piel y mucosas. Somos ampliamente erógenas, pero no necesariamente orgásmicas.
El orgasmo es para muchas el indicador de que hubo satisfacción máxima y nos asegura que nuestro desempeño como amantes fue un éxito.
Pero tener uno o varios orgasmos no es rutinario para muchas mujeres, no sólo lesbianas, sino que mujeres en general. La sensación o sentimiento casi inmediato de pena, vergüenza y hasta fracaso al no poder sentir lo que se supone que se debe sentir y manifestar lo que se supone debe ser obvio al estar repletas de placer o de hacer sentir y ver en la pareja; es abrumadora y hasta condicionante para futuros encuentros sexuales.
He visto muchas películas porno y eróticas de todo tipo y se repite sin sentido y sin control el estereotipo de la chica que grita y se revuelve el pelo y se lame los labios y en fin, toda una actuación. No es cabal así en la vida real. Platicando por ahí, he escuchado y confirmado que cada lesbiana tiene su forma muy particular de expresarse durante momentos de placer físico sexual. Y una misma mujer puede expresarse de diferentes formas en diferentes oportunidades sin crear un patrón totalmente predecible cual si receta de cocina.
Y el orgasmo no es un requisito para calificar de satisfactorio o exitoso al acto sexual. Tampoco debería de contener el sentimiento de culpa por cualquiera de las partes al no lograrse por cualquiera de las dos partes.
Sólo pienso que el encuentro sexual al prolongarse en busca de un orgasmo que no aparecerá, puede causar que lo placentero pase a ser molesto, el cansancio cause torpeza, la impaciencia empañe a la ternura, la frustración quite el dulce sabor del amor y contacto íntimo, por puras ideas o expectativas erróneas.
Luego, cuando se debe mantener ese ambiente de paz, relajación y confianza, empiezan los comentarios alegóricos de: “No llegaste, ¿verdad? “Es que no te gustó”. “¿Por qué no llegaste?” “¿Qué hice mal?” “¿Todavía me amas?” Y otras cositas más, como “Es una frígida”. “Es una piedra”.
La otra cara del orgasmo es también cuando se tiene la facilidad de lograrlo, pero la estimulación no ayuda y entonces se podría decir que la amante necesita pulirse en el arte del qué hacer sexual.
Es una realidad que también se da, por inexperiencia, por falta de comunicación, por desconocimiento de qué y cómo le gusta a una nueva pareja o amante que la toquen o estimulen y otras cositas más.
Hay días en que se busca específicamente el orgasmo, otras en que sólo se desea sentir bien, sin subir a la cima, sino que degustar del paisaje desde la llanura.
Los términos de anorgasmia y multi orgasmos, son los polos de una gama de sensaciones y experiencias tan amplia como la Vía Láctea. Se pueden conocer pero no necesariamente vivir en ellos.
En ocasiones, el tener un objetivo fijo e inamovible en un contacto sexual, puede limitar qué tan intenso o satisfactorio pueda llegar a ser. El estrés puede producir ansiedad, lo que a su vez conlleva a no “funcionar” bien durante el sexo. Y no para menos cuando se juega con circunstancias como el miedo al rechazo, el miedo a la crítica, el miedo a no cumplir o llegarle a las expectativas de la pareja. En oposición a lo más deseado, se logra lo contrario y es no lograr tener un orgasmo.
Cuando joven inexperta, en mi primer experiencia sexual me excité muy poco, no tuve orgasmo y la mujer con quien estaba logró el suyo frotándose contra mi muslo, totalmente vestida y con unas copas de más. Era una “Stone butch” o sea que no dejaba que le tocaran y sospecho que tampoco sabía cómo y qué hacerle a otra mujer. Ya sabía yo qué era un orgasmo, pero porque desde que recuerdo me he masturbado y una de las ventajas de auto amarse, es que la satisfacción de un orgasmo es más constante y predictiva. Más sin embargo cuando estuve por primera vez con una mujer y lesbiana de mayor edad, nada.
En fin, luego tuve mi primer pareja estable y costó tiempo, esfuerzo y paciencia el lograr satisfacer y ser satisfecha sexualmente. Ahora, pues, no en balde ha pasado el tiempo, y las experiencias previas.
Pero la práctica hace a la maestra, siempre y cuando se practique bien.
Ahora…¿qué es un orgasmo?¿ Y por qué es tan deseado?
Ya cada quien con su propia conclusión. Para la próxima.
El orgasmo es para muchas el indicador de que hubo satisfacción máxima y nos asegura que nuestro desempeño como amantes fue un éxito.
Pero tener uno o varios orgasmos no es rutinario para muchas mujeres, no sólo lesbianas, sino que mujeres en general. La sensación o sentimiento casi inmediato de pena, vergüenza y hasta fracaso al no poder sentir lo que se supone que se debe sentir y manifestar lo que se supone debe ser obvio al estar repletas de placer o de hacer sentir y ver en la pareja; es abrumadora y hasta condicionante para futuros encuentros sexuales.
He visto muchas películas porno y eróticas de todo tipo y se repite sin sentido y sin control el estereotipo de la chica que grita y se revuelve el pelo y se lame los labios y en fin, toda una actuación. No es cabal así en la vida real. Platicando por ahí, he escuchado y confirmado que cada lesbiana tiene su forma muy particular de expresarse durante momentos de placer físico sexual. Y una misma mujer puede expresarse de diferentes formas en diferentes oportunidades sin crear un patrón totalmente predecible cual si receta de cocina.
Y el orgasmo no es un requisito para calificar de satisfactorio o exitoso al acto sexual. Tampoco debería de contener el sentimiento de culpa por cualquiera de las partes al no lograrse por cualquiera de las dos partes.
Sólo pienso que el encuentro sexual al prolongarse en busca de un orgasmo que no aparecerá, puede causar que lo placentero pase a ser molesto, el cansancio cause torpeza, la impaciencia empañe a la ternura, la frustración quite el dulce sabor del amor y contacto íntimo, por puras ideas o expectativas erróneas.
Luego, cuando se debe mantener ese ambiente de paz, relajación y confianza, empiezan los comentarios alegóricos de: “No llegaste, ¿verdad? “Es que no te gustó”. “¿Por qué no llegaste?” “¿Qué hice mal?” “¿Todavía me amas?” Y otras cositas más, como “Es una frígida”. “Es una piedra”.
La otra cara del orgasmo es también cuando se tiene la facilidad de lograrlo, pero la estimulación no ayuda y entonces se podría decir que la amante necesita pulirse en el arte del qué hacer sexual.
Es una realidad que también se da, por inexperiencia, por falta de comunicación, por desconocimiento de qué y cómo le gusta a una nueva pareja o amante que la toquen o estimulen y otras cositas más.
Hay días en que se busca específicamente el orgasmo, otras en que sólo se desea sentir bien, sin subir a la cima, sino que degustar del paisaje desde la llanura.
Los términos de anorgasmia y multi orgasmos, son los polos de una gama de sensaciones y experiencias tan amplia como la Vía Láctea. Se pueden conocer pero no necesariamente vivir en ellos.
En ocasiones, el tener un objetivo fijo e inamovible en un contacto sexual, puede limitar qué tan intenso o satisfactorio pueda llegar a ser. El estrés puede producir ansiedad, lo que a su vez conlleva a no “funcionar” bien durante el sexo. Y no para menos cuando se juega con circunstancias como el miedo al rechazo, el miedo a la crítica, el miedo a no cumplir o llegarle a las expectativas de la pareja. En oposición a lo más deseado, se logra lo contrario y es no lograr tener un orgasmo.
Cuando joven inexperta, en mi primer experiencia sexual me excité muy poco, no tuve orgasmo y la mujer con quien estaba logró el suyo frotándose contra mi muslo, totalmente vestida y con unas copas de más. Era una “Stone butch” o sea que no dejaba que le tocaran y sospecho que tampoco sabía cómo y qué hacerle a otra mujer. Ya sabía yo qué era un orgasmo, pero porque desde que recuerdo me he masturbado y una de las ventajas de auto amarse, es que la satisfacción de un orgasmo es más constante y predictiva. Más sin embargo cuando estuve por primera vez con una mujer y lesbiana de mayor edad, nada.
En fin, luego tuve mi primer pareja estable y costó tiempo, esfuerzo y paciencia el lograr satisfacer y ser satisfecha sexualmente. Ahora, pues, no en balde ha pasado el tiempo, y las experiencias previas.
Pero la práctica hace a la maestra, siempre y cuando se practique bien.
Ahora…¿qué es un orgasmo?¿ Y por qué es tan deseado?
Ya cada quien con su propia conclusión. Para la próxima.
2 comentarios:
Vaya que han estado candentes tus últimos temas!! Orgasmos… están tan relacionados con tu post anterior y tenes toda la razón al mencionar que a veces el encuentro sexual se pude volver largo, molesto, frustrante o incluso doloroso que en lugar de estar más cerca de alcanzarlo ya no se siente nada… Y al final lo que empezó como un momento romántico y/o apasionado termina en una discusión… Entonces es mejor hablar y ser honesta y muy sincera con la pareja, por que uno sabe perfectamente lo que esta sintiendo, pero la otra persona no y viceversa; entonces tiene uno que decirle donde tocar, como tocar, si más rápido o más despacio, etc. y sí uno sabe que definitivamente no va a llegar al orgasmo, pues decírselo y ya… y seguir disfrutando del cuerpo de cada una sin presiones, que aunque no haya orgasmo igual es muy placentero…..
PS: deberíamos de organizar un taller, charla o algo por el estilo….
Me parece genial lo de hacer una reunión y dejar que las ideas y las experiencias nos muestren opciones y mejoras, además, que chilero compartir.
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