El pudor ha sido un comportamiento que desde niña me ha intrigado, desconcertado y hasta ha tomado un tono humorístico, ridículo.
Leyendo por ahí y por allá, encontré estas opiniones que explican en gran parte una forma de comportamiento aprendido, impuesto, normado, obligado y hasta promovido. Y es el taparnos obsesiva y compulsivamente nuestro cuerpo. Cosa más rara.
Sólo de leer esto me da entre risa y pena, es simplemente patético.
“El pudor es un mecanismo instintivo, propio de la castidad, que protege con la vergüenza la intimidad sexual. Evita todo tipo de excesos y peligros morales en materia sexual”.
“Es un muro protector de la pureza que ayuda a evitar excesos y peligros morales de todo tipo en materia sexual. Aunque el pudor es instintivo, también es necesario aprender ya desde pequeños para que se sepa apreciar y guiar correctamente”. “El pudor protege la propia intimidad. No es casto el que trata de ignorar lo sexual sino el que comprende su propósito en los designios de Dios. El pudor es propio de la persona humana. Los animales no tienen pudor. Por eso hacen en público sus funciones más íntimas”
En fin, aunque parezca y sea absurdo a primera vista, hasta para el más obtuso de mente, es un comportamiento forzado y estimulado. Luego, ya no es de extrañar que sea pudorosa la hipocresía, no mostrar pensamientos e intenciones y así evitar todo tipo de excesos y peligros morales en materia intelectual, de tal forma que los corruptos no lo demuestran hasta cuando están montados en el poder y de ahí la demagogia, la corrupción y la traición.
El pudor así como la hipocresía son propios de los humanos, de los humanos que desgraciadamente han degenerado en mentiras de sí mismos y negación de nuestra naturaleza, de nuestra esencia, de lo bueno, puro, real y valioso que tenemos, si dichosos somos de tener un cuerpo sano, un cuerpo bello, un cuerpo que nos permite amar, trabajar, ayudar, conocer, aprender, y por qué no, tener sexo, excitarnos, sentir orgasmos, humedecernos, gritar de deseo y pasión. No creo que mostrar nuestro cuerpo sea un insulto, una ofensa, lo es al querer ocultarlo, negarlo, tergiversarlo, esconderlo no por el frío o por peligro, sino por pura gana de molestar, por envidia, por complejos, por morales sucias, por pobreza extrema interior.
Si cualquier ente que hubiera diseñado al cuerpo humano, promoviera el pudor como dicen algunos hoy en día, habría hecho un hoyito que tuviera taponcito en la chicas, un palito que se desatornillara y guardara en casa con los chicos y todos felices y contentos. De animales tenemos tanto o más que cualquier otro en este planeta, la diferencia son la falta de amor y de dictaminar el comportamiento de los demás a antojo de unos pocos por parte de los humanos. Insisto y no por molestar, pero esta charada de que así lo dijo un dios, ya aburre.
Mostrar lo bello, es obligación, y ocultar lo feo, una opción, total, en gustos se rompen géneros y un buen cuerpo, nos hace el día a todas y todos. Con tal de no ser fea de espantar ni bonita de encantar, pasamos tranquilitas y en paz.
Acaso los integrantes de tribus donde la ropa es casi nula, se mantienen copulando por no llevarla puesta. O desde cuando el cuerpo si está desnudo sólo se le relaciona con sexo y no se da cabida a nada más. Alguien está enfermo de la cabeza y no son los que se desnudan, y claro, hay reglas, para bien o para mal. No se trata de rebeldía o insensatez, en donde así se permita, así me desvisto y en mi casa hago lo que se me da la gana. Es como fumar, hay para todos y si no hay un área, fumo en otra o no fumo.
Una de mis pasiones, es tomar el sol a orillas del mar. Pero lo que hace de esto una experiencia sensacional es hacerlo desnuda. Otro gusto que es fenomenal es nadar, en mar o piscina, igualmente sin ropa. Es cómo el viento te acaricia por doquier, como se siente el frio al pasar por debajo de los pechos, entre las piernas, al igual, el agua. Es una sensación que desconocemos la mayor parte de nuestras vidas, no es lo mismo bañarnos desnudos en una tina o regadera.
No hay como pasearse por la casa sin más que un par de chancletas. Y no hay cosa más simpática que ver la cara de entre susto y confusión de un mirón en tal ocasión.
El pudor, a estas alturas, ya como que no más tapar el sol con un dedo. Así como respeto que las personas, se vistan como se visten y se vean como se ven, así tengo el derecho de enseñar, a mi gusto, a mi antojo y sin más, mi cuerpo que total, sin el, difícil que me vea.
Urgen más campos nudistas, pero más urge educar y con el ejemplo darse a respetar.
El objetivo es convivir, no excluir.
Leyendo por ahí y por allá, encontré estas opiniones que explican en gran parte una forma de comportamiento aprendido, impuesto, normado, obligado y hasta promovido. Y es el taparnos obsesiva y compulsivamente nuestro cuerpo. Cosa más rara.
Sólo de leer esto me da entre risa y pena, es simplemente patético.
“El pudor es un mecanismo instintivo, propio de la castidad, que protege con la vergüenza la intimidad sexual. Evita todo tipo de excesos y peligros morales en materia sexual”.
“Es un muro protector de la pureza que ayuda a evitar excesos y peligros morales de todo tipo en materia sexual. Aunque el pudor es instintivo, también es necesario aprender ya desde pequeños para que se sepa apreciar y guiar correctamente”. “El pudor protege la propia intimidad. No es casto el que trata de ignorar lo sexual sino el que comprende su propósito en los designios de Dios. El pudor es propio de la persona humana. Los animales no tienen pudor. Por eso hacen en público sus funciones más íntimas”
En fin, aunque parezca y sea absurdo a primera vista, hasta para el más obtuso de mente, es un comportamiento forzado y estimulado. Luego, ya no es de extrañar que sea pudorosa la hipocresía, no mostrar pensamientos e intenciones y así evitar todo tipo de excesos y peligros morales en materia intelectual, de tal forma que los corruptos no lo demuestran hasta cuando están montados en el poder y de ahí la demagogia, la corrupción y la traición.
El pudor así como la hipocresía son propios de los humanos, de los humanos que desgraciadamente han degenerado en mentiras de sí mismos y negación de nuestra naturaleza, de nuestra esencia, de lo bueno, puro, real y valioso que tenemos, si dichosos somos de tener un cuerpo sano, un cuerpo bello, un cuerpo que nos permite amar, trabajar, ayudar, conocer, aprender, y por qué no, tener sexo, excitarnos, sentir orgasmos, humedecernos, gritar de deseo y pasión. No creo que mostrar nuestro cuerpo sea un insulto, una ofensa, lo es al querer ocultarlo, negarlo, tergiversarlo, esconderlo no por el frío o por peligro, sino por pura gana de molestar, por envidia, por complejos, por morales sucias, por pobreza extrema interior.
Si cualquier ente que hubiera diseñado al cuerpo humano, promoviera el pudor como dicen algunos hoy en día, habría hecho un hoyito que tuviera taponcito en la chicas, un palito que se desatornillara y guardara en casa con los chicos y todos felices y contentos. De animales tenemos tanto o más que cualquier otro en este planeta, la diferencia son la falta de amor y de dictaminar el comportamiento de los demás a antojo de unos pocos por parte de los humanos. Insisto y no por molestar, pero esta charada de que así lo dijo un dios, ya aburre.
Mostrar lo bello, es obligación, y ocultar lo feo, una opción, total, en gustos se rompen géneros y un buen cuerpo, nos hace el día a todas y todos. Con tal de no ser fea de espantar ni bonita de encantar, pasamos tranquilitas y en paz.
Acaso los integrantes de tribus donde la ropa es casi nula, se mantienen copulando por no llevarla puesta. O desde cuando el cuerpo si está desnudo sólo se le relaciona con sexo y no se da cabida a nada más. Alguien está enfermo de la cabeza y no son los que se desnudan, y claro, hay reglas, para bien o para mal. No se trata de rebeldía o insensatez, en donde así se permita, así me desvisto y en mi casa hago lo que se me da la gana. Es como fumar, hay para todos y si no hay un área, fumo en otra o no fumo.
Una de mis pasiones, es tomar el sol a orillas del mar. Pero lo que hace de esto una experiencia sensacional es hacerlo desnuda. Otro gusto que es fenomenal es nadar, en mar o piscina, igualmente sin ropa. Es cómo el viento te acaricia por doquier, como se siente el frio al pasar por debajo de los pechos, entre las piernas, al igual, el agua. Es una sensación que desconocemos la mayor parte de nuestras vidas, no es lo mismo bañarnos desnudos en una tina o regadera.
No hay como pasearse por la casa sin más que un par de chancletas. Y no hay cosa más simpática que ver la cara de entre susto y confusión de un mirón en tal ocasión.
El pudor, a estas alturas, ya como que no más tapar el sol con un dedo. Así como respeto que las personas, se vistan como se visten y se vean como se ven, así tengo el derecho de enseñar, a mi gusto, a mi antojo y sin más, mi cuerpo que total, sin el, difícil que me vea.
Urgen más campos nudistas, pero más urge educar y con el ejemplo darse a respetar.
El objetivo es convivir, no excluir.
1 comentario:
Hola!!! estaba googleando opiniones blogueras sobre pudor e hipocresía, y me he encontrado tu texto, que me ha resultado muy interesante. Un saludo
Publicar un comentario