domingo, 17 de agosto de 2008

UN HUMILDE ENSAYO SOBRE DHARMA


Tarde o temprano, llega el momento en el cual nos paramos un instante, respiramos profundamente, vemos alrededor y nos percatamos, como si viéramos una estrella fugaz en el horizonte, que tenemos nuestra vida actual realmente en nuestras manos y que de nosotros depende el rumbo y el uso que le demos.

Esta realización puede ser efímera y olvidarse al cabo de unos segundos tras ser absorbida por el torbellino de pensamientos y distracciones que nos envuelven.
O puede marcar y dar la pauta para tomar decisiones, formular proyectos, reconocer errores sin claudicar ante la culpa, así como desechar odios y prejuicios.

Podemos quedar en el cautiverio que rige al normado y limitado entendimiento de las masas o dar el paso hacia el librepensamiento y la oportunidad de ser auténtica en este mundo que viaja por un universo sin principio ni fin, a nuestra simple vista.


En algún momento de esta nuestra vida actual, tenemos el poder del conocimiento puro. No se trata del mundano que mide tenuemente nuestro intelecto como lo que sabemos de una materia o tanta basura aprendida de una ideología o ente fanático. Es algo más, como una intuición, un sentir, una sensación extrañamente liberadora, aventurera, retadora y muy brillante ante lo que es y lo que no es.

Tan insólito puede parecer, tan inverosímil de creer y entender, que esta oportunidad a veces irrepetible, tendemos a desperdiciar.

Es cuando nuestra lógica, sentido común y naturaleza humana se unen para integrar una proposición y entonces, sin importar quien diga qué, sabemos con certeza propia si es o no merecedor de ser integrado a nuestro diario vivir.

Conforme crecemos, “maduramos”, “sabemos más” y definitivamente envejecemos, más nos contaminamos y confundimos con tanta falsedad y mentira a nuestro alrededor. Es difícil no caer en esta vorágine de ignorancia y pasar a ser parte de los que esperan a ser ordenados qué pensar, qué hacer, cómo, cuando y donde. Sin tan sólo esbozar un suave y casi inaudible…¿Por qué?


Sabemos que la vida es un don precioso y de valor incalculable, irremplazable, y aún así, discriminamos entre la vida de un ser humano, un animal, una planta y un insecto. Veo a los niños cuando la naturaleza les maravilla e infunde respeto, más al corto tiempo, se entretienen aplastando hormigas o maltratando a sus mascotas.

Todos deseamos sin excepción a lo largo de nuestras vidas, ser felices. Aún así muchos persiguen y “logran” esa felicidad a costa del daño y sufrimiento de otros seres, igualitos a nosotros, quienes también desean y se merecen ser felices.

Asumimos que lo que creemos es la única verdad, que nuestros derechos están por encima de los de los demás, que lo material es la fuente más certera de felicidad, que somos autosuficientes e independientes en este mundo que compartimos, que nuestros problemas son más importantes que los de los demás, que nunca moriremos y que nuestro sufrimiento y problemas son causa directa de lo externo, de lo de afuera, de los demás.
¿Estamos acaso concientes de que es posible que el cambio para beneficio o perjuicio de nosotros depende y se origina de nuestro interior, de nuestras ideas e interpretaciones, de nuestras palabras y comentarios o chismes, de nuestras acciones con buenas o malas intenciones?
¿Somos víctimas de sistemas políticos opresivos, sociedades intolerantes, leyes injustas o somos víctimas de lo que imaginamos y percibimos en estados mentales alterados?

Un ejemplo tan simple como profundo, es una pequeña historia que describe lo anterior. “Viene un extraño, que nos confunde con un enemigo y nos golpea con un palo, nos lastima y nos enfurece, entonces al sentirnos agredidos, pensamos que es justo y apropiado defenderse y contraatacar al agresor”. Analizando si queremos ser cabales, la causa de nuestro dolor no es el hombre desconocido, sino que el palo, entonces deberíamos destruir el palo. Pero interpretamos como si el hombre es la causa, más si reflexionamos, ese hombre es presa de ideas equivocadas, confusas y alteradas, cree que somos su enemigo y en vez de preguntar o doble chequear, nos ataca. No es entonces tampoco el hombre per se, la causa de nuestro dolor, son sus ideas equivocadas y deberíamos destruir esas ideas, pero lo único a lo que llegamos es a arremeter contra el hombre como tal, sin tomar en cuenta los factores anteriores. Así como esa persona nos causó daño por ideas erróneas, nosotros le devolvimos el daño por ideas erróneas y la historia se vive repitiendo sin fin, sin sentido.

Sólo si se logra controlar a esa mente desbocada, que corre a años luz por delante de nuestro entendimiento y conciencia, seguida de cerca por la boca que pronuncia palabras ofensivas y perseguida por las acciones que involucran violencia física, estaremos en condiciones de iniciar nuestro camino a la felicidad.

Entonces podría interpretarse, que nunca lograremos ser felices, pero no es del todo cierto esta conclusión, logramos ser felices, pero por muy cortos períodos de tiempo, cuando no somos esclavos de nuestra ignorancia ante las circunstancias que nos rodean y por ende, pensamos, hablamos y actuamos para perpetuar nuestro sufrimiento o terminar con nuestra fugaz felicidad.

Y de eso se trata la vida, queramos o no, nunca seremos siempre felices y siempre estaremos en busca de la felicidad, lo cual es distinto para cada persona.
Si tenemos trabajo, no basta, queremos más y mejor salario y prestaciones, de donde la felicidad de trabajar se ve sustituida por la insatisfacción de desear algo más.
Si tenemos carro, no basta, queremos uno más grande, más veloz, más moderno y la satisfacción de podernos mover por las calles, se ve frustrada por desear algo más.
Si somos sanos, nos vemos al espejo y notamos canas y arrugas, vamos al gimnasio y tomamos antioxidantes o hasta optamos por cirugía estética, lo cual nunca será suficiente, dejamos de ser felices en este momento por lo que ya no somos ni podremos volver a ser.
Si tenemos comida, se nos antoja algo diferente, más condimentado, más caliente, más ligero, más fresco, más exótico y perdemos el gusto de masticar un pedazo de pan, por una vianda que no tenemos a nuestro alcance.

En fin, los ejemplos son tantos como personas y situaciones existen, pero definitivamente hay un patrón y el reconocerlo nos permite no caer en el juego de sube y baja sin fin.

El tener y querer, no conduce al bienestar perpetuo.
Sufre el que tiene, porque al perderlo, se queda sin lo que tenía y apreciaba.
Sufre el que no tiene, porque desea lo que no puede conseguir.
Sufre el que se transporta en camioneta, porque le pueden robar o asaltar.
Sufre el que tiene carro porque por robárselo, le pueden hasta matar.
Sufre el que tiene ahorros, porque si hay desfalco, se queda sin jubilación en la vejez.
Sufre el que todo lo debe, porque ni para el mes entrante tiene para comer.
Sufre el bello porque la vejez no perdona.
Sufre el feo, porque bello quisiera ser.
Sufre el poderoso, porque a más alto, más dura la caída.
Sufre el indefenso, porque las injusticias predominan.
Sufre el que sabe, porque ya no hay excusa al equivocarse.
Sufre el que ignora, porque con más frecuencia padecerá de sus errores.

Y sufrimos todos, pero deseamos ser felices, más si no vemos que la felicidad del otro es parte de obtener la nuestra, que la compasión y la humildad son virtudes más valiosas que todo el dinero del planeta, que la guerra jamás podrá ofrecer algo mejor que dolor y pérdida, que el egoísmo nos hace chiquitos y miserables, que todos somos iguales y la muerte inevitable, en deseo quedará, la tan ansiada felicidad.

domingo, 10 de agosto de 2008

EL "CUCO" DE LAS "EXES"


Toda relación tiene un “cuco” o tema que es álgido, tortuoso, delicado, potencialmente explosivo y desgastante como el de las ex parejas o “exes”.

Me interesó escribir sobre esto tras haber ido a la obra de teatro el pasado sábado 2 de agosto. Por cierto, que buena estuvo.

Pues resulta que ahí vi a una “ex” pareja mía y sin querer trajo a mi mente recuerdos de hace ya 18 años. Ni siquiera nos hablamos, ni siquiera nos dimos por aludidas o enteradas que estábamos ahí.
Contaré una sinopsis de una historia compartida y que nos unió en aquellos tiempos y aquellas circunstancias.

Éramos ambas estudiantes en nuestro último año de la carrera, de diferentes universidades, pero compartiendo prácticas en un hospital público de esta ciudad. Nos conocimos en un turno de la maternidad en el Hospital General, un día que no recuerdo con certeza, del mes de marzo del 1991.

Mi “gaydar” estaba de plano descompuesto, porque no la identifiqué como lesbiana en ese entonces. Iniciamos una amistad sencilla y basada en la convivencia hospitalaria.
Un día de tantos, tuve una muy desagradable experiencia y discusión con otra colega, que en ese tiempo había sido también mi amante, mi primera experiencia sexual lésbica y fue un desastre. Nos gritamos sin decoro en la emergencia y por casualidad??? Esta chica a quien llamaré por comodidad…ELLA, nos tomó la película completa.
Pocos días después me invitó a cenar, luego a su casa a platicar, luego a Panajachel a pasear y luego otra vez a su casa, donde al fin me preguntó si me gustaban las mujeres. Así ya a calzón quitado, pues le confirmé mi lesbianismo y ella que se consideraba hétero y con novio, pues evaluó el volverse al bando de las chicas.
Para no aburrir, nos hicimos pareja y duramos juntas unos 7 años. Nuestra primera relación lésbica para ambas.
En ese período de nuestras vidas, nos amamos, no peleamos, viajamos, estudiamos, nos graduamos de médicos, entramos a nuestros post grados, y casi coincidiendo con terminarlos, nos separamos. La causa o causas, pues cada quien tenemos nuestra versión, mas ya no importa.
Tuvimos otras relaciones, pero nos mantuvimos en contacto, verbal, visual y físico hasta no hace más de 4 años. Fue una relación de codependencia enfermiza y muy destructiva, para nosotras y las parejas que tuvimos. Finalmente, hace ya 1 año, dejamos de hablarnos y así se quedó.
Fuimos terriblemente crueles, bellamente tiernas, escandalosamente inmaduras, lamentablemente inseguras y ahora irremediablemente cuarentonas.

Luego de este preludio, regreso al tema de esta entrada y aprovecho para puntualizar ciertos aspectos que he observado a lo largo de mi personal experiencia.

Como parejas tendemos a veces a pensar de las “exes”:
Con las otras hizo algo que no a hecho conmigo
Con las otras hizo algo que no hace igual conmigo
Con las otras hizo algo que no hará conmigo

Y es muy cierto. Como seres humanos tendemos con frecuencia a comparar. Y nos sentimos “mal” por lo que pasó fuera de nuestro reinado y que no obtenemos y lo tomamos tan personal que se vuelve una pérdida y nos resentimos.

Es complicado y confuso este ir y venir de las relaciones.
Creo que la mayoría tenemos pasados y experiencias previas en cuanto a relaciones.

Cuando decidimos iniciar una relación de pareja, creemos hacerlo porque pensamos que conocemos a esa persona lo suficientemente bien como para tomar dicha decisión. Pero luego se presentan las quejas:
Cómo has cambiado
No eres la misma persona de quien me enamoré
Si así me aceptaste, ahora aguántate.

Olvidamos que somos seres humanos y por ello cometemos errores. Que nada es estático, ni nuestro cuerpo, nuestros pensamientos, nuestras convicciones u opiniones, como tampoco nada por dentro ni por afuera de nosotras. No hay dos días iguales, tampoco dos noches.
Otro punto interesante es que cuando nos entra lo onda, nos sentimos tristes o enojadas, y recordamos a las “exes”, tendemos por una razón inexplicable, a recordar con más frecuencia lo bueno, idealizando a una persona y comparándola con otra, cuando si fuera en efecto tan maravillosa, entonces, ¿por qué terminamos con ella?

Creo que el haber “conocido”, término inexacto y muy improbable de ser, a una persona en el ámbito personal, emocional y físico íntimamente, crea conexiones imposibles de borrar, ya sea porque la seguimos detestando o porque aún guardamos un poquito de cariño. Este tipo de interacciones humanas, se pueden cortar, cerrar, pero mientras tengamos mente, no se podrán borrar. Y es que no es malo ni bueno, sólo pasa, es el resultado de un evento que quedó registrado en nuestra computadora mental y sólo que nos de Alzheimer o amnesia o lesiones cerebrales o psiquiátricas severas, no se va a eliminar, tampoco es que ocupen el total de nuestro diario vivir y por ello pongan en peligro nuestra relación actual.

No hay relación tan mala o tan buena en el cien por ciento. Todas en alguna oportunidad hemos hecho el bien y el mal a nuestras parejas pasadas, actuales y futuras. Pero el tiempo, la madurez, el amor, la comunicación y la honestidad, nos moldean, nos cambian, nos hacen cuidar y cultivar virtudes y situaciones más enriquecedoras y esforzarnos cada día por cuidar y mantener una relación que al fin de tantas, tenemos, valoramos y no queremos perder.

Es muy difícil no tocar el tema de las “exes”, en una relación. Pero que prevalezca el deseo de ambas partes de forjar un futuro positivo como pareja, pues se está juntas por voluntad no por propiedad u obligación. Permitirse madurar y confiar en la persona con quien una vive, ama y respeta.

Más sin embargo, el tema de las “exes” sigue siendo para algunas algo irrelevante, para otras algo imperdonable, para otras algo amenazante, para otras algo interesante, para otras algo inmencionable.

Como dice el refrán: “lo pasado, pasado”. Aprender de lo bueno y desechar lo malo. Aprender de los errores y tratar de no repetirlos, reconocer nuestra naturaleza humana y por ende imperfecta.

Una relación debe cuidarse, pero no sólo de las “exes”, sino de nuestros hábitos, nuestras actitudes, pensamientos, palabras, acciones, inseguridades, prejuicios, etiquetas y definiciones.

Es un constante cambio con el que se ha de vivir y al final, con fortuna y humildad poder decir:
“…mi vida fue buena, fui gruesamente feliz, hice lo mejor que pude y ahora en paz puedo morir”.

viernes, 1 de agosto de 2008

PASANDO EL TIEMPO O HACIENDO TIEMPO


Es increible cómo se desconecta una después de una actividad tan animada y ocupada como durante el mes de orgullo y dignidad GLBT. Ya después una orienta energías y atención a asuntos relegados para después, que es ahora, hoy. Uno de ellos, el escribir y mantener al día este blog.

Me he dado cuenta que las cosas que más me gustan hacer son aquellas que me entretienen, que me interesan y que me ofrecen una visión en constante cambio y modificaciones en mi diario vivir.

Tener hobbies es terapéutico, saludable y beneficioso para el cuerpo, la mente y la parte emotiva.

Me doy cuenta que tengo mis preferidos y al darles tiempo y dedicación, me traen mucho bien. Como algunos dirían, cada loco con su tema, me considero una locuaz entretenida en lo que más me gusta.

Con el paso del tiempo esas actividades han cambiado significativamente y otras se han especializado igual. Es difícil que me aburra, realmente difícil y a veces sin siquiera salir de casa, me la paso genial.

Tener proyectos y darles forma y obtener resultados también es bonito. Como todo, depende de lo en serio que se tome y la dedicación que se le ponga, así lo que se logra.

Nunca he sido una persona que se maneje bien en grupos, tiendo marcadamente a sentirme mejor y rendir mejor en lo individual. No creo ser antisocial y es más, me emocionan las reuniones pero...algo así como no más de una vez al mes. Como la obra de teatro mañana, es un evento que me alegra y espero con ansia, más no lo podría hacer una vez por semana, es curioso.

Tengo pocas personas a las que considero amistades, la mayoría son conocidas, no intimo con casi nadie y aunque a veces me agarra la perseguidora, me encanta mi propia compañia.

Pensándolo bien, no creo que lo que considero pasatiempos sean tal cual, porque hago lo que puedo para apartar tiempo y poder realizar esas actividades que tanto me llenan.
Cuando me ocupo, me entretengo, me intereso, me siento bien.

He pensado en la posibilidad de que tengo un poquito de obsesiva, pero me gusta más interpretarlo como inquieta y dedicada.

Si lo que hago, que me gusta, que me llena, me provoca estrés, entonces paro, y cambio de estaca, mi lema es no al estrés, no a la vida avalanzada, no a hacer las cosas sin pensar o no darme cuenta que el cielo está azul o nublado, que el árbol de la esquina ha crecido, que los pájaros vuelan en bandadas antes del anochecer, que hay más baches en la calle y que mi corazón palpita dentro de mi tórax, mis tripas truenan dentro de mi panza y mis articulaciones crujen a cada paso cuando el silencio estruendoso ocupa cada espacio de mi entorno.


Y hay veces, en que no hacer nada es una gran ganacia. Es cuando me conecto con la realidad. Como ver por la ventana y observar la gente que pasa, sus facciones, su postura, los vehículos, los animalitos callejeros, el movimiento de las ramas por el viento, los insectos voladores, las gotas de lluvia, la formación de charcos, las correntadas calle abajo. Y por la noche, sólo escuchar, lo que sea y tratar de no pensar o al menos no quedarme atrapada en un corredor de pensamientos que me alejen del presente. Es una especie de meditación, algo informal, pero que hace consciente al ser del momento que se vive y nada más.

Que simpático y maravilloso es ser locuaz.

Acerca de mí

Mi foto
Guatemala
Buscando respuestas, busco opciones, busco opiniones, busco saber y aprender.Simplemente, no cumplo con ninguna regla, espectativa, predicciòn o definiciòn.

CREO...QUE...


"La búsqueda de dios es una ocupación inútil, pues no hay nada que buscar donde nada existe. A los dioses no se les busca, se les crea..." Maximo Gorki

UNA DE TANTAS CONCLUSIONES...

"Cuando practicamos Zen, vemos que el dolor no es malo. Simplemente es dolor. Si nos pasamos la vida huyendo de momentos dolorosos, le cerramos la puerta a muchas cosas que de lo que la vida nos trae, tanto el dolor como la alegría. No podemos llorar cuando estamos tristes, ni podemos reir cuando estamos felices. Cuando evitamos el dolor y peleamos para no sentirlo, el dolor se convierte en sufrimiento.
Hay una enorme diferencia entre dolor y sufrimiento. El dolor con frecuencia no puede ser evitado, pero el sufrimiento si. Al aprender las diferencias entre ambos, muchos temores desaparecen."
Brenda Shoshanna.

"Gender, along with race, class, ethnicity, and age, is one of the most profound social status determinants in our society--
Gender is just not what I care about or even really notice in a sexual partner--I judge each person as an individual--I have categories, but gender isn´t one of them. I´m erotically attracted to intelligent people, to people with a kind of sleazy, sexy come-on, to eccentrics."
Jane Litwoman


“Nuestro temor a lo que sea que lo cause, se origina de nuestra ignorancia y se manifiesta a través de nuestras inseguridades. Reaccionamos con fobias, rechazo y ataque, según nosotros para defendernos de los fantasmas de nuestra mente...cuando estos temores son tan sólo engaños y nos volvemos sus indefensos esclavos.”


CABALASISOY

PERSONA SUPER ESPECIALES

Lecturas recomendadas

  • A Concise History of Euthanasia: Life, Death, God and Medicine by Ian Dowbiggin
  • A Forest of Kings by Friedel, Schele
  • A Short History of guatemala by Ralph Lee
  • All Women are Healers by Diane Stein
  • Bi Any other Name edited by L. Hutchins and L. Kaahumanu
  • Blood and Guts by Richard Hollingham
  • Body Work: A V.I. Warshawski Novel by Sara Paretsky
  • Brother Iron, Sister Steel: A Bodybuilder's Book by Dave Draper
  • Chronicle of the Maya Kings and Queens by Martin, Grube
  • Cure by Robin Cook
  • Dying with Confidence by Anyen Rinpoche
  • Fearless by Brenda Shoshanna ,PhD
  • Happiness is an Inside Job
  • History of Medicine by Jacalyn Duffin
  • How to be Sick by Toni Bernhard
  • Human Remains by Helen MacDonald
  • Ice Cold by Tess Gerritsen
  • If the Buddha Dated by Charlotte Kasl
  • If the Buddha Got Stuck by charlotte Kasl Ph. D.
  • In the Land of Invisible Women by Qanta A. Ahmed, MD
  • It`s Easier Than You Think by Sylvia Boorstein
  • Joe Weider's Ultimate Bodybuilding Joe Weider's Ultimate Bodybuilding by Joe Weider, Bill Reynolds
  • Kate Daniels Series by Ilona Andrews
  • Lesbian Couples by Merilee Clunis, PhD; Dorsey Green, PhD.
  • Medical Firsts by Robert E. Adler
  • Medicine Women by Elisabeth Brooke
  • Medicine Women, Curanderas and Women Doctors by Perrone, et al.
  • Mercy Thompson, Series by Patricia Briggs
  • One year to a Life of Writing by Susan M: Tiberghien
  • Pay Attention by Sylvia Boorstein
  • Pioneer Doctor by Mari Grana
  • Practicing Peace in Times of War by Pema Chodron
  • Sastun by Rosita Arvigo, et al.
  • Stiff by Mary Roach
  • That`s Funny by Sylvia Boorstein
  • The Code of Kings by Linda Schele, et al
  • The Disappearing Spoon by Sam Kean
  • The Excellent Dr. Blackwell by Julia Boyd
  • The Girl Who Played with Fire by Stieg Larsson
  • The Girl with the Dragon Tattoo by Stieg Larsson
  • The Gost Map by Steven Johnson
  • The Knive Man by Wendy Moore
  • The Middle Ages by Morris Bishop
  • The Mists of Avalon by Marion Zimmer B.
  • The Plague Tales by Ann Benson
  • The Scalpel and the Silver Bear by Alvord, Cohen
  • The Woman in the Shaman`s Body by B. Tedlock
  • Virals by Kathy Reichs
  • Western Medicine by Irvine Loundon
  • Witches, Midwives and Nurses by Ehrenreich and English
  • Woman as Healer by Jeanne Achtberg
  • Woman Who Glows in the Dark by Elena Avila, et al.
  • Women Healers by Elisabeth Brooke
  • Women Physicians and the Culture of Medicine by More et al
  • Writing Down the Bones by Natalie Goldberg
  • Zen Miracles by Brenda Shoshanna Ph. D.